La Policía brasileña informó este viernes que encontró los cuerpos de los sospechosos de llevar a cabo el asesinato de los tres médicos en Barra de Tijuca, ocurrido el pasado jueves. Según detallaron, los cadáveres fueron encontrados en los baúles de los vehículos abandonados cerca del lugar del crimen.
Los sicarios que abrieron fuego contra los médicos habrían confundido a uno de ellos con un líder rival en una disputa por el territorio entre bandas de narcotraficantes y grupos paramilitares.
La ciudad de Río de Janeiro, volvió a estar en el foco de la atención pública tras conocerse el violento hecho ocurrido el jueves, en una exclusiva zona carioca, cuando tres personas se bajaron de una camioneta y asesinaron -sin mediar palabra- a tres médicos que estaban en un bar de Tijuca. Este viernes, las fuerzas policiales informaron el hallazgo de cuatro cadáveres en dos autos con disparos de arma de fuego. Al parecer, se tratarían de los sospechosos del triple homicidio en la zona oeste de Río de Janeiro.
La hipótesis del hallazgo de estos cuerpos es que por el alto impacto que causó el triple crimen, los líderes de la banda a la que pertenecían estos sicarios, los ejecutaron con la intención de evitar que las autoridades los persigan en la búsqueda por esclarecer el hecho.
Los sicarios, reconocidos delincuentes
Las autoridades identificaron a tres de los cuatro fallecidos. Uno de ellos es un reconocido delincuente conocido como "Lesk", cuyo nombre es Philip Motta Pereira. Además, estaba junto a él Ryan Nunes de Almeida y Thiago Lopes Claro da Silva, todos con antecedentes segun la Policía.
El análisis realizado por el Grupo Especial Criminal indicó que, en el interior de una camioneta Honda HRV, en Camorim, fueron encontrados tres cadáveres de hombres, dos blancos y uno mestizo, que parecían tener 25 años. Todos vestían camisetas, pantalones cortos y zapatillas deportivas.
Luego, en la región de Jacarepaguá, los agentes encontraron un cuarto cadáver, alrededor de la 1.03, en el interior del baúl de un Toyota Yaris. El hombre, que sería Philip Motta Pereira, conocido como Lesk, también presentaba "múltiples heridas provocadas por proyectiles de arma de fuego".
Según detallaron medios locales, los cadáveres presentaban orificios típicos de acción perforante-contundente, provocados por armas de fuego y puñaladas, en las regiones dorsal, lumbar, torácica, epigástrica y en el flanco derecho.
Los sospechosos podrían haber sido asesinados entre 10 y 12 horas después del crimen. La hipótesis surge de un informe elaborado por peritos de la Comisaría de Homicidios Capitalinos (DHC) a partir de un análisis del estado de los cuatro cadáveres, que arroja que dos de ellos presentaban rigidez muscular generalizada.
La principal hipótesis: asesinato por error
La hipótesis que maneja la policía brasilera es la de la posibilidad de un asesinato por error. La sospecha es que uno de los médicos asesinados, Perseu Ribeiro Almeida, pudo haber sido confundido con Taillon de Alcántara Pereira Barbosa, un individuo acusado de pertenecer a una milicia paramilitar en Río de Janeiro.
Las similitudes físicas entre Barbosa y Almeida, como el cabello rapado, barba y anteojos, refuerzan esta teoría. Barbosa estuvo bajo arresto domiciliario y luego en libertad condicional después de ser condenado en 2020.
Las imágenes de seguridad revelan que Almeida fue el primer objetivo de los disparos, y uno de los delincuentes regresó para confirmar su ejecución. La rápida sucesión dejó a todos los presentes en estado de shock, ya que no hubo intento de robo ni comunicación previa con las víctimas.
Estaban en un Congreso de Ortopedia
Los médicos, víctimas del brutal crimen, eran de San Pablo y se encontraban en Río de Janeiro para asistir a un congreso internacional de ortopedia.
El asesinato se llevó a cabo en la avenida Lucio Costa, frente al hotel donde se alojaban, en una de las zonas más caras de Río de Janeiro. Según el encargado del bar, donde los médicos estaban tomando algo, los delincuentes fueron directamente hacia ellos y les dispararon. Sin mediar palabra, efectuaron más de 20 disparos antes de huir del lugar, sin robar nada. La rápida y brutal naturaleza del ataque desconcertó a testigos y autoridades por igual, quienes lo consideraron una ejecución. Toda la secuencia quedó filmada.
Entre las víctimas se encontraba Diego Ralf Bomfim, hermano de la diputada federal Samia Bomfim y cuñado del también diputado Glauber Braga, ambos del Partido Socialismo y Libertad (PSOL). Este partido es conocido por su postura contra las mafias.