La NASA reveló este miércoles que las muestras del asteroide Bennu recolectadas en el espacio, contiene abundante agua y carbono, ambos materiales vitales para la formación de la Tierra. "Son exactamente el tipo de materiales que queríamos encontrar", expresó Bill Nelson, jefe de la agencia espacial estadounidense. Se trata de la primera vez que la NASA trae a la Tierra muestras de un asteroide.

"Son elementos cruciales en la formación de nuestro propio planeta, y nos van a ayudar a determinar el origen de elementos que podrían haber dado lugar a la vida", aseguró en conferencia de prensa desde el Centro Espacial Johnson de Houston, Texas.

Allí presentaron el primer análisis de las muestras del asteroide que trajo la misión  Osiris-Rex -sonda que fue lanzada al espacio en 2016 y que regresó en septiembre pasado cuando aterrizó en el desierto de Utah-, que arrojó la presencia de "abundante agua en forma de minerales arcillosos hidratados" y "carbono". 

La cápsula trajo un "5% de peso en carbono, "el elemento central de la vida", lo cual superó "con creces" el objetivo de la NASA de regresar con "60 gramos" de ese elemento. "Es la muestra de asteroide con mayor alcance de carbono jamás devuelta a la Tierra", enfatizó Nelson. 

Y añadió que el objetivo de esta investigación es "averiguar quiénes somos, qué somos, de dónde venimos, cuál es nuestro lugar en esta inmensidad llamada universo". "Esta misión ayudará a los científicos a investigar la formación de planetas para las generaciones venideras, y profundizará nuestra comprensión de nuestro sistema solar y los los asteroides", puntualizó.

Las revelaciones de la misión Osiris-Rex

OSIRIS-REx no fue la primera misión en encontrarse con un asteroide y traer muestras para su estudio: Japón logró la hazaña dos veces, devolviendo fragmentos de guijarros espaciales en 2010 y 2020. Pero la diferencia clave es la cantidad de material extraído, aproximadamente 250 gramos frente a los 5,4 gramos devueltos por la japonesa Hayabusa2

En ese contexto, la NASA eligió a Bennu porque considera que asteroides similares podrían haber provisto bloques de construcción orgánicos a la Tierra junto con agua a través de colisiones hace miles de millones de años. Asimismo, la órbita de Bennu, que cruza la de la Tierra, también hizo que el viaje de ida y vuelta fuera más fácil que ir al cinturón de asteroides, que se encuentra entre Marte y Júpiter.

Dante Lauretta, investigador principal de la misión en la Universidad de Arizona, señaló que la presencia de material rico en carbono y de minerales arcillosos con contenido de agua "nos encamina a la comprensión no sólo de nuestro vecindario celestial sino también al potencial para el comienzo de la vida".

La sonda espacial fue lanzada en septiembre de 2016, el vehículo empezó a orbitar Bennu en diciembre de 2018 y en octubre de 2020 se posó en Bennu, donde perforó la superficie del asteroide y recogió las muestras que trajo a la Tierra.

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