La Policía Federal allanó este miércoles una vivienda de la localidad de Don Torcuato, en el municipio de Tigre, a raíz de una causa de amenazas al embajador de Estados Unidos en la Argentina. No es un expediente nuevo, pero no se encontraba el domicilio desde donde se usó la dirección IP con la que se hizo la llamada intimidante. El joven imputado, cuyas iniciales son FAC, es reinicidente y es fuerte la sospecha de que, además, mandó los correos electrónicos de amenaza de bomba a las embajadas de Israel y Estados Unidos en Buenos Aires, en la mañana de hoy. Por orden del juez Ariel Lijo, técnicos de la Federal estaban peritando la computadora y el celular de FAC y, en caso de encontrarse evidencias, es muy posible que Lijo decida la detención por el delito de intimidación pública. Las amenazas de este miércoles las investiga la jueza María Eugenia Capuchetti.

La mecánica de las amenazas no es distinta a las que hubo contra colegios secundarios y juzgados. Pero en el caso de las delegaciones diplomáticas, que tuvieron que ser evacuadas este miércoles, los mensajes llegaron por correo electrónico. Los mails, más bien elementales, aseguraban que había una bomba en los edificios. Como es obvio,  provocaron enorme conmoción porque se replica la situación más que tensa de otras embajadas de Israel y de Estados Unidos en el mundo, en el marco del conflicto en Medio Oriente: hubo hechos en Estambul, París, Beirut, Aman y hasta en Washington. En Buenos Aires, las cosas derivaron en el desalojo del edificio de la Avenida de Mayo, donde está la delegación diplomática de Israel, y del gigantesco edificio ubicado junto al de La Rural, en Palermo, donde está la embajada estadounidense. En ambos casos hubo cortes de tránsito, lo que provocó un caos aún mayor. Tras los operativos, en las primeras horas de la tarde, las dos embajadas funcionaban sin inconvenientes. 

Como se sabe, en mayo de este año hubo una oleada de amenazas a colegios, públicos y privados. En ese expediente, que tramitó en la Justicia federal de San Isidro, fue detenido un adolescente de 16 años. Los fiscales lo imputaron por catorce hechos. El joven había estado internado en una institución psiquiátrica y tenía un leve problema. Pero lo asombroso fue que se le encontraron importantes recursos tecnológicos y su padre era un coleccionista de armas. Pese a que lo dejaron en libertad, el juez ordenó que pase a vivir con otro familiar, en una localidad del interior. 

Todo hace pensar que las amenazas de las últimas horas caminan por el mismo andarivel: la autoría no es de un terrorista, sino de un muchacho dedicado a estas maniobras a través de las redes sociales. Ni siquiera se sabe si tiene un mensaje u objetivos políticos. 

La base de la investigación que derivó en el allanamiento fue una causa anterior en manos del juez Lijo, a raíz de intimidaciones al embajador Marc Stanley. El problema fue que los técnicos de ciberdelitos de la Federal tuvieron muchas dificultades para localizar el lugar desde el que se estaba usando la dirección IP, que es una identificación única de una conexión a internet. La IP permite ubicar desde qué dispositivo se hizo la conexión. El trabajo sobre la dirección llevó al domicilio de Don Torcuato y a la imputación de FAC. Al cierre de esta edición se estaban haciendo los peritajes indicados por el juez Lijo y, en ese trabajo, habrían surgido indicios de que el muchacho de 18 años podría ser también el autor de las nuevas amenazas a las embajadas. "Es demasiado sencillo para que sea cierto. Pero tal vez es cierto", le dijo un investigador a Página/12