La conferencia 4 puntos

Konferensen, Suecia, 2023

Dirección: Patrik Eklund

Guion: Thomas Moldestad, Mats Strandberg y Patrik Eklund

Duración: 100 minutos

Intérpretes: Katia Winter, Adam Lundgren, Eva Melander, Bahar Pars, Amed Bozan, Maria Sid, Christoffer Nordenrot, Claes Hartelius.

Estreno: Disponible en Netflix.

A finales de los años ‘80, una publicidad de desodorante para hombres aseguraba que “la primera impresión es la que cuenta”, una máxima que muchos narradores expertos también utilizan en su trabajo. El primer párrafo de un cuento o el primer acto de una película, incluso su primera imagen o secuencia, pueden ser fundamentales para establecer cuál será el tono que signará el vínculo con los eventuales lectores o espectadores. El sueco Patrik Eklund, director de La conferencia, parece ser conciente de eso y pone toda la carne al asador en el tramo inicial de su película. 

La escena de los títulos resulta ingeniosa y bien resuelta. Un plano secuencia recorre la maqueta de un centro comercial como si se tratara de una figura de escala 1/1. El travelling virtuoso remite al uso que Ari Aster le dio a este tipo de representaciones en Hereditary, su ópera prima de 2018. Pero de golpe comienzan a aparecer ahí manchas de sangre y signos de una violencia que dan cuenta de un plano superior. Recién cuando la cámara abandona la maqueta, para moverse por la habitación en la que la misma está instalada, puede verse completo el mapa de situación. La acción se ubica en un complejo de cabañas en un bosque donde, es evidente, ha ocurrido un ataque y ya no se percibe presencia humana.

De inmediato, la acción retrocede en el tiempo. Un grupo de funcionarios municipales viajan hasta el predio rural donde se instalará el centro comercial de la maqueta. A contramano de la siniestra y efectiva introducción, la película cambia de tono, virando hacia un grotesco con aspiraciones sociales. El grupo refleja las distintas posturas posibles frente a la decisión política de intervenir de forma invasiva un determinado paisaje. La sospecha de corrupción no tarda en aparecer; de hecho la película no tiene ninguna intención de que eso sea un misterio. En esa falta de interés por las buenas formas narrativas La conferencia empieza a mostrar su verdadera cara.

Como el modelo que olía bien en la propaganda de desodorantes, pero que detrás de esa fachada tanto podía esconder un buen hombre como un marido golpeador, un político sin principios o un empresario coimero, lo interesante de La conferencia no pasa de la primera impresión. A partir de ahí, la película se queda corta en todo. En el terror, donde todo es tan rígido que parece maquetado. En el uso del gore, al que solo se le da un uso cosmético y no siempre logrado. Pero también se queda corta en el humor y el registro de la violencia como recurso de la comedia física. No hay nada que no se haya visto, ni nada que valga la pena ser visto de nuevo. ¿Una moraleja? No hay que confiar en las primeras impresiones: a veces el perfume se usa para tapar el olor a mugre.