Una nueva agente de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires fue citada a indagatoria en la causa por el encubrimiento del crimen de Lucas González. Se trata de la oficial Daniela Lozano, a la que los peritos le encontraron audios telefónicos en los que le relataba a Héctor Cuevas, uno de los policías ya condenados por el encubrimiento, la secuencia en que el chico de 17 años fue asesinado por tres oficiales porteños en el barrio de Barracas. Los audios son del mismo día del homicidio, por lo que la Justicia considera en primera instancia que la mujer fue testigo del hecho y no denunció lo ocurrido en el marco de una trama de encubrimiento que mantuvo la versión falsa de un enfrentamiento armado durante 24 horas.
La jueza Vanesa Peluffo, titular del Juzgado Nacional N°7 en lo Criminal y Correccional, fue quien ordenó la indagatoria de la oficial Lozano en respuesta al pedido del fiscal de la causa, Leonel Gómez Barbella, que también había requerido la detención de la oficial, aunque en ese caso la jueza denegó la solicitud. Así, Lozano llegará en libertad a la indagatoria fijada para el próximo jueves 19 de octubre a las 10 de la mañana y luego de su declaración se decidirá su situación procesal.
El principal elemento valorado por el fiscal y la jueza para definir el llamado a indagatoria es el contenido de la conversación que Lozano mantuvo con el principal Cuevas cerca de las 21 horas del 17 de noviembre de 2021, casi 12 horas después de los hechos y cuando todavía se mantenía la falsa versión instalada por los agentes, con pistola de juguete plantada de por medio. Precisamente el arma de plástico es uno de los puntos sobre los que gira esa conversación, en la que Lozano le pregunta a Cuevas: "¿Tenía una réplica como decía el poli?". El principal, por su parte, contesta que "se la pusieron".
La respuesta coincide con lo que el propio Cuevas declaró en el marco del primer juicio que se llevó a cabo entre marzo y julio de este año. Allí, el principal se quebró y contó que vio el momento en que los agentes plantaron el arma de mentira en el auto en el que viajaban Lucas y sus amigos, momentos después de la balacera policial de Iriarte y Vélez Sarsfield. Cuevas dijo que fue Gabriel Isassi, uno de los tres condenados a perpetua por el homicidio, quien plantó el arma bajo las órdenes del subcomisario Roberto Inca, condenado en el juicio por el encubrimiento.
Más allá de esos mensajes escritos, la acusación sobre Lozano se apoya además en el contenido de dos mensajes de audio de Whatsapp también enviados a Cuevas esa misma noche, en los que cuenta el momento de la balacera aunque con una versión más indulgente para los tres policías: "Hablando con los polis, viste, me comentaron que ellos disparan porque… los pibes estos sacan de la ventanilla lo que supuestamente era un arma, entonces los polis se asustaron y yo vi que uno le estaba tirando, viste, pero no le tiraba a matar, sino que tiraba para abajo. Viste como que le estaba tirando a las ruedas", se lee en la transcripción del audio realizada por la Dirección de Apoyo Tecnológico a la Investigación Penal (DATIP).
Allí la mujer también cuenta que en ese momento se encontraba de guardia con otro compañero en la Avenida Vélez Sarsfield. "Cuando estábamos ya subiendo a la vereda, entrando al parque, fue que escuchamos, escuchamos el quilombo viste, los disparos, entonces miro así estaba, bueno, como te dije, viste, disparando él para abajo, y veo que el auto sale, sale arando", agrega la transcripción. Tanto la versión de que los chicos mostraron un arma como la de que los policías tiraron hacia abajo ya fue descartada de plano por las pruebas y testimonios exhibidos en el juicio, en el que también fueron condenados a perpetua los oficiales Juan José Nieva y Fabián López.
En los mensajes escritos, en tanto, los dos agentes también hablan de la cantidad de disparos que efectuaron los policías: "Los 3 dispararon casi 20 tiros", dice Cuevas, mientras que Lozano responde que "yo escuché 5". Al mismo tiempo, el principal le informa a su colega que a esa hora Lucas ya estaba con "muerte cerebral". Para Gómez Barbella, el contenido de los audios prueba que la oficial "no solo se encontraba en el lugar de los hechos, donde pudo presenciar lo acontecido brindando al exterior una versión sumamente distorsionada tendiente a encubrir lo realmente acontecido, si no que tomó conocimiento de la maniobra realizada por sus colegas y omitió denunciar el delito que se estaba perpetrando".
"Cabe destacar, que en su calidad de miembro de una fuerza de seguridad era su deber formular denuncia o promover la acción pública para la individualización de los partícipes", agrega el fiscal, que subraya que Lozano "nunca procedió a informar la comisión de tales conductas delictivas a ninguna autoridad componente judicial ni policial". Gómez Barbella le imputa así el delito de "encubrimiento por omisión de denuncia agravado por tratarse de un funcionario público".
Además de los tres sentenciados por el homicidio, en julio fueron condenados por el encubrimiento del crimen de Lucas otros seis policías porteños, con penas de entre 4 y 8 años de prisión. Se trata de los comisarios Fabián du Santos , Juan Romero y Rodolfo Ozán, el subcomisario Roberto Inca, el principal Cuevas y el oficial Sebastián Baidón, al que también se lo condenó por torturas. En paralelo, también está procesado el oficial Facundo Torres, señalado como quien aportó el arma de juguete plantada por Isassi.