La canasta de crianza de la primera infancia, niños y adolescentes aumentó 7,7 por ciento promedio en septiembre respecto de agosto, según surge del informe que Indec difundiera el miércoles. Dicha canasta constituye un valor de referencia para estimar el gasto que las familias destinan hacia alimentos, vestimenta, garantizar la vivienda, transporte y cuidado de los infantes. La variación de dicha canasta en septiembre fue menor a la registrada en el Índice de Precios al Consumidor (IPC) que rondó el 12,7 por ciento mensual.

La canasta de crianza elaborada por el Indec incluye tanto el costo mensual para adquirir bienes y servicios como el costo de las tareas de cuidado, que surge a partir de la valorización del tiempo requerido para dichas labores. Son tareas de cuidado lavar y planchar ropa, cuidar mascotas, ordenar y/o lavar los platos, ayudar con la tarea escolar, hacer compras o trámites, etc. De acuerdo a los datos desagregados por Indec según la edad de los infantes, el costo de la crianza ascendió a 141.320 pesos en septiembre en el caso de niñas y niños menores a un año de edad. En tanto fue de 166.877 pesos para niños de entre uno y tres años de edad, de 134.600 pesos para infantes de entre cuatro y cinco años y de 169.570 pesos para niños de entre seis y doce años.

Cabe notar que para el cálculo del costo de los bienes y servicios, Indec considera el valor mensual de la canasta básica total (CBT) del Gran Buenos Aires que se dio a conocer también el miércoles. Dentro de la CBT se incluye tanto el costo de los alimentos necesarios para cubrir requerimientos energéticos mínimos, como el de otros bienes y servicios no alimentarios (vestimenta, transporte, educación, salud, vivienda, etcétera).

La medición de esta canasta de crianza fue anunciada por el gobierno el pasado 8 de marzo en el Día Internacional de la Mujer Trabajadora, en un acto conjunto entre autoridades del Ministerio de Economía, Ministerio de la Mujer y Diversidades e Indec. En materia de estadísticas constituye una herramienta pionera que sirve para fines analíticos, pero también puede utilizarse en los procesos judiciales de separación de parejas para estimar la “cuota alimentaria”. Días atrás, la jueza Ana Carolina Courtis de La Rioja sumó su fallo a otros donde fue utilizada esta canasta para mensurar la cuota de un litigio.