Hace unos días una vecina me contó que la dueña del departamento que alquila, le pidió que lo deje porque quería ofrecerlo para alquiler turístico. En los 5 años que vivió ahí, nunca se atrasó en un pago, tiene la casa preciosa y está embarazada de 5 meses. Con la poca oferta para alquiler permanente en la ciudad de Ushuaia, podríamos decir que, prácticamente, la dejó en la calle.
La ¨mano invisible del mercado¨ tiene una crueldad tangible y disciplinante: en busca de un hogar, inquilinos e inquilinas van cediendo frente al incumplimiento de la normativa vigente y los nuevos requisitos en las operaciones inmobiliarias. ¨Sin mascota¨, ¨sin hijos¨, ¨sólo trabajo en relación de dependencia¨, ¨sólo garantía familiar directo¨, ¨con ajuste cuatrimestral¨ y ¨en dólares¨, son tan solo una muestra del modo en que el mercado ha procesado la existencia de una nueva regulación y de su implementación en un contexto inflacionario.
Frente a este escenario, es importante recordar que un departamento o una casa son mucho más que una mercancía. El acceso a la vivienda es un tema nodal en la conformación de sociedades justas e igualitarias. Tener un hogar organiza, cobija nuestras familias, fortalece la pertenencia al lugar donde vivimos y trabajamos. El derecho a la vivienda ha sido reconocido en pactos internacionales de derechos humanos y es entendido, en sentido estricto, como el derecho a un refugio. Hoy incluso se habla de derecho a la vivienda adecuada, que incorpora el derecho de vivir dignamente de manera segura y de pertenecer a una comunidad.
A quienes compartimos este enfoque, no nos conforma la autorregulación del mercado. Aquellas propuestas que ven a la desregulación total como solución, podrían tener efectos devastadores para inquilinos e inquilinas. Mientras que legisladores y legisladoras nacionales debaten las reformas a la ley de alquileres, en el ámbito local avanzamos en acciones para atender a las situaciones específicas que aparecen en el territorio. En nuestra bella ciudad de Ushuaia necesitamos, por ejemplo, atender al fenómeno del alquiler temporario con fines turísticos, uno de los principales distorsionadores del mercado del alquiler permanente.
El avance del alquiler temporario vía plataforma ha ampliado la brecha entre quienes poseen propiedades y quienes necesitan alquilarlas, lo que genera situaciones de creciente desigualdad social. Por eso, la ciudad de Ushuaia se enfrenta a una disyuntiva: dejar que el mercado avance con una lógica extractiva sobre su comunidad, o apostar a la construcción de una sociedad más justa e igualitaria junto a un sector privado comprometido y con una conducta empresarial responsable.
Con ese espíritu, el Intendente Walter Vuoto ha liderado los esfuerzos para construir un municipio presente para un alquiler accesible y con esa orientación, concejales del espacio político abordamos el tema en el Concejo Deliberante. Buscamos diseñar una respuesta integral, compuesta por un conjunto de acciones que alteren el esquema de incentivos que opera en la economía local y que obtura el acceso al alquiler y el ejercicio del derecho a la vivienda adecuada. Y vamos dando los primeros pasos: en la sesión del pasado 6 de septiembre aprobamos un proyecto de mi autoría que declara la emergencia habitacional en la Ciudad de Ushuaia. La ordenanza apunta a generar y aplicar soluciones eficaces, oportunas y progresivas frente a la crisis descripta, y a suspender las habilitaciones comerciales destinadas a hospedajes de alquiler temporario, después de los 30 días de promulgada la ordenanza. Esta medida permitirá ordenar la creciente migración a alquiler temporario con fines turísticos, mientras se adoptan otras para incentivar el alquiler permanente.
También en esa sesión se aprobó otro proyecto de mi autoría que crea la Oficina de Información para inquilinas, inquilinos, propietarias y propietarios de la Ciudad de Ushuaia. Contar con información precisa sobre los requisitos que pueden ser exigidos por los propietarios y los que deben ser cumplidos por inquilinos, puede contribuir no solo al ejercicio del derecho al acceso a la vivienda, sino también a arribar a intercambios más respetuosos entre ambas partes en la operación inmobiliaria. Queremos empoderar a los vecinos y vecinas de la ciudad y queremos por sobre todas las cosas, mejorar la relación entre propietarios y locadores. Confiamos que el acceso a la información puede contribuir a esa meta.
Sabemos que hace falta aún avanzar en otras medidas. Estamos trabajando en ello, convencidos y convencidas de que sin hogares para nuestros vecinos, no tendremos médicos, ni docentes, ni personal en la gastronomía u hotelería. Es una agenda urgente que atraviesa a toda nuestra comunidad y que nos exige pensar soluciones integrales que impidan la concentración económica y el avance de la crueldad disciplinante del mercado. Como feminista, no se me escapa el peso que esta crisis tiene, especialmente sobre las mujeres de la ciudad, como en el caso que contaba al principio. Es por eso que, quienes desempeñamos la función pública, tenemos el deber y responsabilidad de proteger a vecinos y vecinas para construir una comunidad justa e igualitaria.
* Concejala de la Ciudad de Ushuaia.