No es una novedad que en años de elecciones, llegando la fecha de los comicios, haya una tendencia exagerada a la dolarización de carteras por parte de los habituales apostadores en la plaza financiera. Pero a este año se le agregan condimentos políticos que, dada la idiosincracia de los especuladores locales, convierte al escenario local en una suerte de "tormenta perfecta".
Sergio Massa, en su doble rol de ministro y candidato, busca trazar un horizonte de tranquilidad y transición ordenada. Pero los destinatarios del mensaje, en el mercado financiero, avizoran un estallido.
Javier Milei, que desde las PASO se convirtió en una posibilidad real de futuro presidente, se transformó en el gran alentador del estallido, a través de una promesa de dolarización inconsistente pero, por eso mismo, amenaza con tener consecuencias terribles. Antes, nadie lo tomaba en serio. Ahora, hasta los que lo votaron se muestran preocupados porque "está hablando en serio".
Mientras tanto, de las devaluadas voces de Juntos por el Cambio apenas se recuerda que el impulso a la actual inestabilidad arrancó, en buena medida, en el documento de sus economistas que anticipaban el "reperfilamiento de la deuda en pesos" y la promesa de apertura del cepo y demás tranqueras para que el dólar se disparara sin obstáculos apenas pusieran un pie en el gobierno. Tan lejano parece ahora ese episodio, que nadie creyó necesario recordarlo cuando su actual economista estrella, Carlos Melconian, le advirtiera en tono de esquina a Javier Milei que "cuando el dólar sube, se hace puré el salario, hermano".
Esa frase fue una respuesta a Milei, que el día de su encuentro con ejecutivos de grandes empresas en Mar del Plata, el jueves pasado, dijo sobre los niveles que ya ese día alcanzaba la corrida cambiaria. "Cuanto más alto esté, es más fácil dolarizar". ¿Fue un arrebato de "honestidad brutal"? ¿Una provocación? ¿Un acto de soberbia, o de desprecio?
En vez de meternos en cuestiones psicológicas o emocionales del candidato, resulta más válido a los fines de esta columna analizar cómo cae esa postura en el mercado especulativo de las finanzas en Argentina y cómo reaccionan frente a ello.
¿Cuál es la lectura política de quienes definen qué hacer con sus inversiones líquidas en estos días? Su incertidumbre entre quién puede ganar la presidencia ya se reduce a tan sólo dos candidatos. Ya no tres. La pregunta que se hacen es cómo resolverían Massa o Milei, los dos que siguen en batalla, los conflictos actuales en la economía financiera. ¿Qué política se darán para resolver la inflación, la falta de dólares, la inestabilidad permanente en la plaza financiera, el pago de la deuda tanto en pesos como en dólares?
Recordemos que se busca aquí entender cómo lo ven los financistas, con su idiosincracia, su desconfianza y, fundamentalmente, su interés en ganar dinero. Para ello, consultamos los análisis que publican agentes de bolsa y sociedades financieras para sus clientes, pero también consultamos a un reconocido analista que, además del seguimiento de las variables económicas, tiene una lectura política propia sobre cómo inciden las posturas de los candidatos sobre el llamado "mercado".
Desde la posición de esos "actores del mercado", apunta este experto, lo que observan es que el gobierno fue agotando las herramientas con las que contaba para darle pelea a las corrientes especulativas que impulsaban a la suba del dólar, sin lograr resultados. "En agosto hubo intervenciones en los mercados de bonos para bajar los dólares financieros por 870 millones de dólares, en septiembre probablemente se haya hecho una apuesta similar; en tanto que en agosto se recibió el desembolso del FMI que se había pedido para junio, y nada de esto fue suficiente: la brecha se siguió ampliando. Y el gobierno tiene además por delante los vencimientos con el FMI de fin de mes, que no está claro con qué se van a afrontar. El mercado está viendo al gobierno sin capacidad ni herramientas para resolver la emergencia", sostuvo el analista.
Las condiciones externas tampoco ayudan. Las expectativas de una baja en las tasas de interés de los bonos de corto plazo de la Reserva Federal, que podría provocar mayor interés por los títulos de deuda de países como Argentina, se diluyeron. Las autoridades de la FED indicaron que van a esperar para bajarlas, pero en tanto aumentan la retribución de los bonos a diez años a un nivel sin precedentes cercanos: 4,8 por ciento anual, un punto y medio más alto que la tasa del 3,3 por ciento de los mismos bonos seis meses atrás.
Ante esta suma de dificultades, los inversores especulativos desconfían que Massa les pueda ofrecer algo distinto a lo hecho hasta ahora. "Va a ser más de lo mismo", repiten como una letanía sin mayor esfuerzo para justificar su proyección.
¿Y si ganara Milei? ¿Lograría tranquilizar al mercado con sus propuestas? "No, seria peor", asegura el analista consultado que responden los inversores. "La apuesta por la dolarización es tan alocada y audaz que es lógico que un salto de la inflación le es funcional. Le licúa el valor de los activos en pesos que tiene que convertir en dólares. Incluso, la reacción de precios sería inmediatamente después que gane, antes del 10 de diciembre", señala el experto que es la lectura de los inversores. Por eso se pasan al dólar.
"Tratan de sacarse todos los activos en pesos antes de que sea tarde. Esta semana, se conversó mucho sobre el debate de candidatos del domingo pasado, y predomina la opinión de que Milei, como mínimo, salió indemne. A solo dos semanas de las elecciones, lo ven muy competitivo. Y la reacción inmediata es evitar llegar al 22 en pesos".
El mercado funciona con clásica conducta de manada: si unos pocos empiezan la huida, pero simultáneamente, darán la sensación de movimiento masivo, y entonces muchos los seguirán masificando el éxodo. Las novedades importantes de la semana que termina es que hubo migración de carteras de fondos comunes de inversión hacia el dólar, y se habría manifestado además una tendencia al retiro de fondos colocados a plazo fijo en pesos.
Todavía no es una corrida total, pero suficiente para provocar el salto de los dólares al que compran diferentes inversores (blue, CCL y MEP) y una brusca caída de los títulos de deuda (los más operados perdieron la tercera parte de su valor entre mediados de agosto y esta semana).
La conducta del sistema financiero especulativo no es irracional, sino que funciona con lógica propia. "No son irracionales, son incorregibles", podríamos decir. Si gana Milei, ven venir una catástrofe, entonces apuestan al dólar para salir mejor parados en la catástrofe. ¿Anticipan la realidad? No necesariamente. Su lectura política es errada la mayor parte de las veces, pero en algunas su conducta condiciona los resultados.
Ahora, por ejemplo, toman cobertura en dólares a partir de un pronóstico quizás equivocado, pero con su sola actitud están provocando una crisis de precios relativos, por el salto del precio del dólar. Un problema adicional para el candidato ministro.