En un acto reivindicativo histórico se descubrieron, el pasado miércoles 11 de octubre, dos fotografías que retratan a Amancay Diana Sacayán y Claudia Pia Baudracco y que formarán parte del salón de la mujer y las disidencias de la Casa Rosada, principal sede del poder ejecutivo de nuestro país. De esta manera la memoria, el activismo y la lucha travesti-trans que desbordó la vida y llena el legado de las compañeras Diana y Claudia ocupará un lugar tan simbólico como concreto en un contexto de avance de la derecha fascista.
“Esa representación y visibilización marca un antes y un después para que las futuras generaciones de compañeras puedan entender que hubo una memoria, una verdad y una justicia, al menos en principio”, dijo Daniela Ruiz, secretaria de la Asociación Civil 7 Colores Diversidad y referente del Colectivo Identidad Marrón. “Es como una herida abierta a la que le ponen una curita: puede sanar. Son actos que dejan una esperanza”, explicó la artivista.
El acto se llevó a cabo en el marco de los 8 años sin la presencia física de Diana Sacayán, quien fue asesinada el 11 de octubre de 2015, víctima de un travesticidio, primero en Argentina en catalogarse como tal para la justicia.
Sobre las formas de exclusión contra las que luchaban las compañeras homenajeadas, Ruiz dijo: “Esa visibilización es importantísima para que marronas indígenas travestis como Diana Sacayán puedan estar hoy en la Casa Rosada. Que esos rasgos, ese fenotipo, pueda estar visibilizándose, traspasa la colonización de la cultura ancestral, de nuestros cuerpos indígenas”.
“Celebro este reconocimiento a las dos compañeras por todos sus aportes, que también es parte de la coherencia que debe tener un pueblo con memoria”, agregó en el mismo sentido Julia Amore, actriz y activista. “A 40 años de esta jóven democracia considero que es sumamente importante, simbólico, representativo e histórico que se hayan colgado los retratos de Amancay Diana Sacayán y Claudia Pia Baudracco”, dijo Amore, responsable de Diversidad Sexual y Génerxs de INADI. “Habla de un reconocimiento del propio Estado de las identidades disidentes y del recorrido de las militantes, de las mujeres y la diversidad que han formado nuestra historia y esta democracia”, agregó.
Si bien Sacayán y Baudracco representaban acercamientos disímiles al abordaje de la lucha y militancia disidente, el acto que honraba a ambas, en un contexto de tanta amenaza en materia de derechos y garantías fue recibido en un clima de unidad por parte de las organizaciones presentes. En palabras de Daniela Ruiz: “Necesitamos unirnos en este momento que está todo tan desunido; poder tener diálogos como el que tuvimos en la Rosada aquel día y que fue determinante para poder pensar las prácticas de las que siempre nos quejamos”.
“Los heterosexuales, así como el movimiento gay o lésbico no tiene consenso. Nosotras hemos demostrado a las claras que estamos más allá de cualquier otro ámbito político, cultural y social que se mueve aún en las reglas de la heteronormatividad”, concluyó Ruiz.