En el debate presidencial previo a las elecciones generales que definirán el rumbo de los próximos cuatro años del país, Javier Milei apuntó las ventajas de los países "libres" sobre los "oprimidos" en cuanto a nivel de desarrollo, ingreso per cápita, expectativa de vida y educación.
Lo cierto es que los indicadores de desarrollo de los países "libres" o desarrollados, son mejores al compararlos con los países oprimidos o subdesarrollados. Sin embargo, uno de los principales motivos de esas diferencias se deben a las históricas relaciones coloniales y de saqueo que los primeros han llevado a cabo sobre los otros y que en muchos casos persisten hasta el presente.
Historia colonial
En los últimos siglos hubo una sucesiva secuencia de procesos coloniales de apropiación y reparto de recursos de los países de América, África y, más recientemente, de los países árabes por parte de las colonias europeas y norteamericanas.
Esos países "libres" dispusieron de cuantiosos recursos apropiados, que les han permitido obtener importantes ventajas económicas, políticas y sociales hasta convertirse en los países desarrollados tal como se los denomina actualmente.
Un ejemplo más actual de la colonización económica son los procesos de endeudamiento que tuvieron lugar en los países en vías de desarrollo en las últimas décadas. Implicaron cuantiosas transferencias de recursos de estos países a las naciones desarrolladas mediante los llamados servicios de deuda o pagos de intereses.
Asimismo, los procesos de injerencia que sufren estos países endeudados como parte de los programas de ajuste impuestos desde los centrales, no solo impactan en el corto plazo económico y financiero, sino también limitan el futuro desarrollo económico y social.
Estas son algunas de las causas que han originado el actual contexto de crisis económica, social y política internacional, omitidas en los discursos liberales tanto en el ámbito nacional como mundial.
La pregunta es inevitable: Los países "libres", ¿pudieran haber alcanzado el actual nivel de desarrollo económico, social y tecnológico que hoy ostentan sin haber recibido esa enorme transferencia de recursos?
Modernas herramientas de dependencia
En la actualidad se aplican diversos mecanismos para continuar los procesos de transferencia de recursos desde el sur global hacia el norte industrializado. Fuertes procesos de endeudamiento, intercambios comerciales en términos desiguales, subvaloración de la mano de obra de los países del tercer mundo, incidencia en los procesos políticos para obtener condiciones ventajosas para empresas transnacionales y hasta el empleo de procesos de desestabilización económica y política con uso de la fuerza militar. También las medidas proteccionistas del norte desarrollado afectan a los países deudores en desarrollo, como Argentina.
Un ejemplo cercano y reciente es el de Argentina, que contrajo en 2018 el mayor endeudamiento en dólares de su historia con el FMI. Estos recursos, que fundamentalmente fueron utilizados para la fuga de capitales en lugar de ser destinados a la inversión pública o privada, ya está generándoles al país consecuencias en el ámbito económico, social y político.
En la década del 70, América Latina padeció procesos coordinados de dictaduras militares impulsadas desde el norte global, que condujeron a regresivas transformaciones sociales y del aparato productivo. En Argentina, esto dio lugar a la expansión de las actividades financieras y especulativas contrarias al camino del desarrollo productivo e industrial que transitaba.
Otra pregunta es inevitable: ¿Cuál sería el nivel de bienestar social de los países oprimidos si se les hubieran permitido acceder al uso de sus propios recursos?
La convertibilidad que Argentina atravesó durante la década de 1990 fue una variante de la dolarización de la economía y las consecuencias económicas y sociales aún perduran en la sociedad argentina. Hoy regresan esas propuestas fracasadas agitando nuevamente las banderas de las privatizaciones masivas y de abandonar la moneda nacional. Eso significaría la entrega de la política monetaria y una parte sustantiva de la soberanía económica.
Parecería que en ocasiones no recordamos la historia y tendemos a repetirla.
El origen del subdesarrollo tiene una intensa relación con el orden económico, social y político mundial dictado por los países del norte desarrollado que ha condenado y profundizado a las naciones del sur global a siglos de colonialismo y neocolonialismo más sutiles y sofisticados en la actualidad. Los países subdesarrollados no son la causa de las cada vez más frecuentes crisis mundiales, más bien son los más perjudicados.
* Docente en UBA y en UNQ en Economía y en Impuestos.