El presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, tuvo que comparecer ayer de forma extraordinaria en el Parlamento para hablar sobre las acusaciones de corrupción que azotan al oficialismo y aprovechó el tiempo de micrófono para acusar a la oposición de actuar con un “celo inquisitorial”, en un momento en el que el país tiene, según sostuvo, otras prioridades como la lucha contra el terrorismo y la defensa de la unidad de España. 

“Yo tengo la obligación de seguir gobernando y no voy a abdicar (sic) de ella”, subrayó Rajoy frente al parlamento y desafió a sus oponentes a que vuelvan a presentar una moción de censura en su contra para obligarlo a dimitir. “Resulta bastante pintoresca su obsesión en querer condenar en esta cámara a mi formación política”, dijo Rajoy, a quien la oposición obligó a acudir al Congreso de los Diputados tras considerar “indignante” su declaración a finales de julio como testigo en el juicio por el “caso Gürtel”, la mayor trama de corrupción en democracia vinculada a su conservador Partido Popular (PP).

Tras un minuto de silencio con motivo de los atentados yihadistas del pasado 17 de agosto en Barcelona y Cambrils, que dejaron 16 muertos y cientos de heridos, Rajoy subió al atril de los oradores y reprochó a sus oponentes que actúen motivados por un “celo inquisitorial” en base a sus intereses políticos, cuando, según dijo, él ya dio explicaciones sobre corrupción en “52 ocasiones”. 

“No hay ninguna razón para esta comparecencia y de carácter extraordinario y fuera del periodo de sesiones”, sostuvo el líder del PP, para luego mencionar los tres problemas prioritarios que afronta su gobierno: la lucha contra el terrorismo, la defensa de la unidad de España ante el desafío secesionista de Cataluña y la recuperación económica. 

Durante su primera intervención, en la que no mencionó en ningún momento el “caso Gürtel” de financiación ilegal del PP, Rajoy remarcó que “no se opone” a que se le exijan responsabilidades políticas, pero recordó a la oposición que la forma de hacerlo es a través de una “moción de censura”, algo que intentaron recientemente y no prosperó. “Su suma de minorías no puede enmendar los resultados de las tres últimas elecciones”, afirmó el dirigente conservador, sacando pecho de sus resultados, pese a que el PP perdió su mayoría absoluta.  En cuanto a la corrupción, Rajoy mencionó genéricamente las medidas aprobadas por su gobierno, que, entre otras reformas, endureció las penas para “disuadir a los que quieran acercarse a la política con otros fines espurios”. 

“La credibilidad en la política exige decir la verdad a los ciudadanos”, le reprochó a Rajoy la vocera del opositor Partido Socialista (PSOE), Margarita Robles, la primera que intentó, sin éxito, obtener algún tipo de explicación del líder conservador y presidente del gobierno. “Usted viene ahora y se envuelve en los problemas que tiene España para no hacer frente a su responsabilidad en la lucha contra la corrupción”, añadió la diputada. 

“Como profesional que trabajó más de 30 años en la Justicia, su declaración me produjo sonrojo”, señaló la ex jueza sobre la comparecencia de Rajoy en el juicio por el caso Gürtel, recordando que el presidente del gobierno respondió con “evasivas”, mostrando “superioridad moral”, y una actitud como si estuviese en el Congreso. Por todo ello, y luego de hacer énfasis en los muchos asuntos que el presidente del gobierno no respondió durante su declaración judicial, Robles le pidió que “dimita” por “dignidad” y porque “le vendrá muy bien a España”. 

A su turno, Pablo Iglesias, el líder de Podemos, respondió ante el victimismo de Rajoy que “los que se sienten acosados por la corrupción son los ciudadanos españoles, porque la corrupción cuesta mucho dinero”. El dirigente de la fuerza de izquierda subrayó que judicialmente quedó acreditado que el PP se financió ilegalmente y que del testimonio de Rajoy ante la Justicia se puede sacar una sola conclusión, que “no niega los hechos, sino que niega conocerlos”.

Por ese mismo motivo, Iglesias indicó que si Rajoy no sabía, “se deduce que es un incompetente”, y que de su presencia hoy en el Congreso sólo hay dos opciones: “nos cuenta la verdad y nos convence, o sigue negando conocer los hechos y lo seguiremos acosando”. Asimismo, Iglesias le planteó al líder del PP seis preguntas que quedaron sin respuesta, entre ellas por qué le envió el famoso SMS a su ex tesorero Luis Bárcenas dándole ánimos cuando la Justicia descubrió que tenía 20 millones de euros en Suiza. 

Desde el partido liberal Ciudadanos, su líder y socio presupuestario del PP, Albert Rivera, insistió en que el presidente del gobierno debe dar explicaciones sobre su implicación en la corrupción de su partido en Comisión parlamentaria, con lo que recriminó a PSOE y Podemos haberle “regalado un mitin a Rajoy en pleno inicio del curso político” sin mencionar “ni una sola vez la palabra Gürtel”. 

“El PP no tiene palabra, pero tampoco tiene escaños para impedir la comparecencia de Rajoy, quien tendrá que responder en comisión bajo juramente y con el riesgo de cometer un delito”, añadió Rivera. 

“Desde Ciudadanos no queremos shows ni espectáculos, sino reformas. Sabemos que el PP no tiene remedio”, remarcó el diputado liberal, quien confía en obtener el apoyo para sacar adelante las reformas que no quieren los conservadores y que presentará su partido, como la limitación de los mandatos presidenciales. 

La mayoría del resto de fuerzas políticas minoritarias también hicieron hincapié en que el formato de comparecencia extraordinaria no aportaba ninguna novedad y que Rajoy debe responder sobre corrupción en comisión. 

En tanto, el catalán Joan Tardà, vocero de Esquerra Republicana de Cataluña (ERC), aprovechó su intervención para centrar la atención en el conflicto secesionista: “Al Gürtel la juzgará la Audiencia Nacional, pero nosotros lo juzgaremos el 1 de octubre: ¡Adiós corrupción, bienvenida república!”, cerro el diputado, haciendo referencia a la fecha del referéndum unilateral convocado por el gobierno catalán.