Los primeros atentados que orquestó el Hamás el 7 de octubre tuvieron como objetivos los kibutzim del sur de Israel. Kfar Aza, Be'eri, Nahal Oz, Magen fueron algunos de los lugares atacados. Pero, ¿qué es un kibutz y por qué es clave para entender la ofensiva iniciada desde la Fraja de Gaza?
El kibutz, una pieza clave
Los kibutzim (el plural de kibutz), están a lo largo y ancho de todo el territorio israelí y fueron una pieza clave en la constitución del Estado. Se trata comunidades rurales colectivas organizadas con una lógica socialista y de democracia radical que mostró tener un gran éxito.
En aquellas organizaciones cerradas se logró combinar el sueño de sus fundadores de establecer un hogar para el pueblo judío con la visión de construir un mundo mejor. Se trató del sitio de pertenencia de muchos migrantes que llegaron a la zona Israel antes de su independencia y comenzaron a trabajar la tierra.
En concreto, la historia de los kibutzim empezó cerca de cuatro décadas antes de la fundación de Israel, en 1948, cuando cumplieron muchas de las funciones de un Estado, como el desarrollo agrícola e intelectual del país, la defensa y el liderazgo político.
Degania, el primer kibutz
El primer kibutz, Degania, fue fundado en 1909, en un terreno adquirido por el Fondo Nacional Judío al sur del Lago Kineret, en el norte del futuro Israel, en ese entonces bajo el control del Imperio otomano.
El espacio fue creado por un grupo de 12 jóvenes inmigrantes judíos de Europa del Este que buscaba un estilo de vida alternativo, con una igualdad real de oportunidades.
De todos modos, cabe destacar que no se trata del primer asentamiento agrícola judío en aquellas tierras, sino del primero en utilizar un sistema socialista, donde todo se decidía por el voto mayoritario de los habitantes y donde todos los miembros eran iguales y hacían todas las tareas.
De trabajar la tierra al poder industrial
Los kibutzim eran organizaciones donde se cubrían todas las necesidades que podía haber, desde vivienda, educación, salud y entretenimiento, hasta la comida, la fabricación de elementos de higiene como el jabón, cepillos de dientes, toallas sanitarias y demás.
Así, por ejemplo, a fuerza de trabajar la tierra, se logró en muchos lugares conseguir "hacer florecer el desierto". Esto se debe a que gran parte del territorio donde se asentaron eran zonas desérticas, un entorno hostil y con poca agua.
Además, ya con una trayectoria, a partir de las décadas de 1920 y 1930, estas organizaciones incorporaron la industria, fabricando una amplia gama de productos, desde ropa hasta sistemas de riego, pero sobre todo alimentos procesados, plásticos y metales.
Los kibutzim en la actualidad
De todos modos, los kibutzim en la actualidad no tienen la misma lógica que 100 años atrás. A mediados del siglo XX estos espacios comenzaron a vivir una trasformación junto a la realidad económica y social del país, lo que llevó a muchos a promover un cambio radical en las organizaciones para no desaparecer.
De esta manera, se estima que ya para los 2000, de los 270 kibutzim se privatizaron 179. En su mayoría los principios socialistas de igualdad se dejaron de lado, pero se mantuvo el foco del movimiento en la responsabilidad social, separando economía y gestión, por un lado, y comunidad, por el otro.
Sin embargo, hay aún kibutzim que se mantienen con la lógica fundacional. Uno de ellos es, precisamente, Be’eri, donde Hamás mató el 7 de octubre a más de 120 de sus 1.100 residentes y secuestró a varios más.