Los servicios de inteligencia estadounidenses no han detectado ninguna amenaza "específica" contra EE.UU. tras el ataque masivo del grupo palestino Hamás a Israel, informó este viernes un portavoz de la Casa Blanca. "Dicho esto, seguimos atentos a todas y cada una de las posibles amenazas", sobre todo contra las comunidades judía y musulmana en EE.UU., afirmó el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, John Kirby.

El presidente estadounidense, Joe Biden, dijo este viernes que abordar la crisis humanitaria en Gaza, es una prioridad: "No podemos perder de vista el hecho de que la abrumadora mayoría de los palestinos no tuvo nada que ver con Hamás y los atroces ataques, y que también está sufriendo".

Videollamadas con los familiares

El mismo día, Joe Biden habló por videollamada con las familias de ciudadanos estadounidenses retenidos como rehenes por el grupo palestino Hamás. Durante la conversación, Biden transmitió a las familias su preocupación por los acontecimientos y su compromiso de hacer "todo" lo posible para localizar a sus seres queridos, detalló en una rueda de prensa John Kirby. Además, algunos familiares compartieron con Biden información sobre sus seres queridos y relataron la pesadilla que han vivido desde su desaparición.

El propio Biden confirmó el martes que había estadounidenses entre los rehenes que Hamás tomó el sábado, cuando lanzó un ataque de gran escala contra Israel, generando la peor escalada en décadas del conflicto palestino-israelí. La Casa Blanca asegura que 17 estadounidenses permanecen desparecidos y, entre ellos, se cree que algunos han sido tomados como rehenes por milicianos de los grupos islamistas Hamás y Yihad Islámica.

Se estima que al menos 130 personas han sido tomadas como rehenes por estos grupos, quienes buscan intercambiarlos por los miles de presos palestinos en prisiones israelíes. A su vez, Israel está considerando cifras que podrían elevar el número de cautivos a alrededor de 200, aunque las autoridades israelíes aún no han proporcionado una cifra precisa. El número de fallecidos estadounidenses en Israel es de 27, según los últimos datos de la Casa Blanca.

Israel contabiliza más de 1.300 muertos, mientras que los bombardeos aéreos israelíes han dejado al menos 1.800 fallecidos en la Franja de Gaza.

Choque de posturas en la ONU

El Consejo de Derechos Humanos de la ONU se convirtió este viernes en el escenario de la confrontación entre los países árabes y musulmanes, por un lado, y los occidentales, del otro, frente a la guerra entre Israel y Hamás. Estados Unidos, Francia y Reino Unido, como todo el resto de países occidentales que intervinieron en el Consejo, declararon su apoyo incondicional a Israel y condenaron los ataques de Hamás, al que consideraron un grupo terrorista. Ninguno mencionó los bombardeos israelíes sobre los civiles en Gaza ni el ultimátum de 24 horas dado por Israel para que toda la población evacúe la parte norte de este territorio.

En cambio, países como Irán y Pakistán --en nombre de los países de la Organización de Cooperación Islámica-- denunciaron al unísono la destrucción a gran escala de Gaza, con ataques que no distinguen entre civiles y combatientes, pero obviando mencionar los crímenes cometidos por Hamás contra los civiles israelíes en la última semana. "Los palestinos tienen derecho a defenderse a sí mismos y a su tierra contra la ocupación, la agresión y el terror organizado por el poder ocupante", sostuvo Irán.

El papel de Francia

Francia sostuvo que Israel tiene derecho a la autodefensa y describió sus bombardeos contra la Franja de Gaza como "ataques selectivos para eliminar a grupos terroristas como Hamás" y con el fin de "proteger a los civiles y salvaguardar la democracia". Junto con EE.UU., ambos gobiernos aseguraron que permanecerán "unidos y coordinados" con otros países, como Alemania, Italia y el Reino Unido para garantizar que Israel pueda defenderse.

Palestina acusó a estos países de asociarse con criminales y de estar observando lo que ocurre en la Franja de Gaza con "inactividad y pasividad". Minutos después, la delegación de Israel instó a todos los países a condenar los actos de Hamás, a exigirle que libere a todos los rehenes y a mantener su apoyo a Israel en su derecho a defenderse.