Tal como se preveía, el precio del petróleo subió después de que un ataque sorpresa de Hamás contra Israel reavivó la inestabilidad en Medio Oriente. Los futuros del crudo estadounidense (WTI, Golfo de México) subieron hasta un 5,4% en Nueva York, llegando en un momento a superar los 87 dólares el barril, para cerrar la jornada en 86,38 dólares, con una ganancia del 4,3 por ciento (3,59 dólares por barril). El crudo Brent (Mar del Norte) tuvo una evolución similar: aumento del 4,2 por ciento (3,57 dólares por barril) y un precio de cierre de 88,15 dólares el barril.
Por ahora, el impacto es limitado, aseguran los analistas, mientras no se vean involucrados otros países de la región, con mayor peso en las exportaciones de crudo. En ese sentido, todos siguen con atención las derivaciones de las acusaciones de Israel contra Irán de haber estado involucrado en la planificación del ataque de Hamás, y la ratificación de informaciones en el mismo sentido por parte del Wall Street Journal.
Si bien el papel de Israel en el suministro mundial de petróleo es insignificante, el sangriento brote amenaza con enredar tanto a Estados Unidos como a Irán. Este último se ha convertido en una fuente importante de crudo adicional este año, aliviando la tensión de los mercados. Pero las sospechas del involucramiento de Teherán en el ataque de Hamás abre las especulaciones en torno a la aplicación de nuevas sanciones por parte de Estados Unidos.
Cualquier represalia contra Teherán -en medio de informes que apuntan a que ayudó a planear los ataques- podría poner en peligro el paso de buques por el estrecho de Ormuz, un conducto vital que transporta gran parte del crudo mundial y que el gobierno iraní ha amenazado anteriormente con cerrar. Irán negó este lunes estar implicado en el asalto.
Mercado volátil
La subida tras los atentados añadió un nuevo episodio de volatilidad a un mercado que ha sufrido grandes oscilaciones en el último mes. A finales de septiembre, el Brent estuvo a punto de subir hasta 100 dólares el barril, cuando los recortes de Arabia Saudí y Rusia tensaron el mercado, antes de retroceder bruscamente la semana pasada, cuando la preocupación por el consumo y los flujos financieros tiraron los precios a la baja.
Más allá de las repercusiones geopolíticas que puede traer esta reactivación del conflicto armado, el enfrentamiento podría golpear los precios del petróleo y hacer que superen los US$100 en el corto plazo, según explica el periodista especializado en temas energéticos Javier Blas, en una columna de opinión para la agencia Bloomberg.
Blas cree que el impacto más inmediato podría producirse si Israel concluye que Hamás actuó siguiendo instrucciones de Teherán. "En ese escenario, los precios del petróleo podrían subir mucho más", indicó.
El factor Irán
Debido a la inflación mundial y las sanciones a Rusia, agrega Blas en su comentario, EE.UU. ha ignorado las crecientes exportaciones petroleras de Irán desde finales de 2022. Según datos de Bloomberg, la producción de crudo iraní ha aumentado casi 700.000 barriles por día este año y es la segunda mayor fuente de suministro incremental en 2023, solo por detrás del esquisto (no convencional) estadounidense. Pero con la reactivación del conflicto en Oriente Medio, Biden podría hacer cumplir las sanciones, lo que llevaría el petróleo arriba de los US$100, según pronostica el especialista en su columna de opinión en la agencia Bloomberg.
A todo esto se le deben incluir los componentes de Rusia y Venezuela, ya que ambos países tienen su petróleo sancionado, pero se podrían beneficiar de esta situación. "Si Washington aplica sanciones contra Irán, podría crear espacio para que los barriles provistos por Rusia ganen cuota de mercado y consigan precios más altos. Una de las razones por las que la Casa Blanca hizo la vista gorda ante las exportaciones de petróleo iraní es porque, supuestamente, perjudicaban a Rusia. A su vez, Venezuela también podría beneficiarse, si la Casa Blanca relajara las sanciones para aliviar la presión del mercado", explicó Blas.