El candidato de La Libertad Avanza (LLA), Javier Milei, aseguró que si es electo presidente privatizará todas las líneas de trenes del país tal como ocurrió durante la década de 1990, cuando compañías de capitales privados devastaron lo que había sido una de las redes ferroviarias más extensas del continente.
El anuncio fue presentado por el líder negacionista sobre la base de su argumento efectivista que sostiene que todo lo que es del Estado debe pasar a manos privadas. “Es un oxímoron tener un Estado empresario porque no cumple el rol de un empresario. Entonces, la realidad es que el Estado debería correrse del medio porque cuando lo hace el sector privado lo hace mucho mejor”, dijo durante una entrevista por América.
El momento en que Milei lanzó su iniciativa no es casual. Hace solo dos días, el gobierno nacional lanzó la renuncia voluntaria a los subsidios al transporte. La medida tuvo un eje claro: transparentar cuánto valdría un pasaje con subsidio y cuánto uno sin subsidio.
En el caso de los trenes, la tarifa subsidiada oscila entre los 12 y 53 pesos. Sin subsidio, tal como lo proponen LLA y Patricia Bullrich, treparía a los 1.100 pesos.
Milei no se refirió a estas diferencias pero retrucó de una manera más dura, la privatización. “No podemos seguir con estos niveles de déficit”, dijo para denostar la recuperación por parte del Estado durante los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner.
-¿Los trenes deberían ser privados? –preguntó la periodista.
-Sí, absolutamente. De hecho, cuando teníamos el mejor sistema ferroviario del mundo era inglés –respondió el ultraderechista sobre la base de esa creencia que aún permanece en un sector de la población.
Los trenes argentinos estuvieron en manos de Inglaterra desde mediados del siglo antepasado, que fue cuando tuvo lugar la llegada de la red ferroviaria al país, y luego fue creciendo en un proceso de décadas donde también intervino el Estado.
La Argentina nunca tuvo “el mejor sistema ferroviario del mundo”, como dijo Milei. Su expansión a todo el país tuvo un pico tras la nacionalización de todas las líneas en 1948 , cuando llegó a tener 48 mil kilómetros de vías. Luego, la red fue diezmada en manos privadas durante la venta impulsada por Carlos Menem, cuya política es tomada como ejemplo por Milei.
La reestatización del sistema le devolvió a los trenes el protagonismo que había perdido y permitió que solo en el área metropolitana viajen al menos 1,5 millón de trabajadores y trabajadoras por día, con tarifas subsidiadas que morigeran los gastos.
La amenaza de Milei al Congreso
Lejos de valorar el efecto positivo que esto tiene en los salarios, Milei no solo ratificó su intención privatizadora sino que, además, amenazó con que si el Congreso no le aprueba la reforma contra el Estado que él impulsará, arremeterá con más ajustes.
“Todo lo que no me aprueben lo voy a sobreexagerar en ajuste fiscal”, advirtió.
Según dijo, “el día 10 (de diciembre) nos paramos ahí (se supone que en Casa de Gobierno), hacemos la reforma de ministerios y mandamos todo el paquete de leyes que tiene que ver con toda la reforma del Estado, con la modernización del mercado laboral y con la reforma monetaria. Va todo”.
El tratamiento y la aprobación de ese paquete, explicó, tendrá que avanzar “en secuencias”. Mientras tanto, añadió, “vamos a trabajar sobre el gasto público para poner las cuentas fiscales en orden. O sea hay un montón”, dijo sin aclarar qué.
El ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, salió al cruce de esta propuesta. Advirtió que "el ajuste que viene va a ser despiadado" y puntualizó que las declaraciones del líder negacionista dejan en claro "que promete cirugía mayor sin anestesia".
"Milei viene a romper la Argentina en mil pedazos. Nadie se puede hacer el distraído. Tenemos que hablar con la gente sin parar hasta el viernes a las 8 de la mañana cuando comienza la veda", recomendó a través de sus redes sociales.