Todo clan, todo grupo de personas más o menos reducido, tiene en mayor o menor medida (guarda enigmas ocultos) cuestiones escondidas que se develan o no con el paso y la perseverancia de las generaciones. Así, en “Los lugares cambian”, escrita por Elena Bossi y digida por Rodolfo Pacheco, tres hermanas mayores, en la vieja sala en decadencia, son sorprendidas por un antiguo secreto de familia. Deben resolver cómo hacer frente a la situación, ¿se atreverán a cambiar sus vidas, la imagen que la sociedad tiene de ellas?
La obra podrá verse hoy y mañana, a las 21, en la sala Mayor del Teatro Mitre (Alvear 1009) de la ciudad de San Salvador de Jujuy, con entrada a $800, que se adquieren en boletería y por plataformas virtuales (https://meinscribo.com/teatromitre/events/los-lugares-cambian/). Quienes se acerquen allí, encontratán a un elenco que teje la historia sobre las tablas con giros atractivos y originales, está integrado por María del Carmen Echenique, Noemí Salerno, Silvia Gallegos, Roberto Cruz, Tupac Pelaez y Ezequiel Boris.
Además, como contrapartida que emplifica los sentidos, la música original es de Bruno Romero; la coreografía, de Marcelo Chelin Mamani; el diseño, realización de vestuario y utilería es de Vanesa Vásquez; el diseño de iluminación, de Saturnino Peñalva; el diseño de maquillaje y peinado, de Nayra Muñoz Arancibia; la realización de vestuario, de Samantha Cuevas Gemetro y el diseño de escenografía, de J. C. Fabio Sánchez.
El numeroso equipo contruye, en escena y detrás de ella, una trama que invita a la reflexión y la risa. Para conocer los detalles de esta propuesta, Elena Bossi, responsable de la dramaturgia, se dispuso a la conversación.
-En la trama de esta pieza, María del Carmen, Blanca y Encarnación, tres hermanas viudas de más de 90 años guardan un secreto familiar que tiene que ver con el derecho a la identidad, el empecinamiento con el silencio de algunos, la búsqueda de la verdad de otros ¿por qué se abordaron estos ejes?
-Ignoro si los temas se seleccionan desde esa perspectiva. Creo que simplemente ocurrió que cuando me contaron una anécdota imaginé la obra sin pensar demasiado. Después, a medida que pensaba y escribía, los temas se iban perfilando y tomando forma, pero no imaginé de entrada hablar de la identidad, la orfandad, la vejez, los mandatos familiares, al principio, yo sólo veía la obra, imaginaba a las tres hermanas conversando. Creo que las obras surgen de imágenes poéticas, no de una "selección" temática.
-¿En el año en el que se conmemoran cuatro décadas de democracia, las acciones tienen un objetivo particular en esa línea, o qué es lo que se espera generar en los espectadores?
-En este y en todos los años, sólo espero que la gente disfrute, que pase un buen momento, que piense y ría, y llore. Naturalmente, los sentimientos y las reflexiones que se producen a partir de una puesta en escena, te llevan a la situación actual, local, a tu casa, a tu país.
-La obra se da en el marco del programa “Teatro Nacional Cervantes produce en el país”, un concurso con un arduo proceso de selección ¿qué significado tiene que la puesta suceda junto a esta iniciativa?
-Esta pregunta es muy sencilla de responder, sin el TNC no se hubiese podido montar. No se trata de teatro comercial sino del off. El teatro independiente no dispone de posibilidades de montar obras con tantos personajes y demandas escénicas.
-En un momento donde algunos candidatos cuestionan el valor de la cultura ¿cuál es la relevancia de iniciativas como ésta y de la expresión teatral en general?
-El TNC ayuda a producir obras de teatro independiente que el ámbito privado no produciría. Además, la entrada a la sala para la gente es muy económica. Todo el mundo puede ir al teatro y disfrutar de un espectáculo de calidad. La cultura no puede ni debe estar privatizada. Si fuera por lo privado, sólo se producirían obras comerciales con entradas muy caras.
-El elenco está integrado por actores mayores, en una época donde rige más que nunca la exaltación de la juventud en redes y medios de comunicación ¿se celebra con eso la capacidad creativa y expresiva de los seres humanos en todas la etapas de su vida?
-Creo que lo que más me interesó de la historia fue hablar, reflexionar acerca de lo que llamamos vejez. En las voces de estos personajes he tratado de recuperar las voces queridas de tantas personas que quise y que ya no están, y también reflexionar acerca de lo que la sociedad demanda de cierta edad. ¿Cuáles son los mandatos para los mayores? En general se espera que se queden quietos, que no molesten, y aquí hay unas mujeres que no siempre están conformes con ese lugar que se les adjudica.
-¿Cómo describirían la respuesta del público en las funciones iniciales, qué expectativas tienen para las que vendrán?
-Tuvimos mucha suerte. Tuvimos mucho público y las repercusiones fueron muy buenas. La gente se reía, lloraba, a la salida contaban sus historias semejantes. Creo que hubo mucha gente que se sintió identificada con la historia de los secretos familiares y el daño que causan. Además la puesta es muy atractiva visualmente, muy simbólica y el director, Rodolfo Pacheco, realizó un gran trabajo creativo que la potenció.
-¿Tienen planes de gira o reposiciones para 2024?
-En principio, parece imposible trasladar esta puesta por los costos.
-En la puesta se plantea una fusión entre lo actual y “lo pasado”, por decirlo de algún modo…
-Además de los cuatro personajes en escena, había que encontrar el modo de mover los muebles de la escenografía y Rodolfo Pacheco agregó dos excelentes bailarines del tipo callejero que además potencian la idea de la orfandad. Con ellos, se amalgama lo antiguo con lo moderno y todo el espectáculo resulta popular por la alternancia de sentimientos que produce.