La Justicia imputó este miércoles a Ariel Cabrera, uno de los sospechosos por la muerte de Ivana Garcilazo, la joven hincha de Rosario Central que falleció tras recibir un piedrazo en la cabeza cuando regresaba en moto a su casa tras el clásico rosarino. El profesor de educación física fue acusado por “homicidio agravado por ser cometido con ocasión de espectáculo deportivo, en grado consumado en carácter de coautor”. Durante la jornada, el imputado habló por primera vez frente a los familiares de la víctima y aseguró que no quiso matar a nadie. "De hecho, no lo hice", deslizó. Tras la audiencia, el fiscal Gastón Ávila reveló que el otro sospechoso identificado, Damián Reinfenstuel, podría haber escapado a Bolivia por un paso fronterizo. “Ya tenemos un pedido de alerta roja de Interpol, un pedido de detención y de captura internacional”, detalló. En tanto, sobre la tercera persona involucrada en el homicidio el fiscal aseguró que hay “elementos serios para llegar a una identificación pronta”.

La audiencia comenzó pasadas las 14 , en la sala 10 del Centro de Justicia Penal de Rosario y se extendió hasta cerca de las 16. Desde temprano, familiares, amigos, y allegados de Ivana se movilizaron en el lugar para reclamar justicia y permanecieron frente al edificio hasta finalizada la jornada. En ese marco, Ávila hizo un repaso de los hechos, recordando que tras el partido, los tres sospechosos se dirigieron hacia la zona del estadio de Newell's y que al ver venir a una persona con la remera de Central, le arrojaron baldosas del suelo, con conocimiento de que podían provocarle la muerte.

Asimismo, brindó detalles de la investigación que derivó en la identificación de los sospechosos, a partir del relevamiento de las cámaras de seguridad, el mail de una persona que pidió reservar su identidad y que dijo reconocer a los sospechosos, y las entrevistas con testigos claves, como un taxista que estuvo presente y dio aviso al 911. Sobre este punto, el fiscal reconoció que el accionar del 911 fue “irregular” y adelantó que hay una denuncia presentada para que se investigue un posible delito por incumplimiento de deberes de funcionario público.

“Lo que podría haber sido una fácil aprehensión de una persona que estaba huyendo a pie, a pocas cuadras del lugar del hecho, por una mala gestión de la llamada del 911 se perdió esa oportunidad y hoy estamos lamentándonos de no tener a Reinfenstuel en el banquillo de los acusados”, cuestionó Ávila.

Por todos esos elementos, el fiscal solicitó la calificación de homicidio agravado por ser en el marco de un espectáculo deportivo, que fue aceptada por el juez de primera instancia, Florentino Malaponte. En tanto, para la defensa se trató de un “delito preterintencional”, es decir, con intención de causar daño a una persona, pero no matarla. Además, el abogado defensor pidió que la prisión preventiva tenga un límite, pero no hubo lugar al pedido y finalmente Cabrera quedará detenido por el plazo legal.

Familiares de Ivana Garcilazo y su novio ayer en el Centro de Justicia Penal. Foto: Andrés Macera

Sobre el final de la audiencia, Cabrera tomó la palabra por primera vez y reconoció que formó parte del ataque, pero dando a entender que no fue él quien arrojó la baldosa. “En ningún momento quise matar a nadie. De hecho, no lo hice. Acompaño en el dolor a la familia”, expresó y agregó: “Tengo a mi madre y mi hermana que son de Central. Estoy a disposición de la justicia para que esto se aclare”.

No obstante, para el fiscal Ávila las tres personas ocupan un mismo rol en el hecho: “Los tres caminaron 25 cuadras desde el lugar donde estaban viendo el partido para llegar a la cancha de Newell's. Entendemos que los tres son culpables del homicidio de Ivana, en las mismas características, sin perjuicio de que la piedra que le impactó en el cráneo la haya lanzado uno u otro”.

Prófugos

Cabrera se entregó ante la Justicia el pasado jueves, luego de que se hicieran públicas las imágenes que lo ubican escapando del lugar, y de que Fiscalía difundiera su foto. Según indicó Ávila, durante los primeros días el profesor de educación física no modificó su rutina y continuó trabajando en el club Social Lux, donde da clases. Sin embargo, al viralizarse su imagen “se sintió acorralado” y decidió entregarse.

En tanto, la otra persona identificada por el hecho es el profesor de química Damián Reinfenstuel, que aún se encuentra prófugo. Tras la audiencia, Ávila reveló que tienen “información fehaciente” de que el acusado podría haber cruzado a Bolivia a través de la localidad salteña de Salvador Mazza.

“Sabemos que no pasó por un paso migratorio custodiado por la Argentina”, señaló. “Ya tenemos un pedido de alerta roja de Interpol, un pedido de detención y captura internacional. Hemos alertado a las autoridades de Bolivia. Estamos solicitando la cooperación internacional con el país vecino para poder dar con la captura de esta persona y tenemos elementos que nos permiten afirmar que lo habría hecho hace diez días, es decir, antes de que se viralicen las imágenes”, añadió. 

Respecto al tercer sospechoso, Ávila dio indicios de que en la brevedad se podría conocer su identidad: “Tenemos elementos serios para llegar a una identificación pronta. Estamos trabajando en eso. Pero no queremos perder la posibilidad de llegar a esa persona, no queremos otra persona prófuga. Entonces lo estamos manejando con cautela”.

Sin respuesta

Durante la jornada, Daniel, el novio de Ivana y quien la acompañaba el día de los hechos, pidió que el caso sirva “como punto de inflexión” en la sociedad, para que no vuelva a pasar otra vez. Asimismo, reconoció sentirse respaldado por la Justicia y consideró que la decisión del juez es favorable. “Me siento aliviado, aunque no por completo. Faltan dos individuos más y vamos a trabajar para que caigan o se entreguen”, manifestó.

 

Asimismo, recordó que durante la audiencia tuvo la posibilidad de preguntarle al imputado los motivos del ataque, aunque sin obtener una respuesta esclarecedora. “Cabrera no me respondió por qué lo hizo. Me dijo que lo sentía, pero él no siente el dolor que yo siento ni lo va a sentir nunca”, expresó y agregó: “Es un momento feo que lamentablemente me va a marcar para toda la vida”.