El fin de la II Guerra Mundial implicó un alza de las luchas de los pueblos colonizados de África, Asia y el Caribe. Estos demandaban con fuerza que la derrota del nazismo y el fascismo debía significar también el fin del sistema colonial y racial que los oprimía. Argüían con lucidez que si se había combatido en contra de los regímenes totalitarios en nombre de la libertad y la democracia esas ideas debían aplicarse lógicamente a las colonias de las potencias “liberales” garantizándoles su genuina emancipación. Insistían a su vez, que el enorme aporte militar y económico realizado por las colonias merecía ser reconocido y recompensado por dichas naciones y la única forma de hacerlo era terminar con el sistema colonial. Obviamente, los imperios occidentales no se inmutaron antes tales razones y lo que siguió fueron años de intensos conflictos que implicaron una genuina rebelión del Sur Global contra sus verdugos del norte.
En ese contexto de efervescencia política y de autoafirmación de los pueblos periféricos se realizó uno de los encuentros más importantes de la lucha anticolonial y antirracista: el V Congreso Panafricano. Este tuvo como sede la ciudad de Manchester y se llevó adelante del 15 al 20 de octubre de 1945. Sus principales organizadores fueron militantes e intelectuales afrodescendientes y africanos de enorme valía entre los que se destacaron: George Padmore de Trinidad y Tobago, W.E.B Du Bois de Estados Unidos, Jomo Kenyatta de Kenia, Amy Ashwood Garvey de Jamaica, Ras Makonnen de la Guyana Británica y Kwame Nkrumah de Costa de Oro.
Aquel encuentro implicó una gran novedad en muchos sentidos, pero a la vez fue heredero de innumerables luchas populares y continuador de una seguidilla de cónclaves panafricanos que se habían realizado previamente. El primero de ellos, organizado por Henry Sylvester Williams de Trinidad y Tobago, había tenido lugar en Londres en 1900 bajo el título de I Conferencia Panafricana. Luego de un hiato temporal importante la antorcha fue retomada por W.E.B Du Bois quien realizó en París el I Congreso Panafricano en 1919. A este encuentro le siguieron tres más. El segundo que se llevó a cabo en París, Bruselas y Londres en 1921, el tercero que se dio en Lisboa y Londres en 1923 y el cuarto que ocurrió en Nueva York en 1927. Todos ellos tuvieron a Du Bois como figura estelar y aunque fueron muy importantes, tendieron a estar protagonizados mayormente por intelectuales de sectores medios de la diáspora oriundos de Estados Unidos y el Caribe, con menor presencia de africanos y promovieron un discurso moderado y liberal centrado en la lucha antirracista.
En este sentido, aunque el V Congreso implicó una continuación de los encuentros previos, aportó importantes novedades. En primer lugar, su principal articulador fue George Padmore gran exponente del panafricanismo, del marxismo negro y del anticolonialismo, líder de la Pan African Federation y autor de obras claves como Life and Struggles of Negro Toilers (1931), How Britain Rules Africa (1936), Africa and World Peace (1937); The Gold Coast Revolution (1953), Pan-Africanism or Communism? (1956). Este junto con las agrupaciones panafricanistas de Inglaterra aprovecharon el contexto de efervescencia anticolonial para convocar el congreso y avanzar en la lucha. En este sentido, Du Bois tuvo un papel más secundario que en los cónclaves anteriores, aunque se le reconoció su trayectoria previa siendo nombrado presidente del congreso y se lo celebró como el “Padre del Panafricanismo”. Otra diferencia relevante es que hubo una mayor y activa participación de delegados de África y que en este caso el grueso de ellos no fueron intelectuales de clase media, sino más bien representantes de movimientos populares, obreros y campesinos del continente y la diáspora. De esta manera, el congreso fue mucho más amplio y representativo, contó con casi 200 delegados y tuvo un carácter notoriamente más plebeyo que los anteriores. Asimismo en términos ideológicos es posible reconocer una fuerte radicalización expresada en un panafricanismo marxista heterodoxo, que ya no demandó ciertas reformas moderadas sino la definitiva abolición del racismo y el colonialismo y la emancipación total de los pueblos africanos y afrodescendientes y el inicio de un camino socialista que diera por tierra con la dominación capitalista imperialista sobre las naciones periféricas.
El cónclave tuvo seis sesiones que giraron en torno a la siguientes problemáticas: El problema del color en Gran Bretaña, el imperialismo en África del Norte y el Oeste, la opresión en Sudáfrica, la situación en el África Oriental, Etiopía y las repúblicas negras, el problema del Caribe. En cada una de ellas delegados de las distintas regiones del mundo negro dieron cuenta de la violencia y de la deshumanización del sistema colonial-racial, de la hiperexplotación a la que eran sometidas las masas, así como de las numerosas luchas populares que se venían llevando adelante en contra de aquel orden. A su vez reivindicaron y se solidarizaron con las gestas por los derechos civiles en Estados Unidos y por la independencia de la India y el resto de los países asiáticos. Finalmente emitieron dos declaraciones. En la primera intitulada: “El desafío a los poderes coloniales” afirmaban que “Estamos determinados a ser libres (…). Demandamos la (…) independencia del África negra (Padmore, 1947: 5).” Además del fin del racismo y de la liberación política, expresaban su anhelo de un profundo cambio económico y social en clave socialista. Decían “Condenamos el monopolio del capital y la dominación de la riqueza y la industria para la mera ganancia privada. Deseamos la democracia económica como única verdadera democracia (….). Lucharemos de todas las formas posibles por la libertad, la democracia y el progreso social (Padmore, 1947:5)” En la segunda intitulada: “Declaración a los trabajadores, campesinos e intelectuales coloniales”, convocaban a dichos sectores a un gran frente popular revolucionario panafricanista y del sur global bajo la vieja consigna del Manifiesto Comunista reformulada en clave antiimperialista, afirmando con fuerza:“¡Pueblos colonizados y súbditos del mundo, uníos! (Padmore, 1947:6)”.
En fin, el V Congreso Panafricano fue indudablemente un éxito y un importantísimo hito en la historia de la lucha de los pueblos africanos y afrodescendientes. No sólo implicó un giro radical y popular sino que a su vez significó un factor clave en el proceso de descolonización de África que comenzó poco tiempo después. Nkrumah, discípulo de Padmore y líder de la independencia de Ghana así lo reconoció al señalar que “Fue este quinto Congreso Panafricano el que encontró una salida para el nacionalismo africano y fomentó el despertar de la conciencia política africana. Se convirtió en realidad, en un movimiento de masas de África para los africanos. (…) El congreso suscribió (…) unánimemente la doctrina del socialismo africano (Nkrumah:1962: 74-75)”. Fue en definitiva el comienzo del fin del colonialismo en África y el inicio de un nuevo amanecer antiimperialista y antirracista para los pueblos africanos y afrodescendientes.
*Doctor en Historia, Docente UBA, UNSAM, UNMa. Autor de “¡Libertad o Muerte! Historia de la Revolución Haitiana” (Ediciones del CCC, 2017) y editor “Vida y Lucha de los trabajadores Negros: antología de textos de George Padmore” (Prometeo, 2022).
Textos citados:
- Nkrumah, Kwame. (1962). Nkrumah: Un líder y un pueblo. México DF: Fondo de Cultura Económica
- Padmore, George, (comp.) (1947). Colonial and Coloured Unity: A Programme of Action. History of the Pan-African Congress. Londres: The Hammersmith Bookshop.