El Mural "Camino hacia la libertad de un cuerpo y de una comunidad", realizado en el marco del Proyecto Murales: Ciencia y Arte en los 40 años de democracia, será inaugurado hoy a las 17.30 con un acto en la localidad de Rosario de Lerma. 

La Gerencia de Vinculación Tecnológica de CONICET, que convocó a la realización de este mural, informó que la idea surgió del ámbito del Instituto de Bio y Geociencias (IBIGEO), el Instituto de Investigaciones en Ciencias Sociales y Humanidades (ICSOH) de la Universidad Nacional de Salta y la dirección del Centro Científico Tecnológico Salta-Jujuy (CONICET). 

La realización artística estuvo a cargo de María Laura Buccianti y Rodrigo Cartés. "La idea se trabajó desde IBIGEO e ICSOH, y los contenidos han sido elaborados desde investigadores/as del Instituto ICSOH en diálogo con la Comisión de la Memoria de Rosario de Lerma", informó el CONICET. El mural está emplazado en una pared lateral del Instituto de Bio y Geociencias, ubicado sobre la calle Bernardo de Irigoyen casi esquina 9 de Julio del pueblo de Rosario de Lerma.

(Imagen: gentileza Marisa Fabrezzi). 

El mural memora la conocida como Masacre de Villa Mercedes, la matanza de cuatro militantes políticos cometida por la Policía de la provincia la madrugada del 20 de abril de 1975, cuando ya el terrorismo estatal se abatía sobre toda la provincia. "Recrea y remite a acontecimientos críticos de la historia reciente local, que se inscriben en el contexto de los crímenes de Lesa Humanidad cometidos por fuerzas paramilitares y estatales, cuyo accionar en Salta comenzó con la intervención al gobierno democrático de Miguel Ragone y se profundizó a partir de la última dictadura militar", sostuvo el CONICET. 

Un fusilamiento sumario 

Alfredo Mattioli, Marcos Estopiñán, Marcial Estopiñán y Ricardo Tapia fueron asesinados el 20 de abril de 1975, sorprendidos por una patota policial en la casa donde estaban descansando, en Villa Mercedes. Los cuatro militaban en el Frente Revolucionario Peronista (FRP).

El acto criminal de la Policía salteña comenzó con la detención ilegal de Tapia, en Chicoana, a solo 23 kilómetros de Rosario de Lerma. En la tortura, Tapia terminó contando contando el lugar donde se escondían Mattioli y los Estopiñán, todos buscados por entonces por la Policía, que los pintaba como delincuentes comunes, pero no buscaba detenerlos y ponerlos a disposición de la administración de justicia. Con el entonces jefe de la Policía, Miguel Gentil, y el jefe del área de Seguridad de la fuerza, Joaquín Guil, a la cabeza, unos veinte policías atacaron la casa y acribillaron a sus ocupantes y, de paso, también a Tapia, que intentó advertir a los ocupantes de la vivienda.

Los cuerpos de los cuatro jóvenes quedaron tirados en el fondo de la casa, cerca de una galería. Tenían “varios impactos de bala”, cerca de la mano de Mattioli había una ametralladora Pam 9 mm con un cargador de diez proyectiles, “con signos evidentes de haber sido recientemente utilizada”, señaló el sumario policial de la época. Cerca de la cabeza de Marcos Estopiñán había una pistola Colt 11.25 con un cargador y cuatro proyectiles, con la leyenda “Policía Federal”, con número limado y punteado, “con signos evidentes de haber sido recientemente utilizada”, decía otra vez el sumario. 

Este hecho fue juzgado en la conocida como Megacausa Salta y en la inspección ocular realizada por el Tribunal Oral Federal de Salta quedó claro que la ubicación de los cuerpos fue montada para el sumario, en cuya acta se detalla que en la casa se encontraron diversas armas, municiones, banderas y publicaciones “supuestamente subversivas”.

El escenario había sido fraguado, y en realidad se trató, dijo el TOF en su sentencia de diciembre de 2013, de un fusilamiento. “A los fines de una adecuada determinación del marco fáctico de los hechos bajo juzgamiento”, el tribunal recordó que en la Argentina y en otros países latinoamericanos, a partir de la década del 70 hubo una metodología represiva en la que “junto a los allanamientos, secuestros, torturas y desapariciones” se practicó también la “estrategia” de “ejecuciones o fusilamientos sumarios que se enmascaraban con el ropaje de una respuesta estatal legítima a lo que se denominaba como fuga de detenidos, secuestros atribuidos al accionar de agrupaciones que generalmente eran denominadas subversivas o a un enfrentamiento armado”.

(Imagen: gentileza María Laura Buccianti). 

Y reseñó las irregularidades de las actuaciones, “que prueban que el pretendido enfrentamiento armado entre las fuerzas de seguridad y Ricardo Tapia, Alfredo Mattioli, Liendro Marcial Estopiñán y Marcos Sergio Estopiñán, no fue sino una matanza de éstos últimos por parte de las fuerzas policiales”: la Policía adujo que tenían la sospecha de que había explosivos en la casa, sin embargo, la División Antiexplosivos de la Policía recién intervino luego de que retiraran los cadáveres y no en primer lugar, como indica la lógica. Pero el dato más significativo tiene que ver con los resultados del “enfrentamiento”: mientras que del lado de la Policía solo el agente Simón Cayo sufrió una lesión leve, del otro lado las bajas fueron totales. El propio médico de la Policía, Ernesto Tamayo Ojeda, consignó que Mattioli recibió 26 impactos de bala, Marcos Estopiñán tenía 36 heridas de bala, Tapia tenía 28 y Liendro Estopiñán, 18.

Reconstrucción y activacion de memorias 

"Este mural evoca a la Masacre de Villa Mercedes, que tuvo lugar el 20 de abril de 1975 en Rosario de Lerma cuando la policía provincial acribilló a cuatro integrantes del Frente Revolucionario Peronista, Alfredo Mattioli, Marcos Estopiñán, Marcial Estopiñán y Ricardo Tapia", recordó el CONICET. Y le dio contexto: "Este suceso trágico, entre otros vinculados a Rosario de Lerma, se integra en una larga lista de episodios de violencia y muerte que signaron al período de entre fines de 1974 y 1982 en Salta. El telón de fondo de este suceso, y de las demás masacres —algunas de ellas con sentencia y otras aún en proceso de investigación judicial para su esclarecimiento— es el clima de gran efervescencia, movilización social, organización política y lucha sindical que caracterizó a las décadas del 60 e inicios de los 70s en Salta. Años en donde tuvieron lugar significativos eventos, como el Salteñazo de 1969 y el Animanazo de 1972, entre otros levantamientos populares protagonizados por trabajadores y sindicatos rurales y urbanos, estudiantes y población en general con diversas demandas relativas a derechos sociales, políticos y laborales".

Asimismo, anunció que esta obra y el proceso de labor colaborativa entre artistas, investigadores e investigadoras, instituciones científicas, organizaciones sociales y la comunidad en general, "constituyen la primera acción en Rosario de Lerma dentro de una agenda más amplia de intervención pública y vinculación social que está previsto llevar adelante desde las instituciones científicas involucradas en este proyecto". 

"Con este hecho, se busca contribuir a la reconstrucción y activación de memorias en torno al pasado reciente local desde el compromiso con los principios y valores de la democracia y los derechos humanos", añadió.