En el estado actual de la civilización en todas sus variantes, algunas muy oprobiosas para las mujeres y las niñas que no tienen ni el derecho elemental de educarse, se sigue hablando de madres y padres. También de figuras que toman el relevo ante la adversidad o contingencias variadas, como hermanos mayores, abuelos, profesores o tutores que cuidan cuando faltan los padres. En la literatura reciente Siri Hustvedt, escribe un hermoso y crítico libro de ensayos Madres, padres y demás. Apuntes sobre mi familia real y literaria (Seix Barral, Buenos Aires, 2022), donde incluye además de sus ancestros, inmigrantes noruegos, a sus parientes literarios.

Un psicoanalista sabe por la experiencia y la conceptualización de la transferencia, que será depositario de afectos que no ha generado directamente sino, que le son dirigidos por ocupar un lugar que antes lo hicieron justamente estos seres primigenios que llamamos padre, madre. El lingüista Jakobson por ejemplo, hizo un estudio sobre las voces "papá" y "mamá" y encontró que todas las lenguas las incluyen. Los niños que han perdido a sus padres nombran a veces así a personas que se ganaron ese lugar aunque no los hayan adoptado formalmente. La adopción también es una institución milenaria que demuestra la necesidad humana, para los niños especialmente, de tener padres y de la sociedad toda, de asegurar su cuidado. Hay incontables experiencias felices al respecto, otras decepcionantes y que dejan también su huella en la subjetividad.

Sigmund Freud produjo una disrupción en el pensamiento occidental cuando postuló que padre y madre eran huellas inconscientes que determinaban el armado de nuestro aparato psíquico en función de sus posiciones relativas. Valiéndose del mito griego y de la tragedia de Sófocles, llamo Edipus Complex a dicho nudo de relaciones. 

Jacques Lacan apoyándose en la lingüística formalizó el Edipo freudiano en metáfora paterna, sustitución significante de un deseo de raíz caprichosa por estructura -Deseo de la Madre- por un nombre- el Nombre del Padre- que lo transforma y lo anuda a la ley. Madre y padre se inscriben en el inconsciente como significantes que operan a favor del devenir deseante o no del cachorro humano. Su incidencia va mucho más allá de la infancia como lo podemos apreciar gracias a la literatura escrita por hombres y mujeres adultos ya, que hacen de padres y madres un tema de inspiración.

Franz Kafka lo dijo con todas las letras en su famosa Carta al padre. Otros autores ya en este siglo lo continúan, El hijo judío de Daniel Guebel, Apegos feroces de Vivian Gornick, Así hablaba mi madre de Rachid Benzine, La imagen del mundo de Juan Villoro, El corazón del daño de la poeta María Negroni y Mamá del autor tucumano Fabián Soberon, por citar algunos libros conmovedores.

Hace poco, a propósito de una investigación sobre los niños y adolescentes llamados trans, leí en más detalle la ley que permite la reasignación registral de la identidad de género de los niños y niñas cambiándose el nombre, lo que los españoles llaman el nombre de pila, pero la ley de identidad de género argentina no permite cambiar el apellido de estos niños y adolescentes en proceso transición. Esto indica algo sutil en el corazón de la ley, que es una manera que tenemos los seres humanos de regular las relaciones afectivas y ponerles límites. Implica también no poder deslindarse de las responsabilidades que devienen de inscribirse en una genealogía tanto del lado de los padres como del lado de los hijos. Es decir, queda sin tocar el lazo intergeneracional que vincula a los mismos. 

Podemos pensar entonces que el derecho que va recogiendo las experiencias sociales y humanas en toda su complejidad, nos muestra que no es fácil intervenir este vínculo primigenio con el padre, con la madre, sin producir efectos de los que tenemos que hacernos responsables. Esto lo sabe también el psicoanalista, que escucha con respeto el modo de presentación que traen los pacientes a propósito de sus padres, de sus vínculos primordiales, porque es la forma en que cada uno vivió esa relación y también aquello que de la misma lo hace sufrir y produce consecuencias en las propias inhibiciones, síntomas y angustias que lo atraviesan.

Entonces, el analista interviene para que haya una nueva oportunidad para cada sujeto de posicionarse en modo diferente en relación a los propios orígenes y a esos vínculos que le antecedieron en la vida y que simbolizaron o no sus primeros deseos. Recientemente leí una crónica conmovedora de una mujer lesbiana en pareja con otra, ambas mamás de una niña que va a jardín. En la Carta de mamá Paula a su hija Vicki, publicada por Página/12 el 15 de septiembre pasado, Paula nos cuenta que al ir a dejar su hijita Vicki ésta la saludaba con un sorpresivo y pícaro "chau papá". La respuesta en forma de carta dirigida a su hija no se hizo esperar. "¿Por qué te voy a negar la posibilidad de apropiarte de esta palabra (papá) para que hagas con ella algo flexible y creativo, si es lo mejor que sabés hacer?", dice Paula Jiménez España, poeta y periodista que a pesar del malestar inicial que le producía por su propia historia también, ser nombrada "papá", se deja interrogar, cuestionar y finalmente acepta, la invención nominativa de su hijita. Si tuviera que cerrar este breve argumento lo haría con las preguntas que ya se hizo y se sigue haciendo el psicoanálisis porque atraviesan el corazón de la subjetividad ¿Qué es un padre? ¿Qué es una madre? ¡Que lo digan ellos! Por eso los escuchamos en entrevistas cuando atendemos a niños y adolescentes.

Y por eso los invitamos a la Universidad a testimoniar su experiencia. Las jornadas Lecturas de la subjetividad se realizan cada año desde el 2010 en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Tucumán. Desde hace seis años contamos con un espacio de testimonios acerca del tema tratado en la Mesa panel este año dedicado a "Padres madres y demás, ¿que se dice, se escribe y se escucha hoy? Participarán en esta ocasión los profesionales invitados. Desde el derecho, Claudia López, desde la literatura, Guillermo Siles, desde el psicoanálisis y la educación, Jimena Rodríguez Rey. La periodista Irene Benito presentará su testimonio de maternidad.

*Psicoanalista. Reside en S.M. de Tucumán. Miembro IOM Tucuman.