A pesar de la presencia de Neymar, Vinicius, Rodrygo y Richarlison, Brasil necesitó de un corner y un cabezazo goleador del central Gabriel para quebrar a una aguerrida Venezuela, que se sostenía en la eficacia de su arquero Romo y la solidez de su defensa para quedar en partido hasta el final. Y cuando el resultado parecía sellado, una espectacular chilena de Edward Bello posibilitó que la Vinotinto igualara 1-1 y se llevara un histórico punto de Mato Grosso.
Si hablar de justicia en el marcador no resulta muy necesario, ya que Brasil fue el dominador, fue el que propuso y fue el que contó con las mejores ocasiones de gol, tampoco se necesita aclarar demasiado que el conjunto verdeamarelo estuvo lejos del brillo que se espera de un conjunto plagado de estrellas.
Es que Venezuela se plantó con firmeza en el fondo, le cerró espacios y aguantó bien sin cometer errores. A Brasil le faltó ingenio y creatividad para romper el cerrojo que propusieron los dirigidos por Fernando Batista, que se fueron al descanso sin haber pasado grandes sobresaltos.
Parecía que todo podía cambiar cuando Brasil encontró de pelota parada lo que no podía conseguir con el balón en movimiento con un cabezazo de Gabriel. Pero no mucho se modificó, porque los locales siguieron sin sorpresa y con Neymar como único recurso de desequilibrio y los venezolanos mantuvieron su libreto bien aprendido.
Entonces llegó lo inesperado. Savarino desbordó por la derecha y mandó un centro perfecto para que Bello metiera una chilena inolvidable para un empate que quedará en la historia del fútbol venezolano.