Una nueva partida de equipamiento tecnológico, en el marco del programa “Equipar Ciencia”, permitirá a la Universidad Nacional de Lanús (UNLa) fabricar casi íntegramente la nueva generación del “Pichuco”, el bandoneón accesible para facilitar a los jóvenes el aprendizaje del instrumento. El proyecto ya sufrió un viraje importante en 2016, por falta de apoyo oficial. Su continuidad, como tantas otras cosas, depende del resultado electoral.

La UNLa recibió, además de una máquina de corte láser para actividades de investigación y desarrollo de diseño industrial, cuya primera aplicación será la fabricación en serie del bandoneón “Pichuco”, dos robots colaborativos para formación profesional en industria automotriz, un espectrómetro de masas y un equipo de extracción para método Soxlet, que estarán destinados a actividades de investigación, capacitación, y en algunos casos, a servicios para terceros.

“La finalidad principal del proyecto, nacido en 2012, que hoy transita su cuarta generación y fue avanzando gradualmente en la sustitución de componentes importados, es democratizar el acceso al instrumento y mantener vigente un símbolo de nuestra cultura, el tango y el chamamé", dice  Aritz Recalde, director del Departamento de Humanidades y Artes de la UNLa.

"Contar con la tecnología para el corte de materiales ferrosos permitirá sustituir la tercerización de partes y continuar bajando los costos del objeto final", detalla el docente que asegura que la proyección es "lograr la producción integral de todas las partes en la Universidad", algo que permitirá reducir los tiempos de producción, permitirá mejorar el diseño y desarrollo de nuevas piezas y finalmente aumentará la cantidad de bandoneones disponibles para ser distribuidos en escuelas y conservatorios dirigidos a la enseñanza del instrumento. 

Bandoneón o motosierra

El precio promedio de los bandoneones siempre fue una barrera de acceso para que los chicos pudieran acercarse a él y aprender a tocarlo. Actualmente resulta imposible conseguir uno por menos de 1,5 millones de pesos, una cifra lo hace inaccesible para las familias, pero también complejo para los conservatorios y escuelas de música. Pensando en esto, nació la idea del “Pichuco”.

Pichuco, ganador del premio INNOVAR en el año 2012, tuvo su primera etapa ese año, con un prototipo elaborado a partir de una impresora 3D. “Todo el desarrollo estaba pensado para fabricarlo a escala industrial con piezas de inyección en una época en la que Argentina lanzaba sus propios satélites al espacio", cuentan sus impulsores, que reconocen que a partir del año 2016, con los primeros pasos de Cambiemos en el gobierno, el proyecto tuvo que cambiar drásticamente.

"En esos tiempos de crisis recurrimos a uno de los 20 valores que explicita la UNLa: el espíritu cooperativo. Así nació la idea del Pichuco 2, rediseñado casi por completo hacia una fabricación más artesanal en la que se hicieron algo más de 10 instrumentos en colaboración con la Casa del Bandoneón que proveía las máquinas para nuestros muebles y fuelles”, detalló Daniel López, director del Área de Patrimonio Histórico de la universidad y alma máter del proyecto.

En 2020, surgió Pichuco 3 que ya fue fabricado casi integrante en la UNLa. Además de los peines importados, lo único que se hizo afuera de la institución son los cortes láser de la madera, lo que representó una evolución en cuanto a sonido y calidad de las piezas. Al igual que el actual, también fueron hechos con madera de los antiguos muebles del ferrocarril. Se crearon 30 bandoneones con los que realizaron talleres en distintas escuelas, bibliotecas del sur del conurbano bonaerense y durante el programa de verano de la Universidad “Los derechos de la niñez no se toman vacaciones”. En la actual etapa del Pichuco, la cuarta, gracias a la reciente adquisición financiada por el estado nacional, los cortes se realizarán en la universidad. Sólo los peines son importados.

“La estética del bandoneón también cambió, porque en el diseño actual toda la parte de madera está labrada con filetes, tiene el logo de la universidad y dice Pichuco 4”, detalló López. En la tapa además tiene labrada una flor de Nomeolvides.

Los otros equipos

La UNLa también sumó los robots VT6L All-in-One y SCARA T3 All-in-One, que le permitirán a la Escuela de Oficios Felipe Vallese, dependiente de la Secretaría de Vinculación Tecnológica y Democratización Científica de la Universidad, incursionar en la formación del manejo, mantenimiento y programación de robots industriales y articulados, en el marco de su alianza estratégica de la UNLa con el Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor (SMATA) y la Asociación de Industriales Metalúrgicos de la República Argentina (AIMRA). Se aplican a tareas de montaje y prueba, carga y descarga, atornillado, inserción de goma, pulido, trituración, desbarbado y lijado, entre otras funciones, particularmente en la industria automotriz.

El espectrómetro de masas fue instalado en el Laboratorio de Alimentos y permite a la UNLa ampliar la oferta de servicios analíticos a terceros y trabajos de investigación en el ámbito académico, ya que determina la presencia o ausencia de compuestos dentro de las matrices alimenticias, como grasas, proteínas, vitaminas, aditivos, conservantes, edulcorantes, etc.

Equipar Ciencia

Los equipos fueron adquiridos a través del Programa Federal "Equipar Ciencia" del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, que hoy conduce Daniel Filmus. “El Programa Federal Equipar Ciencia forma parte de un conjunto de políticas que llevamos adelante con la convicción de que es a través de un modelo de desarrollo basado en la ciencia y tecnología que podemos transformar el modelo productivo y de exportaciones para mejorar las condiciones de vida de nuestra sociedad. Equipar Ciencia contribuye al fortalecimiento de las capacidades de las instituciones del sistema científico-tecnológico. Desde 2022 llevamos invertidos más de 37.000 millones de pesos en un total de 699 equipos de mediano y gran porte para instituciones de todo el país”, detalló.

El mismo tiene por objeto fortalecer las capacidades de las instituciones del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (SNCTI) por medio de la adquisición de equipamiento de mediano y gran porte, con una perspectiva federal. El programa se nutre de los fondos aprobados por la Ley de Financiamiento del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación, Ley 27.614 promulgada el 12 de marzo de 2021.

El proceso de adjudicación considera el orden de prioridades enviado por cada institución, buscando una distribución federal equilibrada y evitando la duplicación de equipos en la misma jurisdicción -salvo cuando estuviera adecuadamente justificado-, para brindar un uso eficiente y compartido de los mismos. Se entiende por Facilidades científicas y tecnológicas (FCT) a las grandes instalaciones, equipos e infraestructuras complejas que permitan estudiar, observar, analizar e interpretar fenómenos de interés estratégico a nivel nacional y que presenten una dinámica interinstitucional.