Hace años que Gabriel Fernández Chapo sostiene un vínculo con la Compañía Hongaresa que dirige el valenciano Paco Zarzoso, primero desde la creación dramatúrgica y más tarde en el formato de co producción. Precisamente, aprovechando la presencia del grupo español que este miércoles estrenará en el Teatro Payró su obra Querencia (ver recuadro), se presentará El apocalipsis del soñador, obra de Fernández Chapo que cuenta con la dirección del autor y el mismo Zarzoso. Este estreno tendrá lugar en el Abasto Social Club, de Yatay al 600.
Conjuntamente con la Hongaresa, Fernández Chapo y su grupo, la Compañía Malón ya había estrenado en 2014 otra de sus obras, La mujer del anatomista, pieza centrada en la figura del valenciano Pedro Ara, médico que tuvo a su cargo el embalsamamiento de Eva Duarte. En El apocalipsis... aparece otro valenciano vinculado con la Argentina. Se trata del novelista Vicente Blasco Ibañez (autor de La barraca y Los cuatro jinetes del apocalipsis, entre otras) quien fundó en 1910 una colonia agrícola a 20 kilómetros de la ciudad de Corrientes, junto a un centenar de migrantes de la misma procedencia. Actúan Estel Gómez; Gustavo Insaurralde; Federico Justo; Ariel Li Gotti y Mariana Maciel. El diseño de iluminación pertenece a Leandra Rodríguez, la escenografía, a Carlos Di Pasquo y el vestuario, a Alejandro Mateo.
La pieza se desarrolla en dos tiempos diferentes. Una joven española, a punto de comenzar el siglo XXI, intenta sanar la historia familiar trasladándose a la provincia de Corrientes para enterrar las cenizas de su abuela valenciana en la tierra que habitó de joven. La historia se completa con las escenas de los campesinos europeos y crillos que, junto a Blasco Ibáñez, dan cuenta de los esfuerzos empeñados en la incipiente colonia Nueva Valencia, hacia 1912.El contraste que se produce entre gente de diversas procedencias entusiasma al autor y director: “No creo en las fronteras sino en la fuerza de las identidades culturales”, afirma en la entrevista con PáginaI12.
-¿Cómo fue el trabajo de escritura junto a Zarzoso?
-Me enriquece el intercambio, me permite indagar sobre lo que estoy escribiendo, porque la suya es una mirada que viene desde otra tradición teatral. Funciona como un alter ego. Entonces, más que una supervisión, es el diálogo artístico que establezco con él lo que hace que crezca el material que estoy escribiendo.
-¿Fue Zarzoso quien te sugirió que escribieras sobre Blasco Ibáñez?
-No, en realidad hace años que lo tenía pendiente, cuando visité su casa museo en Valencia, donde descubrí el vínculo que él tuvo con la Argentina. Fue un hombre que, a pesar de su éxito en la literatura, tuvo la necesidad de emprender una aventura que estaba muy relacionada con su pensamiento sobre las utopías.
-¿Cómo llegó al país?
-A comienzos del siglo pasado, llegó invitado por el diario La Nación para dar conferencias por todo el país. Y luego el gobierno le dio tierras en concesión para la fundación de una colonia agrícola. Así, pasó de estar en París en los mejores hoteles a dormir en un catre y a ponerse a trabajar en un campo de arroz, creando un sistema por el cual inundaba las tierras de cultivo extrayendo agua del río Paraná.
-A pesar de tantos esfuerzos no pudo sostener el proyecto...
-No, cuando la colonia ya estaba claudicando, decidió volver a Europa para conseguir más fondos. Pero entonces el inicio de la Primer Guerra Mundial no lo dejó volver. Y aunque sus hijos mayores habían llegado a la Argentina para que lo suplantaran en la dirección de lo que había creado, el proyecto terminó disolviéndose. De todas formas, algo sembró: con el tiempo la provincia de Corrientes se transformó en un importante productor de arroz. De la Colonia Nueva Valencia (su nuevo nombre es Riachuelo) hoy solamente queda su chimenea.
-Más allá de lo interesante de la historia, ¿qué te llevó a escribir esta obra?
-Me atrae mucho el tema de las utopías. Por eso me interesan los personajes que, pensando más allá de sí mismos, buscan generar beneficios para otros. Y por otra parte, me resulta muy inspirador el fenómeno del encuentro, de la fusión que se produce entre personas de diversos orígenes. En El apocalipsis... se cruzan los guaraníes y los criollos con los europeos. Es fascinante cuando confluyen diferentes culturas y se van fortaleciendo unas a otras. No creo en las fronteras sino en la fuerza de las identidades culturales.
La "Querencia" de Paco Zarzoso
Bajo la dirección del mismo Zarzoso e interpretada por Pep Ricart, Marcos Sproston López y Lola López, Querencia se centra en el reencuentro de una conocida actriz y un prestigioso crítico teatral que fueron pareja en otro tiempo. Luego de un ríspido intercambio de viejos reproches,el encuentro cambia de signo gracias a la aparición de un personaje clave en sus vidas. “¿Qué misterio y qué dolor guarda el corazón humano para provocar tanto daño y llevarnos a matar a lo que más queremos?”, es la pregunta con la que el propio Zarzoso sintetiza el asunto de la obra.
*Querencia, 9, 11 y 12 de octubre, a las 20hs, en el Teatro Payró (San Martín 766).
El apocalipsis del soñador, desde el 14 de octubre, los sábados a las 17.30 en Abasto Social Club (Yatay 666).