La querella que representa al Obispado de La Rioja y a la familia del dirigente campesino Wenceslao Pedernera, asesinado por un grupo de tareas el 25 de julio de 1976, pidió prisión perpetua e inhabilitación absoluta para el exalférez Eduardo Abelardo Britos, único imputado en la causa en la que también se le adjudican delitos de lesa humanidad en perjuicio de 36 víctimas.
El Tribunal Oral Federal de La Rioja escuchó este viernes por la mañana el alegato de la querella representada por los abogados Mirta Sánchez y Ramiro Fresneda, quienes alternadamente expusieron sus argumentos basados en pruebas testimoniales y documentales a partir de los cuales solicitaron la reclusión perpetua en cárcel común de Britos e inhabilitación para ejercer cualquier tipo de cargo.
Los abogados querellantes pidieron la ampliación de la condena por "la comisión de conductas delictivas de odio religioso", según lo establecido tanto en el Código Penal argentino como en el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional. "Surgió en este proceso de manera notoria que las conductas típicas que desplegó el exgendarme Britos además de encuadrar en los agravantes de ensañamiento y alevosía, así como de concurso premeditado por dos o más personas, también encuadran en el agravante de odio religioso", argumentó Sánchez.
Y agregó: "Se trató de una serie concatenada de hechos que dan cuenta de una persecución sistemática al Obispado de La Rioja, a la persona de monseñor (Enrique) Angelelli así como a sacerdotes, personas religiosas y laicos que adhirieron a su pastoral".
Britos es un exoficial de Inteligencia de la Gendarmería Nacional que integró el Escuadrón 24 "Chilecito" de La Rioja y fue jefe del Instituto de Rehabilitación Social (IRS), una cárcel que funcionó como centro clandestino de detención en esa provincia durante la última dictadura. El exgendarme pasó dos años prófugo de la Justicia hasta que en 2011 fue extraditado desde Paraguay para ser juzgado y condenado, en 2013, por otros delitos de lesa humanidad.
En esta causa se encuentra acusado por crímenes cometidos contra 36 personas en tres causas que tramitaron la etapa de instrucción por separado y fueron unificadas para este debate. Entre los delitos que se le imputan se encuentran el de ser autor mediato de privación ilegal de la libertad, imposición de tormentos, allanamiento ilegal y delitos sexuales, así como autor mediato, en el homicidio calificado de Pedernera, colaborador del obispo Enrique Angelelli.
Durante la audiencia de hoy la querella solicitó que "se declaren los hechos como delitos de lesa humanidad, por ende, imprescriptibles, en el marco del terrorismo de Estado" y que se condene a Britos a "la pena de prisión perpetua e inhabilitación absoluta en su calidad de autor mediato de los delitos de homicidio calificado y privación ilegítima de la libertad agravada".
Sánchez y Fresneda detallaron con precisión todo el plan sistemático perpetrado por las fuerzas de seguridad, que diseñaron "un camino impune del delito" destinado "al exterminio de quien determinaban era su enemigo", en este caso en particular, contra "la Iglesia de La Rioja y la pastoral de monseñor Angelelli".
"La Gendarmería tenía la suma del poder público, Britos era un hombre del área de Inteligencia y las órdenes provenían de él siendo temido por todas las fuerzas generando esto un pacto de silencio", sostuvo la querella.
También se describió la "personalidad violenta y desafiante" de Britos surgida de todos los testimonios que dieron cuenta de cómo "se ensañaba con los presos y disfrutaba de las torturas", así como "el odio a la fe que demostró en la planificación y asesinato de Wenceslao (Pedernera) junto a otros miembros de la fuerza".
Asimismo, los abogados querellantes dieron a conocer "el plan a cargo de Gendarmería para encubrir el asesinato y cerrar las investigaciones con datos falsos".
Los letrados describieron además de la "personalidad y accionar solidarios y generosos" de Pedernera. Durante un tramo del alegato, leyeron una carta que escribió la hija mayor de Pedernera, María Rosa, quien a sus 13 años e inmediatamente después del asesinato de su padre, lo recordó como "un hombre ejemplar, modesto sencillo, noble, respetuoso, unido y querido por todos".
También se leyó la carta del actual obispo de La Rioja, Dante Braida, enviada desde Roma donde se encuentra participando de un sínodo, donde habló de Pedernera como "un hombre de bien" con un "claro compromiso en la lucha por un trabajo bien remunerado para todos, la promoción del cooperativismo y la justicia social".
"La causa de Wenceslao Pedernera constituye una deuda de la sociedad argentina. Su asesinato nos interpela fuertemente. Afrontar su debate judicial en plenitud y dar una pena justa a los responsables de su muerte significan hacer justicia a los dirigentes nobles y generosos que arriesgaron y entregaron su propia vida por una Patria más justa y fraterna, que contribuyeron a forjar su desarrollo en paz y sin recurrir nunca a la violencia", expresó Braida.