Cuando no existían internet y las plataformas digitales la única forma de conocer un disco o artista nuevo era por recomendación directa de otra persona, ya fuera un familiar, un amigo o algún medio de comunicación que diera cuenta de las “novedades”. Mirando atrás me resulta increíble pensar cómo llegaron hasta mí algunas canciones que no sonaban en ningún lado o prácticamente no tenían difusión, y que sin embargo se fueron transformando en la banda de sonido de mis días.

Supongo que como buena parte de la música que comencé a escuchar, fue a través de mi hermano mayor Sebastián que puedo ubicar la llegada hasta mis oídos de Grace, el álbum que Jeff Buckley editó en agosto 1994; otra de sus valiosas recomendaciones. En ese entonces yo tenía 18 años y estaba fascinado con algunas de las bandas que llegaban desde Inglaterra y Estados Unidos: Radiohead, Blur, Nirvana, Sonic Youth… pero el sonido de Buckley era claramente otra cosa.

Decir que Grace es un disco único merece un párrafo aparte, no sólo porque es un disco de una belleza, fuerza y sensibilidad fuera de lo común, sino porque resultó ser el único álbum que editó en vida su autor, hijo del famoso cantautor Tim Buckley.

Podría describir cada una de sus canciones e intentar poner en palabras el combo de emociones que me producen, pero a efectos de esta convocatoria decidí quedarme con la que resultó ser para mí la puerta de entrada a otro de mis artistas favoritos. Me refiero al track número 6 que es nada más y nada menos que la versión del clásico de Leonard Cohen “Hallelujah".

Leonard comentó alguna vez que se trata de una especie de plegaria y de homenaje a “esos momentos en los que podemos trascender el conflicto, unirnos y abrazar todo el desorden”. Para mí la versión de Buckley transmite exactamente eso y hasta me parece aún más bella que la original.

Si bien había leído alguna vez que se trata de una de las canciones mas versionadas de la historia y conocía algunas de ellas, debo reconocer que al investigar un poco quedé sorprendido por la cantidad y variedad de interpretaciones que existen: desde Bono a John Cale, pasando por Bon Jovi y Andrea Bocelli, hasta el mismísimo Rufus Wainwright (otra versión muy hermosa), que a su vez es el padre de la hija que tuvo con Lorca Cohen, la hija de Leonard.

“Hallelujah” de Buckley está grabada únicamente en voz y guitarra eléctrica y eriza la piel, a diferencia de la de Cohen que tiene muchos instrumentos, coros y un aire más solemne. Hay un video oficial en Youtube grabado en vivo, donde se lo puede ver a Jeff tocando y cantando entre luces y sombras una versión muy conmovedora que no es la que quedó en el disco, aunque se le parece mucho. La que sí quedó en el disco comienza literalmente con un suspiro y dura casi 7 minutos. Pienso que este es otro de esos casos en los cuales la versión “supera” a la canción que la inspiró (como sucede con “Nothing compares 2U”, el tema de Prince popularizado por la inigualable Sinead O' Connor).

En el año 97 yo trabajaba como parte del equipo de dirección de un largometraje de Héctor Babenco. Durante el rodaje me hice muy amigo de uno de los electricistas, Mariano, con quién fuimos descubriendo que teníamos gustos musicales afines. Increíblemente él resultó ser la única persona que conocí que vio a Buckley en vivo. Una tarde de ese año, durante otra jornada de filmación de ese largometraje interminable, sonó el teléfono de la productora, era mi hermano; muy acongojado me decía que Jeff había fallecido, ahogado en el rio Wolf, cerca de Mississippi. Ambos nos quedamos en silencio. Sentí una tristeza enorme. Unos días más tarde mi nuevo amigo Mariano me regaló la entrada de ese concierto de Buckley al que había asistido viajando por Europa. Un verdadero tesoro que todavía conservo.

Mirando atrás me resulta increíble pensar cómo llegaron hasta mí algunas canciones, de lo que sí estoy seguro es que algunas personas llegaron a través de ellas. Aleluya!

• *Hallelujah/Aleluya es una palabra hebraica cuya primera parte significa alabar (Hallelu o alelu) y la segunda parte es una abreviación del nombre de Dios (Yah o ya).

Nicolás Kramer es compositor y cantante. Al frente de Jaime Sin Tierra editó cinco discos entre 1997 y 2002. Desde 2003 y hasta la actualidad se presenta como El Robot Bajo El Agua, proyecto con el cual editó otros cinco discos, dos Eps, varios singles y colaboraciones con distintos artistas de la escena independiente. Actualmente se encuentra preparando la salida de un disco grabado en vivo y continúa trabajando en nuevas composiciones.