El concepto de “separación” es ingrato. Las razones por las que un grupo puede dejar de existir son de lo más diversas: énfasis en proyectos individuales, cansancio, cambio de locación e infinitos etcéteras. Pero el destino que siguió a los integrantes del colectivo Odd Future después de disolverse como tal en 2015 tiene poco de separación en tanto lazos personales y mucho de reinvención. Siendo Tyler, the Creator y Frank Ocean sus más célebres integrantes, este combo de rap y R&B californiano dio a conocer a algunos de los mayores y más originales talentos de la llamada música urbana salida de Estados Unidos en los últimos años, cuando todavía eran adolescentes. Y ahora son los ex integrantes de The Internet, uno de los tantos grupos desprendidos del colectivo, los que (siempre en equipo) la están rompiendo.
Matt Martians, productor y beatmaker del grupo, lleva un 2017 muy prolífico. En enero lanzó su primer disco solista, Matt’s Drum/Chord Theory, según él “un disco conceptual sobre un chico que tiene problemas con su chica y se toma un ácido”. Raro, barroco, jazzero y con reminiscencias al rap más old school, su maximalismo contrasta con la austeridad del R&B mucho más pop de su grupo anterior, aunque una foto de la banda aparece en la portada del álbum y las colaboraciones con la cantante Syd y el guitarrista Steve Lacy no faltan, así como con Tyler, the Creator.
También está por salir lo nuevo de The Jet Age of Tomorrow, quizás la joya oculta más delirante de todo el catálogo Odd Future, que los tiene a él y a Pyramid Vritra como únicos miembros fijos y que siempre es un desfile lúdico de colaboraciones, acid jazz, beatbox, soul, funk y mucha psicodelia. El álbum tendrá el poco serio título de God’s Poop of Clouds? y ya se conoce un primer tema, el loquísimo Fly Like Me.
Steve Lacy, por su parte, los tiene a todos boquiabiertos porque con sólo ¡diecinueve años! ya fue productor y guitarrista en The Internet, produjo a Kendrick Lamar en algunos temas de DAMN (su último disco y éxito sin precedentes) y ahora sorprende con Steve Lacy’s Demos, un álbum de funk y soul elegante y casi clásico, en el que toca todos los instrumentos y demuestra un talento vocal y lírico sorprendente, sin un rastro de adolescencia por ahí. Ah, y su manera de producir, tanto para Kendrick como en Demos, es conectando los instrumentos directamente a su iPhone.
Y por último está Syd The Kyd, la increíble voz cantante de 24 años y propietaria del home studio (en casa paterna) donde se grabaron los primeros registros de Odd Future; y que aún siendo menor de edad sorprendió a todos con su voz, su actitud irresistiblemente canchera y su ausencia de pruritos al cantarles canciones de amor y deseo a chicas, explícitamente. Su disco solista, Fin, también de este año, es el más pop y urbano de los tres. Es R&B, hip hop y trap para bailar en un sucucho lleno de humo, y el contraste de la sensualidad descuidada de su voz y lo crudo y peligroso de los beats lo vuelven la condensación perfecta del sonido de época, en algún lugar entre lo callejero y lo mainstream, de tempo lento y tensión sexual en el aire. Y, de paso, también es líricamente sensible, y como se estila (por suerte), Steve Lacy está entre los productores.
Muy jóvenes, desmesuradamente talentosos, creadores compulsivos, honestos, cool y con sentido del humor, los ex The Internet son el grupete al que todos querríamos pertenecer, en donde dejaron de ser un todo para potenciar sus individualidades entre sí. Un buen ejemplo. Y una música increíble.