Desde Marsella

El Mundial de rugby avanza, y pasaron 30 días y 40 partidos desde aquel lejano 8 de septiembre, donde el Stade de France vibró con el triunfo de su seleccionado sobre Nueva Zelanda, en el partido que abrió la 10ª Copa del Mundo, aquí en Francia.

Un mes de rugby por nueve sedes distribuidas entre París, Nantes, Niza, Marsella y Saint-Etienne -se jugaron cuatro partidos por ciudad-, en Lille, Lyon y Bordeaux, cinco en cada una.

Fue una primera ronda donde las desigualdades se notaron más que nunca. Francia y Nueva Zelanda le marcaron 96 tantos a Namibia e Italia, y a Rumania le hicieron 287 tantos en cuatro partidos. Chile debutó y tampoco pudo sumar ni un punto, y los namibios siguen sin ganar desde que participan en los mundiales, 20 años atrás, en Australia 2003.

Los All Blacks perdieron un partido en primera fase por única vez en la historia. Tenían el récord desde 1987, cuando se disputó el primer Mundial en su país. Después de caer en el debut, reaccionaron y les hicieron 71 tantos a Namibia, 96 a Italia y 73 a Uruguay. A los sudamericanos y africanos los dejaron en cero. Los otros que quedaron sin anotar puntos en la etapa clasificatoria fueron Chile (0-71 ante Inglaterra) y Rumania (0-76 contra Sudáfrica y 0-84 frente a Escocia).

Los cuatro primeros del ranking demostraron por qué son los candidatos a llevarse el título. Este fin de semana en París, el hemisferio norte querrá ganar esa batalla ideológica que tanto les gusta a los amantes del rugby, ante el hemisferio sur. Es que sólo una vez en este deporte un equipo del norte pudo levantar el preciado trofeo Webb Ellis: fue Inglaterra, en 2003. El resto de los títulos fueron para Nueva Zelanda (1987, 2011 y 2015), Sudáfrica (1995, 2007 y 2019) y Australia (1991 y 1999).

El Stade de France tendrá dos choques enormes entre sábado y domingo en el horario central de las 16. En primer turno, Irlanda enfrentará a Nueva Zelanda, y en el cierre de los cuartos de final, el equipo local, Les Bleus, buscará la semifinal ante el último campeón del mundo, Sudáfrica.

Del otro lado de la llave están Los Pumas. Este sábado en el primer turno se jugarán el pase a las semifinales contra Gales, en Marsellla. El equipo que dirige el australiano Michael Cheika, con Felipe Contepomi como asistente, todavía no convenció. Puede y tiene que jugar mejor para pasar. No hay imposibles, porque los Dragones Rojos tampoco son invencibles. Llegaron muy mal a Francia, pero gracias a su paciencia, buena defensa y conducción, se llevó el grupo C y además eliminó a Australia.

La sorpresa, Fiji, buscará dar el golpe del Mundial cuando enfrente a Inglaterra el día domingo. Los fijianos voladores, como así los llaman por el juego alegre y divertido que los hizo potencia en el rugby de seven, son tan impredecibles que en sólo algunas semanas puede superar a Australia, como caer con Portugal y poner en jaque lo que era una clasificación segura.

Los ingleses son el otro equipo que completan los cuartos. Les tocó la zona más sencilla del Mundial, no llegaron bien a la Copa pero el triunfo ante Los Pumas los envalentonó. Pero en el cierre ante Samoa volvieron a mostrar su antigua cara: ganaron de casualidad con algunos fallos muy cuestionados que le quitaron brillo. 

Con los australianos ya en su casa, afuera en la ronda inicial por primera vez en la historia, Irlanda y Francia más candidatos que nunca, All Blacks y Springboks preparándose para pinchar la fiesta, y galeses, ingleses, fijianos y argentinos a la expectativa, el Mundial de Francia 2023 ingresa en su etapa decisiva. Un nuevo título se pone en juego, el décimo de la historia con la intención de inscribir un nuevo nombre en el dorado trofeo.

Los Pumas deben escribir su propia historia. Se lo deben, saben que todavía no dieron todo lo que pueden. Un triunfo puede llevarlos al séptimo partido, algo que sólo dos veces en la historia consiguieron: el tercer puesto de Francia 2007 y el cuarto de Inglaterra 2015.

El Mundial entra en su etapa decisiva. Esa en la que juegan los mejores. Con cuatro selecciones muy por encima del resto, dos de ellas que quieren cortar con la hegemonía de los campeones del hemisferio sur. Para Francia e Irlanda las finales empiezan este fin de semana. Para la Argentina será una más de las que viene jugando desde que perdió ante Inglaterra. Con la esperanza de que aparezca el equipo y vuelva a escribir una nueva página en su historia.