Orlando es una de las novelas emblemáticas, no solo de Virginia Woolf, sino de toda la literatura del siglo XX. Pero existe también una literatura de la literatura. Y en ese terreno entra el flamante Escríbeme, Orlando, Cartas a Vita Sackville-West, 1922-1928, el libro publicado por la editorial chilena Banda Propia. Es que fueron esas cartas, que la autora de Las olas le dedicó a la escritora y aristócrata, las que inspiraron la célebre novela. 

Cuando Virginia Woolf le escribió por primera vez a Vita Sackville-West, esas líneas cordiales no anunciaban la intensa relación de amistad, seducción, capricho, amor y celos que allí habría de comenzar. Escríbeme, Orlando es, de hecho, un reflejo del crescendo de ese vínculo. Del “Estimada Sra. Nicolson”, luego, pasó a un más personal “Mi querida Vita” y “Queridísima criatura”. En 1927 ya se dirigía a ella como “Cariño” y firmaba “Siempre tuya”. También comenzó a llamarla, sugestivamente, “Orlando”.

La fantasía amorosa y literaria se plasmó en Orlando. Vita, ya convertida en musa, se transformó así en un escritor brillante, nacido príncipe en el siglo XVI, que transitó épocas y espacios con vitalidad y espíritu transgresor. Como expresa la autora del prólogo, Gabriela Wiener, esta recopilación de cartas de Virginia Woolf, inédita en español, refleja "otra coqueta y disimulada declaración de amor o una teoría del arte que acaba por crear a uno de los personajes más fascinantes de la literatura universal: Orlando, nacido hombre, viajero en el espacio, el tiempo y el género. Un personaje en construcción permanente. Fueron estas cartas acaso la semilla. Acaso un método furtivo y enamorado de investigación".