Los acercamientos entre radicales y peronistas, como viene publicando Buenos Aires/12, ya son moneda corriente en varios distritos de las secciones Segunda, Sexta y Séptima. Se trata en su mayoría de distritos relativamente pequeños, de no más de 20 o 30 mil habitantes, salvo alguna excepción. Lo novedoso es que esto, que ya está en marcha por el espanto que genera Javier Milei en sectores radicales y se hará plenamente visible si Patricia Bullrich no llega al ballotage, ahora ocurre también en el conurbano. Fieles a la vieja máxima, "que se rompa pero que no se doble", los radicales prometen un ruido y una onda expansiva similares al desprendimiento de un glaciar.
El largo proceso de fractura de la coalición opositora JxC, que comenzó con la división entre “halcones” y “palomas”, que encabezaron respectivamente Horacio Rodríguez Larreta y Bullrich, sumó por estas horas un nuevo capítulo. Los radicales, molestos tanto por los coqueteos del ex presidente Mauricio Macri con el candidato libetario Javier Milei, como por la mala performance electoral de Bullrich y Grindetti, que pone en riesgo varias intendencias y dejará muy mermada su representación legislativa, comienzan a hacer gestos explícitos hacia Sergio Massa y Axel Kicillof. Aunque esto es apenas un adelanto de lo que ocurriría el lunes 23 si hay ballotage y Bullrich no participa.
En Lomas de Zamora, el segundo distrito más poblado de la tercera sección electoral detrás de La Matanza, tras las declaraciones de Milei contra el peso y fomentando una corrida, un sector del radicalismo local salió a pintar a favor del “voto a Massa en defensa propia”. Las pintadas se realizaron anoche en el Camino de la Rivera, Camino Negro, Olimpo y otras arterias muy transitadas de la zona de Cuartel IX, en el límite con La Matanza.
La rebelión radical, que las autoridades partidarias intentaron en vano contener, choca de frente con las aspiraciones de Guillermo Viñuales, el ex ladero de Martín Insaurralde, hoy candidato a intendente por el PRO. Ese espacio apostaba a que el escándalo del barco en el Mediterráneo, que tiene como protagonista a Insaurralde, disparase la popularidad de Viñuales frente a la boleta de Federico Otermín, quien en su momento reemplazó a Viñuales en el esquema de poder de Insaurralde.
“Recibí un montón de llamados”, sostiene Jorge Castillo, uno de los autores de la movida. “Mil de agradecimiento y felicitación y uno o dos de puteadas. Que puteen todo lo que quieran, nosotros no nos vamos a suicidar para sostener los malos acuerdos políticos que hacen ellos.” En el entorno del dirigente, afirman que además de insultos, hubo alguna amenaza.
El sector que responde a Gustavo Posse, que el 10 de diciembre deja el poder en San Isidro tras cuatro décadas, es otro electrón suelto cuyos movimientos son observados por el sistema político. La terminal nacional de Posse es el todavía gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, que para tirria de Bullrich ya se sacó una foto con Massa.
A ese sector le queda en pie, en primer lugar, la candidatura de Mauricio D’Alessandro a la intendencia de San Martín, tras imponerse en las PASO. Pero, como ya es un secreto a voces, es difícil, por bueno que sea un candidato local, que compense el efecto negativo que representan hoy Bullrich y Grindetti.
A la vez, el diputado Walter Carusso, mano derecha todo terreno de Posse, aspira a renovar su banca por la primera sección electoral. Ocupa el séptimo lugar y, con estos números, los pronósticos no le resultan auspiciosos. ¿Con quién tenderá puentes el possismo en el llano? ¿Cómo sobrevivirá? ¿De dónde obtendrá los recursos para intentar recuperar San Isidro? La afinidad mayor está a la vista.
“Hablemos el 23”, fue la escueta respuesta que brindaron al diario desde ese sector. Mientras exista una esperanza, es decir, hasta que no se consume la derrota, los radicales que van en las listas se aferran a ella.
Antecedentes
La interna entre halcones y palomas trajo, desde el minuto cero, una división dentro de la UCR. La porción más estructural, alimentada por el ecosistema partidario, cerró filas con Bullrich a través del titular del Comité Provincia, Maximiliano Abad. El marplatense encabeza la lista de senadores nacionales por la provincia y el candidato a vicegobernador de Néstor Grindetti es Miguel Fernández, titular del Foro de Intendentes Radicales y fiel ladero de Abad. Pero Larreta supo hacerse de un cuerpo de intendentes liderados por quien compitió contra Abad en la interna del partido y perdió: Posse.
Esta situación, que se arrastra desde hace meses, se agravó después del 13 de agosto. Tanto los coqueteos de Macri con Milei, como la magra performance de Bullrich, que según las encuestas todavía podría empeorar, funcionan como incentivos para la ruptura. En un ballotage entre Massa y Milei, no hay chances de que toda la coalición logre consenso frente a una única postura. A fines del año pasado, la legisladora Flavia Delmonte, marplatense y abadista, le dijo a este medio que el límite para su espacio político era el líder libertario. No es la única, ya que varios integrantes radicales de la Legislatura confesaron por lo bajo que no hay posibilidades de acuerdo político ni empatía ideológica con La Libertad Avanza.
Menos de dos semanas atrás, la tirantez que prima en la relación entre el PRO y la UCR se vio reflejada en el intento de Julio Garro, alcalde amarillo de La Plata, de convocar a los 58 intendentes opositores al gobernador, Axel Kicillof, y reclamar una serie de deudas que tendría la provincia con los municipios gobernados por JxC. Al encuentro sólo asistieron alrededor de 20 jefes comunales, aunque el documento que se publicó en algunos medios nacionales salió con la firma de todos. Por eso a las pocas horas, algunos intendentes salieron a despegarse, entre ellos los radicales Facundo Castelli de Puan y Javier Andres de Adolfo Alsina.
El oeste de la sexta sección hay una línea de partidos donde la coalición macrista-radical está perdiendo representatividad. En Pellegrini, Bruno Buyatti de UxP se alzó con el triunfo en las PASO sobre la candidata oficialista, Sofía Gambier. Al momento de acordar las nóminas de candidatos, la UCR vio cómo le borraron otros dos competidores, Gastón La Menza y Gustavo Balbo, el mismo día que se iba a celebrar la elección interna del partido. Efectivamente, ya con todos los correligionarios presentes para la votación, se anunció una lista de unidad que, a priori, fue más una imposición.
Un poco más al sur de Pellegrini está Adolfo Alsina. Allí el intendente es Javier Andrés, un radical catalogado como muy “amarillo” por Fabio Fernández, el hombre que triunfó en la interna de UxP. Andres es la continuidad de la gestión de David Hirtz, hoy senador provincial con mandato próximo a vencer. En 2011, cuando se hizo de la intendencia, varios funcionarios radicales le presentaron la renuncia por no haber respetado la plataforma de campaña en temas como ambiente o desarrollo social. Por estos días, varios de esos ex funcionarios acompañan al peronismo local, que supo reorganizarse tras casi una década de inconsistencias.
Dentro de la séptima sección, los dos grandes bastiones son Olavarría y Azul. En el primero, el actual intendente que compitió con el team paloma, Ezequiel Galli, quedó tercero entre los candidatos más votados de las PASO, detrás de Maximiliano Wesner de UxP y Carolina Arouxet de La Libertad Avanza. Envuelto en investigaciones por corrupción y malversación de fondos con tarjetas de alimentos para beneficiarios sociales, Galli igual apostó por conquistar su distrito vecino y su candidata triunfó en Azul. Se trata de Natalia Colomé, quien fue la más votada, y aspira a destronar a Hernán Bertellys, el pejotista que dio el salto a Cambiemos en 2016. Por el lado de UxP, Nelson Sombra se alzó con la victoria en la interna y reconoce que con distintos dirigentes del radicalismo local tiene una muy buena relación y, posiblemente, lo apoyen de cara al 22 de octubre “ya que son tipos que les gusta la política y entienden el rol del Estado”.
Camino al norte de la provincia, en Bragado el peronismo supo consolidar una unidad ampliada con participación de la UCR gracias a la tarea de Sergio Barenghi, ganador de la interna, y referentes locales, como el caso de Darío Duretti, de Casa Peronista. Allí enfrentaran al camaleónico Vicente Gatica, nacido en el radicalismo, pero que pasó por el Frente Renovador previo a ganar la intendencia con un partido vecinal. Sus desmanejos y un creciente nepotismo llevaron a las fuerzas de la UCR a no encontrar representatividad en él, algo que se acrecentó en el instante que le permitieron volver a competir dentro de la interna de JxC.