El negacionismo, en sus diversas manifestaciones, ejerce un impacto profundo en la sociedad y agrava las desigualdades estructurales que atraviesan la realidad. En el contexto de las problemáticas sociales y los datos científicos que revelan estas desigualdades, el negacionismo se convierte en un obstáculo para el progreso y la equidad.
Debemos comprender que el negacionismo suele basarse en la manipulación de información o en la creación de narrativas alternativas que contradicen la evidencia científica sólida. Cuando se niega la magnitud de eventos históricos como el genocidio reciente de nuestro país o se distorsionan datos científicos sobre desigualdades sociales, se socava la posibilidad de abordar y resolver estos problemas de manera efectiva.
El negacionismo sobre el genocidio Argentino
El negacionismo de las cifras de desaparecidos desestima la realidad traumática que muchas personas han vivido y perpetúa la impunidad de los responsables. Esto no solo afecta a las víctimas y sus familias, sino que también contribuye a mantener una cultura de silencio y negación que obstaculiza la justicia y la reconciliación en la sociedad.
A 47 años del asesinato de Wenceslao Pedernera, La Rioja sigue con la herida abierta de esa justicia que no llega. Este crimen y muchos más cometidos por Eduardo Alfredo Britos, recién este año se empezaron a juzgar y es uno de los tantos saldos de nuestros 40 años de democracia. Muchas de sus víctimas fallecieron esperando este momento y otras tuvieron que revivir con sus testimonios los horrores vividos que forman parte de ese dolor colectivo que la sociedad Argentina lleva como una gran cicatriz. Nuestros muertos, nuestros desaparecidos, nuestros sobrevivientes, las madres, las abuelas y los nietos recuperados son el legado humanizador en contraste con el desprecio a la vida y al estado de derecho que no deberíamos repetir nunca más.
Sin embargo, en el contexto del cuarto intermedio de los alegatos de este juicio por muchos de los crímenes de Britos contra 36 víctimas, en el marco del debate presidencial, el candidato más votado en las primarias hace parte de su campaña electoral el negacionismo más peligroso de nuestra historia. Con una liviandad llamativa, Milei cuestionó la cifra simbólica de 30,000 desaparecidos para reducir la magnitud del genocidio y reproducir los discursos de los represores que justificaron el exterminio masivo a través del terrorismo de estado de la última dictadura cívico-militar.
El negacionismo de la desigualdad estructural
El negacionismo puede alimentar discursos de odio y división en la sociedad. Cuando se niegan realidades como la discriminación racial, de género o de orientación sexual, se crea un ambiente en el que las víctimas de estas formas de discriminación se sienten desestimadas y marginadas. Esto puede llevar a la radicalización y al aumento de la intolerancia en la sociedad.
Esta semana, en un contexto de un reciente feminicidio de una niña de 14 años, el contraste entre las respuestas institucionales en el caso de Zoe y el de Lucio Dupuy dejó mucho negacionismo al descubierto. Un evento puso en el centro de la escena el tan mediatizado crimen pampeano que conmocionó al país, invisibilizando los de las niñas riojanas con una marcada intención de instalar discursos negacionistas muy distantes a la realidad que atraviesan este tipo de víctimas. Con todo el sistema judicial presente, parecía desconocer la realidad que sostiene leyes y tratados internacionales de protección de mujeres y diversidades, se brindó información falaz sobre las violencias que atraviesan las infancias, al punto tal de sostener que casi la mitad de los filicidios de nuestro país son ejecutados por parejas del mismo sexo en contra de niños varones por odio al género. Dichas aseveraciones en el marco de una charla debate en el Tribunal Superior de Justicia no fueron interpeladas por ninguno de los presentes.
El negacionismo de datos científicos sobre desigualdades estructurales socava los esfuerzos por abordar y mitigar estas disparidades. Cuando se niegan hechos respaldados por la investigación, se obstaculiza la formulación de políticas públicas basadas en evidencia y se perpetúan los sistemas injustos que sostienen la desigualdad.
El negacionismo de la discriminación
La negación de la existencia de las personas trans y la negación de sus derechos básicos, como el reconocimiento de su identidad de género, tienen un impacto directo en la salud mental y emocional de las personas trans, así como la negación de las vulneraciones que padecen. Recientemente, INADI hizo pública la vulneración de derechos propiciada por una capacitación de fiscales de la Libertad Avanza de La Rioja, que en el marco de las elecciones provinciales de La Rioja, instruyó a los fiscales para que impidieran el voto de las personas cuya expresión de género difiera con la de su DNI, violando así la ley de identidad de género que desde 2012 está vigente en nuestro país. Aunque intentaron desmentirlo tras eliminar un video de capacitación que estaba en el canal de Youtube de Martin Menem, y confundir al electorado con distorsiones de lo relevante de esta polémica, la negación de los hechos no desaparece la situación que pone de manifiesto la importancia de abordar la discriminación de género y garantizar la igualdad de derechos para todos, sin que nadie impida a las comunidades históricamente marginadas el acceso pleno de sus derechos.
El negacionismo del problema de la libre portación de armas
La libre portación de armas tiene serias implicaciones para la seguridad y la convivencia en una sociedad. Ignorar o minimizar este problema solo aumenta los riesgos y las consecuencias negativas asociadas con la proliferación de armas de fuego, por lo que es esencial abordar este problema basado en la evidencia, considerando políticas de control de armas que busquen equilibrar la seguridad pública con el respeto por los derechos individuales. Para cerrar la semana que interpela tanto negacionismo, un adolescente de 16 años ingresó armado a una escuela en La Rioja, causando una conmoción en la comunidad. Este incidente ha reabierto el debate sobre la libre portación de armas, una postura promovida públicamente por Javier Milei, a pesar de que en países donde esta práctica es común, las masacres en las escuelas se han vuelto frecuentes y las armas de fuego son la principal causa de mortalidad infantil.