La situación carcelaria como asunto de gobierno en la agenda de la transición Perotti - Pullaro motivó el alerta de los abogados penalistas, que ayer emitieron una carta abierta en la que exponen con preocupación el colapso del sistema penitenciario y el hacinamiento de las personas detenidas. Ausencia de política criminal penitenciaria, presión política para incrementar la punitividad con prisión preventiva, y omisión del Poder Judicial para ceder a esa presión y no primar el derecho, son los factores con los que cuestionan la coyuntura.

La situación planteada por los defensores del fuero penal "conlleva una grave vulneración de derechos al producir hacinamiento, obstaculizar el acceso a derechos básicos y profundizar las pésimas condiciones materiales en las que se desarrolla la privación de la libertad", condensa el comunicado de la Asociación de Abogados Penalistas de Rosario. Hablan de que "se están adoptando medidas improvisadas como utilizar en forma prolongada sectores destinados a alojamientos transitorios".

La estadística disponible llega hasta diciembre de 2022 y es la del Observatorio de Seguridad Pública de Santa Fe. Expone una curva ascendente sin pausa: mientras 2008 culminó con 3.794 personas detenidas en la provincia; el año pasado cerró con 9.350 personas en prisión. Una tasa de 263 detenidos cada 100 mil habitantes, un 124% más que 15 años antes.

Alrededor del 11 por ciento de la población privada de libertad está alojada en dependencias policiales. Nueve de cada diez personas alojadas en comisarías no tiene condena firme. Por lo tanto, no puede acceder al régimen penitenciario y aguardan definición penal en una situación de suspenso y precarización de derechos y expectativas. En total, contando las prisiones del Servicio Penitenciario, el 44% está sin condena. 

En diálogo con este diario, el presidente de la Asociación, el abogado José Nanni, dijo que su advertencia sobre la crisis carcelaria es añosa, pero que se agravó a partir del "endurecimiento de criterios de prisión preventiva y encarcelamiento. Hoy es casi imposible recuperar la libertad de un detenido en una causa provincial. La mayoría de los procesados son por delitos de término medio como asociación ilícita, encubrimiento o tenencia de arma. Eso tapona la capacidad del sistema y ahí descuidan las grandes organizaciones delictivas", analizó. 

Nanni cifró expectativas en la iniciativa insinuada por Maximiliano Pullaro como ministro de Seguridad, y de Pablo Cococcioni como director del Servicio Penitenciario, al desalojar las comisarías de detenidos. "Pero el delito aumentó, la sociedad presiona para que haya más gente encarcelada, el Ministerio Público de la Acusación quedó acorralado en pedir prisión preventiva a mansalva, y los grandes ausentes son los jueces, que eliminaron las detenciones domiciliarias, las cauciones. Hoy en Santa Fe entrás a una cárcel y no sabés cuándo salís ni cuándo accederás a una libertad transitoria. Es una gravísima vulneración de derechos", agregó.

Y pese a la demanda política de mayor persecución penal, el delito no disminuye. "Se falla en la prevención, en la contención social. Hay toda una generación de pibes que no sabe otra cosa que delinquir porque no tiene futuro. Vas al barrio y les preguntás qué quieren ser de grandes: responden 'quiero ser sicario de Guille o de Esteban'", reveló Nanni.

El referente de los abogados penalistas definió las cárceles como "depósitos de personas". Ese mismo informe del Observatorio de Seguridad detalla la notoria sobrepoblación de convictos en los presidios provinciales: 50,3% de capacidad superada en la U.P. 1 de Coronda; 48,3% en la U.P. 11 de Piñero.

Una gresca del martes a la noche en este último penal culminó con un recluso asesinado y al menos cuatro heridos con armas blancas. La causa estriba en que un detenido por delitos contra la integridad sexual fue alojado en un pabellón donde se encuentran presos por causas de la Justicia federal. Los códigos carcelarios son drásticos y advierten que los presos no deben mezclarse. "Eso es un síntoma de la ausencia de política penitenciaria", cuestionó Nanni.

"Se han ido eliminando talleres de oficios, instancias de educación, de formación. No hay incentivos. Hoy Rosario está enviando presos a Melincué, Venado Tuerto y Las Rosas. El sistema no da para más", alertó.