A 72 horas de que se abran los comicios electorales, desde Comercio transmiten seguridad en la relación con las empresas formadoras de precios. En la Secretaría de Comercio admiten que las góndolas pueden llegar a estar "más flaquitas", producto de una situación de stockeo por parte de las familias ante el escenario de incertidumbre, pero niegan las versiones de desabastecimiento de productos esenciales. También aseguran que no hay aumentos por encima de Precios Justos.
Sin embargo, las grandes firmas canalizan la incertidumbre directo en los consumidores: lanzando productos gemelos y remarcando precios en comercios de cercanía, donde el gobierno no tiene un método efectivo de control.
La historia oficial
"El consumo se está acelerando particularmente como forma de cobertura pre electoral y eso genera tensiones de abastecimiento, pero no hay quiebres sistemáticos de stock", enfatizan desde la Secretaría de Comercio en diálogo con PáginaI12. De acuerdo al relevamiento diario que realiza el equipo en cien bocas de expendio, el nivel de cumplimiento de abastecimiento en las grandes cadenas de supermercados en octubre arrojó un promedio del 45 por ciento.
De los cinco niveles en los que clasifican el estado de la góndola (vacía, con abastecimiento casi promedio, promedio, por encima del promedio, o superior, que sería una góndola totalmente llena, como se la puede ver previo a navidad); los relevamientos resultan en la segunda, es decir un poco por debajo del promedio. "Se la puede ver más flaquita", admiten, pero aseguran que está "lejísimos de una situación de desabastecimiento".
Con respecto a los precios -y en contraste con lo que se respira en la calle-, la tranquilidad atraviesa a parte del equipo económico que monitorea Precios Justos desde el edificio de Roca 651 donde se encuentra la Secretaría de Comercio. "El acumulado al 18 de octubre arroja un movimiento de precios de un 4,7 por ciento en promedio en la canasta de alimentos (sin frescos) con lo cual se demuestra que los supermercados y proveedores están respetando la pauta del 5 por ciento acordada", aseguran.
Las mismas de siempre
Si bien aprueban el cumplimiento del acuerdo voluntario que firmaron con la Secretaría de Comercio, las grandes firmas alimenticias profundizan maniobras para aumentar precios de manera engañosa, lanzando productos nuevos que de nuevo tienen poco, quitando bonificaciones en el precio de venta y apostando por las menores fiscalizaciones de precios del Estado en los comercios de cercanía.
Una de las maniobras más conocidas es a través del lanzamiento de productos que las firmas venden como nuevos e innovadores, pero que son en la práctica el mismo artículo con modificaciones casi imperceptibles en el gramaje, el sabor, el diseño de la etiqueta o del envase; y con diferencias muy perceptibles respecto al precio del producto original. Como la posibilidad de control de la Secretaría de Comercio es a través del código de barras EAN, el DNI de cada producto, una pequeña modificación permite generar un nuevo código EAN que no evidencie el aumento de precios.
Algunos ejemplos ya se convirtieron en clásicos, como el de la mostaza de Unilever un 50 por ciento más cara porque en el paquete aseguraba que era "la mostaza más rica", o el nuevo código de barras que solicitó Mondelez para agregar un gramo más de galletitas Pepitos que el paquete original más la insignia "con chispas Cadbury", y aumentar un 50 por ciento su precio.
En agosto, Comercio detectó 40 productos "transformados" a un precio 60 por ciento mayor en promedio. Algunos ejemplos: el bidón de 6.25lt de Villa del Sur, de Danone, pasó de costar un 77,1 por ciento más caro (de 453 pesos a 804 pesos) solo en agosto, porque cambiaron el diseño de la etiqueta, agregándole la insignia "en casa". La empresa El Carmen remarcó 109,7 por ciento el Jugo Citric de naranja de un litro sólo por modificarle la foto al envase.
En la web de Coto Digital, aún conviven los fideos mostachol Matarazzo de 500gr N51 a 428 pesos, con los fideos mostachol Matarazzo de 500gr N52 a 790 pesos. El producto 84,5 por ciento más caro es exactamente igual, salvo por la terminación del fideo (uno es en diagonal y otro derecho): ambos tienen igual gramaje, están hechos con "100 por ciento trigo candeal seleccionado", y ninguna especificidad. Al consultar por la fecha en que se registro el EAN del segundo producto en la Secretaría de Comercio, responden que aún no está en los registros, porque "puede ser un producto muy nuevo". Es decir anticiparon un aumento de 84 por ciento semanas antes de las elecciones generales.
En términos generales, Unilever es la empresa que más utiliza esta maniobra para aumentar precios. Le sigue en el ranking 2023 Danone, luego Fargo, Pepsico y Kimberly Clark.
Los barrios, más caros
Si bien los acuerdos de precios se mantienen dentro de Precios Justos, el hijo de Precios Cuidados y una marca registrada para consumidores y empresas, los problemas persisten en los ámbitos donde Comercio tiene menor poder de fuego: las firmas mandan semanalmente listas nuevas de precios a comercios de cercanía y persisten las estrategias para eludir controles de precios.
Hasta el 11 de octubre (última jornada relevada por Comercio), los comercios de proximidad tenían precios un 50 por ciento más caros en promedio que los registrados en los supermercados que regula el Programa. En septiembre, la brecha alcanzaba alrededor del 47 por ciento. De acuerdo con el recorrido histórico, la brecha de precios entre ambos canales debería estar en el orden de 25 puntos, pero lo cierto es que desde junio de 2023 viene acelerándose. Producto de esta dispersión, la consultora Scentia explica que el consumo en almacenes y comercios de barrio cayó 21,6 por ciento interanual en agosto en el AMBA, mientras que los supermercados crecieron 12 por ciento.
El canal de comercios de proximidad es la figurita dificil de las gestiones de la Secretaría. Es un sector muy atomizado donde se realizan el 60 por ciento de las compras de Argentina. Son alrededor de 200.000 almacenes y comercios de cercanía comparados con las 2.500 tiendas que concentran las principales cadenas de supermercados con quienes negocian y controlan el programa Precios Justos.
Y el aumento de los precios por este canal se vuelve aún más compleja en momentos de alta inflación. Es que son utilizados como un canal de evasión del programa Precios Justos por parte de las empresas proveedoras de los productos. Al tener una capacidad muy limitada de controlarlos por la cantidad y la ubicación, las grandes empresas imponen sus aumentos de precios a los pequeños comercios generando de esta manera un doble impacto negativo: por un lado, un aumento de precios que el almacén tiene que convalidar sí o sí porque no cuenta con espalda financiera ni poder de negociación para hacer frente a aumentos, aunque sean injustificados y desmedidos.
Por otro lado, ese aumento de precios impacta particularmente en los que menos tienen. Lo muestran los números: los precios subieron más en zonas del Gran Buenos Aires porque abundan los comercios de cercanía, como almacenes, súper chinos y proveedurías informales. A su vez, es allí donde compran mayormente quienes viven en los barrios vulnerables.