"Va a haber sorpresas", prometen en el equipo de campaña de Patricia Bullrich que la está entrenando para tener un mejor desempeño en el debate en la UBA. A sabiendas de que fue flojo el papel que hizo en el primer debate (ella le echó la culpa a una gripe), habrá un entrenamiento más intensivo y menos "no hace falta tanto ensayo porque tengo con qué", como había dicho la candidata. La preparación implica estudiar los ejes discursivos que llevará (Seguridad y Trabajo son dos ministerios que ella ocupó en distintos gobiernos) y ensayos donde hace sparring con otros dirigentes para probarse en la discusión.
El coordinador de campaña de Bullrich Juan Pablo Arenaza organizó antes del primer debate una suerte de equipo especial de asesores que se ocupan de ese tema. Los conduce Hernán Lombardi, que fue quien se ocupó de reflotar la campaña de Mauricio Macri después del desastroso resultado de las PASO de 2019. El ex encargado de los medios públicos no parece haber sido castigado por el resultado al que llevó a Bullrich en el primer debate y sigue a flote.
Uno de los focos más fuertes de Bullrich será en la seguridad, donde presentará su plan de mano dura y repartirá críticas a Sergio Massa por la situación actual del narcotráfico en Rosario, la criminalidad en la provincia de Buenos Aires, entre otras gentilezas. También habrá para Javier Milei, al que tildará de inexperto y remarcará que no pudo presentar un plan coherente en materia de seguridad, sino medidas aisladas del tipo "libre portación de armas", que no constituyen una política de seguridad.
No está definido aún cuánto buscará Bullrich forzar el tema de que él dijo que ella había puesto "bombas en jardines de infantes", lo que derivó en dos denuncias penales (una por calumnias e injurias y otra por incitación al odio). Pero es casi seguro que en un punto u otro lo tratará de mentiroso.
El otro tema que piensa apuntalar Bullrich es el de la reforma laboral que propone. Insistirá en que hay que eliminar leyes de indemnizaciones a trabajadores, además de que cargará contra los sindicatos, a los que suele tildar de mafias.
En el eje de Ambiente, estaba definiendo sus propuestas, pero es de cajón que le recordará a Milei que no cree en el calentamiento global y que dijo que no había problema en que los ríos sean contaminados.
Para todo esto, Bullrich viene haciendo ensayos con otros dirigentes haciendo de los otros candidatos. Para el primer debate, Arenaza hizo las veces de Massa, mientras que José Luis Espert interpretó a Milei y la ex secretaria de Lucha contra la Corrupción (Ajena) Laura Alonso hizo de Myriam Bregman. "A Laura Alonso le sale una Bregman que es más auténtica que la Bregman real", dicen en el equipo de debate de Bullrich. "Para el primer debate, le hizo exactamente las mismas preguntas e igual a como las hizo ella en el debate real", advirtieron.
Para esta segunda ronda, no estaba definido si Lombardi iba a hacer de Massa o si le iba a volver a tocar a Arenaza. Eduardo Amadeo, por su parte, interpretó la vez anterior a Juan Schiaretti (con menos menciones a Córdoba, tal vez).
Sus asesores esperan que esta vez se vea una Bullrich más afilada de la que se vio en Santiago del Estero. Esperan que no la ataque ningún virus.