En el comercio exterior no hay brotes verdes. En el marco de un déficit comercial récord en siete meses, el rojo con Brasil se ubicó en 4741 millones de dólares, un 74 por ciento por encima al registrado en igual período de 2016. El comportamiento a nivel general y en el comercio con Brasil muestra similitudes: mínimo crecimiento de las exportaciones frente a un fuerte avance de las importaciones. La apreciación del tipo de cambio en la primera parte del año junto a la liberación de importaciones para consumo y también en el segmento de bienes de capital explica el retroceso del resultado comercial hasta niveles récord. El deterioro de la balanza comercial es un proceso que viene desde hace varios años.
La Universidad Nacional de Avellaneda (Undav) publicó un informe en el que describe que el déficit comercial de 3427 millones de dólares entre enero y julio es récord, superando al rojo de 3255 millones de igual período de 1994, en pleno auge importador. El deterioro del saldo comercial es un proceso que comenzó en 2013, cuando se agotó el boom de los precios de exportación. En 2012, el superávit comercial se ubicó en 12 mil millones de dólares en un contexto de retracción económica. En 2013, la recuperación redujo el saldo a apenas 1521 millones. En 2014, el superávit fue de 3177 millones y en 2015 se registró un déficit de 2968 millones, el único en todos los años del kirchnerismo. El año pasado el comercio se repuso a 2124 millones, gracias a la crisis económica que contuvo el mercado de insumos, bienes de capital y consumo. “De mantenerse esta tendencia, 2017 se consolidará como el año de mayor déficit comercial de la historia, y profundizará el panorama opaco en nuestra matriz de comercio exterior, de cara a los próximos años”, pronostica la Undav.
“Semejante deterioro comercial se explica por un virtual estancamiento de las exportaciones, que crecen a un ritmo del 1,4 por ciento acumulado, mientras que las compras de bienes desde el exterior se incrementan por sobre el 15 por ciento. La avalancha de importaciones tiene origen en un incremento sustantivo de la adquisición privada de vehículos de pasajeros (42,3 por ciento), además de una notoria suba de bienes de capital y consumo (13,8 y 12,5 por ciento, respectivamente)”, agrega el informe. Entre los bienes de capital sobresale la compra de camiones, maquinaria agrícola, vial y ferroviaria.
La relación comercial con Brasil, el principal socio de la Argentina, no escapa de la tendencia general. De acuerdo a un informe de la Cámara de Comercio Argentino Brasileña, en los primeros siete meses el déficit bilateral con Brasil se ubicó en 4741 millones de dólares, un 74 por ciento por encima del mismo período de 2016. Ese resultado se explica porque las exportaciones avanzaron un 4,2 por ciento hasta los 5201 millones de dólares mientras que las importaciones lo hicieron en un 28,8 por ciento y quedaron en 9942 millones de dólares.
En el desagregado de las importaciones provenientes de Brasil durante el período enero-julio se destaca el avance del 45 por ciento de los vehículos automotores, seguido por el crecimiento del 17 por ciento en bienes intermedios, mientras que las piezas y accesorios para bienes de capital crecieron medidas en dólares un 11 por ciento. En cuanto a los bienes de consumo, el avance fue del 22 por ciento de la mano del calzado, que avanzó un 51 por ciento respecto de los mismos siete meses de 2016, y carne porcina, que creció un 103 por ciento en el acumulado interanual.
Según la consultora especializada Abeceb, la “principal razón del desequilibrio es el fuerte rojo bilateral en el comercio automotriz”. Los datos de Adefa (que agrupa a las terminales) muestran que mientras la venta de vehículos nacionales a los concesionarios registra en siete meses una baja del 10,5 por ciento, los importados (en donde Brasil tiene predominio) suben un 44 por ciento. Abeceb proyecta para el cierre de 2017 un desequilibrio de la balanza comercial con Brasil superior a los 7 mil millones. En cuanto al último resultado mensual, en julio las exportaciones a Brasil se ubicaron en 787 millones de dólares y las importaciones totalizaron 1579 millones. El saldo fue deficitario en 792 millones de dólares, un 142 por ciento más que en mismo período de 2016.