Rosales, titular de la Corriente Clasista y Combativa Capital e integrante de la Mesa Nacional de Desocupados, está viva de milagro. El lunes, a las 16, un asesino a sueldo intentó matarla cuando llegaba a su hogar, en Vicente López. Según relató a Página/12 Luciano Nardulli, militante de la misma organización, el sicario "apoyó el arma en la ventanilla del auto y disparó cinco veces”. Tres balas alcanzaron a la dirigente, una en el codo, otra en el antebrazo y otra le perforó el pecho. “Le tiró a matar, a la cabeza, pero ella llegó a taparse con los brazos”, precisó Nardulli.

Sin embargo, los ataques no terminaron allí. Pocas horas después, la pareja de Rosales, Mario Segovia, se encontró con su auto destrozado tras una visita al hospital. “El auto tenía los vidrios rayados, el techo abollado como si alguien hubiera saltado encima, y las escobillas del limpiaparabrisas sueltas”, contó la CCC en un comunicado.

Rosales se encuentra estable y fuera de peligro, pero la organización social no duda de que los dos ataques son parte “de lo que el propio gobierno ha ido generando con su política de creciente represión y judicializacion de los luchadores, como el caso del compañero Nelson Salazar, de Salta, quien desde el lunes próximo será sometido a juicio oral por causas fraguadas”. 

La CCC, junto con la CTEP y otras organizaciones populares convocaron a una movilización al Ministerio de Seguridad mañana, miércoles 30/8, que partirá  a las 11, desde Las Heras y Pueyrredón. Nardulli, además, subrayó: “Pedimos que paren la mano. Hacemos responsable al Gobierno. Hay una persecución a quienes luchamos contra la pobreza, pero no vamos a aflojar. Esta gente no puede pasar si no es con represión”. 

El dirigente anticipó que en las próximas horas la CCC presentará la denuncia penal por las agresiones, a las que calificaron como "atentados".