La corrida cambiaria desatada en lo que va de octubre luce excesiva para las y los economistas consultados por Página 12. El efecto que busca generar Javier Milei con sus declaraciones no es pasado por alto entre analistas, ahorristas y operadores de mercado.
“Los argentinos tenemos pesos para circular en la economía, algunas personas ahorran y otras transaccionan en moneda local. Si todos usamos los pesos, el peso tiene valor. Y ese valor que se le da institucionalmente permite al gobierno, por ejemplo en momentos de crisis, tener déficit fiscal. Si alguien dice de golpe ‘los pesos van a dejar de ser relevantes y vos no vas a poder hacer las transacciones que hacías en pesos’, eso genera una estampida en contra del peso. Si además dicen ‘vamos a cambiar los pesos por dólares y cuanto más alto esté el dólar mejor para cambiarlos’, eso significa que el que se queda en pesos, pierde. Entonces se incentiva la corrida alrededor del dólar”, explica Genaro Grasso, economista del Departamento de Economía Política del Centro Cultural de la Cooperación.
“Milei está queriendo generar una mega-devaluación y un impacto que si no es hiper-inflacionario, está cerca. Y quiere que ese impacto aceleracionista lo pague directamente el gobierno actual para él asumir, dolarizar y decir que así estabilizó los problemas heredados”, continúa.
En igual sintonía, Laura Testa del colectivo de economistas feministas Paridad en la Macro sostiene que “Javier Milei y Ramiro Marra están haciendo una especie de crónica anunciada de la dolarización que alimenta las conductas preventivas, eso explica este nivel de caos que es muy superior de experiencias pasadas de elecciones presidenciales en Argentina, como 2015 o 2019. Están iniciando una corrida, o estampida: si vos ves que todo el mundo empieza a correr, corrés también para que no te lleven puesto”.
Para Federico Zirulnik, del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (CESO), confluyen varios factores. “Primero, en Argentina los años de elecciones son de mayor volatilidad cambiaria y especialmente éste, donde las reservas están por el piso: la sequía hizo que se perdieran más de 20.000 millones de dólares. Segundo, hay altas expectativas de devaluación respecto al tipo de cambio oficial, que si bien se devaluó 22 por ciento luego de las PASO, en poco menos de dos meses los precios ya superaron esa devaluación. Por último, aunque no menos importante, están las declaraciones de Javier Milei que empujan los dólares paralelos, porque fue el candidato más votado y está alentando a la dolarización”.
Martín Epstein, del Centro de Economía Política (CEPA) también alude a la confluencia de factores. “Por un lado, la cobertura que suele darse en tiempos electorales, tanto de grandes actores económicos como de pequeños ahorristas. Luego, la situación de las reservas del Banco Central y una acumulación de dólares que no mejoró sustancialmente la capacidad de intervención en los mercados. Y finalmente, el efecto Milei que es un catalizador sumamente irresponsable”.
¿Qué puede hacer el gobierno?
“Hace más o menos un año el dólar tocó un pico de 350 pesos y era altísimo. Hoy con 120 por ciento de inflación, ese dólar no puede ser mucho más de 800 pesos, con lo cual un valor de 1.000 pesos es bastante alto. Pero igualmente puede seguir subiendo… Si los agentes descartan la posibilidad de dolarización este es un dólar bastante alto, si la incluyen es bajo”, argumenta Grasso.
“El objetivo político del gobierno no debe ser solamente contener al mercado cambiario sino desmantelar la operación por la cual la gente cree que la dolarización es inminente: si esa operación puede desmantelarse, al gobierno le será más fácil intervenir. Si no hay apocalipsis monetario, se puede establecer una transición desde la época de escasez y déficit actual a otra de crecimiento, generación de divisas, reducción del déficit y aspiración monetaria”, advierte el economista del CCC.
Para intervenir, el gobierno tiene pocas herramientas en dólares, monetarias en pesos y regulatorias. Además, “quedan pocas ruedas hasta las eleciones generales del 22 de octubre y el escenario pareciera seguir el sendero ya trazado”, advierte Epstein del CEPA. “Sergio Massa intentando descomprimir la tensión aumentando el ingreso de dólares vía incentivos a la exportación y desmantelando los discursos pirómanos”, continúa.
En tanto, para Grasso “las herramientas que tiene el gobierno para intervenir en dólares son pocas: el Central está esperando llegar a la cosecha fina de fin de año que va a ser muy buena, al igual que la cosecha gruesa del año que viene (y además tendremos superávit energético)”. Y agrega: “puede también intervenir vendiendo bonos en dólares para bajar el CCL, subir la tasa de interés, generar regulaciones e incentivos para invertir en pesos e inspeccionar las cuevas donde se comercia el dólar ilegal”.