Más de diez millones de personas utilizan diariamente los colectivos que circulan por la provincia de Buenos Aires, que en caso de tener que pagar el costo completo de la tarifa, deberían pagar unos 700 pesos. “El sistema de transporte funciona sobre una relación de 91 por ciento a 9, donde el 91 es lo que invierte el Estado desde sus distintos estamentos sobre el valor de la tarifa”, explica Jorge D’Onofrio, ministro de Transporte bonaerense a BuenosAires/12

La cuenta sirve de sostén para comprender que, sin los aportes provinciales y nacionales, el boleto de colectivo alcanzaría un valor superior a 10 veces su monto actual. “El subsidio funciona así en todas partes del mundo, no es un invento peroncho”, advierte el dirigente del Frente Renovador. Algo similar sucede con los ferrocarriles, cuya tarifa, sin subsidio ascendería a los 1.100 pesos. 

A pocos días de las elecciones presidenciales, la agenda electoral puso el tema de los subsidios al transporte público de los pasajeros sobre la mesa. “Bullrich y Milei quieren eliminar el subsidio al transporte”, afirmó días atrás el Ministro de Transporte de la Nación, Diego Giuliano, durante la presentación de la medida que posibilita a cualquier ciudadano renunciar al beneficio del Estado sobre el precio del boleto de colectivos y trenes. 

El transporte libertario

La medida se enmarca en un contexto electoral en el que el candidato a presidente de La Libertad Avanza (LLA), Javier Milei, aseguró que la Argentina tenía un mejor sistema ferroviario "cuando era inglés”. Es decir, hace poco menos de un siglo. Al respecto,  D’Onofrio sostiene que “algunas veces la gente termina comprando la soga a su verdugo", aunque confía en que "post PASO, se transita una etapa de reflexión”. Sobre este eje, advierte que los planteos de los libertarios están atados a una idea de que serían “una solución a la inflación, pero cuando desarrollan sus idea se descubre que los principales damnificados serán los que menos tienen". 

La lectura del ministro se desprende de su área de trabajo. Afirma que en caso de que los usuarios deban pagar la totalidad del precio de un boleto de colectivo o tren tendría como consecuencia que los trabajadores deban demandar un incremento de sus salarios a los empleadores para poder costear sus viáticos, algo que, “podría trasladarse a los precios o bien podrían tomar como solución emplear solamente a quienes viven cerca de su lugar de trabajo, descartando a los que cuesten más”. Además, “los estudiantes abandonarían la universidad, menos movimiento a centros comerciales, y hasta las personas tendrían dificultades para atenderse en un hospital”.

“Lo que sucedería es que el transporte público de pasajeros sería sólo de pasajeros, dejaría de ser público”, remarca D’Onofrio. La ausencia del Estado como garante una tarifa accesible llevaría, según el funcionario, que las empresas de transporte sólo mantengan los servicios que le resulten rentables, por lo que dejarían de ir “al conurbano profundo, dejarían de unir pueblos con ciudades cabeceras de los partidos del interior, porque sólo van a ir a donde les conviene”.

Hacia una mejor distribución del subsidio

El titular de la cartera de Transporte provincial confirma además que ya "se está preparando para dar es la nominalización de las tarjetas SUBEcon el fin de que la inversión en subsidios vaya directamente al pasajero y no a las empresas de transporte. “Es como hicimos en Provincia con los estudiantes universitarios y terciarios que les cargamos la SUBE todos los meses para que puedan ir a estudiar”, detalla. De esta manera, D’Onofrio espera segmentar proporcionalmente el beneficio sobre la tarifa y por brindar mayor asistencia a quienes tengan menor capacidad distributiva.

Además, señala que, de llevarse adelante esta medida, el monto que hoy se destina a los subsidios sería “más eficiente” para el sistema, y con probabilidades de reducirse. “Por, sobre todo, se lograría que las empresas de transporte vuelvan a su condición de origen que es llevar gente, porque hoy se convirtieron en una empresa financiera que recibe y maneja plata, pero que no tienen riesgos porque es el Estado pone la plata, como bien los sostuvo durante la pandemia”, remarca el ministro.

Desde su mirada, la conflictividad con algunas empresas de colectivos, como las que se vivieron a principios de año, fueron producto de un escenario generalizado de escasez de recursos. “Yo tenía que decidir entre reducir los servicios y que, por tanto, haya menos trabajo, o pelearme todos los días con los empresarios para mantener el sistema prendido, por más que no estemos conformes con el actual y haya que mejorarlo”, dice el dirigente pilarense.

Como detalle promisorio, D’Onofrio deja en claro que aquellos a cargo de líneas de colectivos que no son parte de grupos económicos concentrados, “entienden y apoyan dirigir el subsidio a los usuarios”. “Además se vienen años de recuperación salarial”, apunta el funcionario del gobierno bonaerense.

Algoritmo mata idea

La mirada libertaria sobre la estructura de subsidios al transporte derivó en que la cartera nacional que aborda esta política lanzara una plataforma donde cualquier persona puede renunciar a los aportes que hace el Estado para que su boleto tenga el precio actual. Al cierre de esta edición, sólo 133 personas lo habían hecho. 

En la provincia de Buenos Aires, según datos del ministerio, son 412 líneas las que reciben subsidios. De ellas, 167 son del interior y son abordadas con el Fondo Provincial para el Transporte, que cubre costos de combustible y salarios. Las restantes 245 recorren el AMBA, y entre la gestión provincial y las municipales reciben montos para combustibles, sueldos y los “indicadores del mantenimiento”, como ser neumáticos.

Para D’Onofrio, a la luz de las últimas apreciaciones y propuestas de parte de LLA y Juntos por el Cambio, particularmente en materia de subsidios, “la gente entró en una etapa reflexiva donde se da cuenta lo que puede perder y vota en defensa propia”. “No descarto que entre la reflexión y estas acciones contra los depósitos de la gente lo pueda dejar tercero a Milei”, arroja en clave de vaticinio.

Respecto al sprint final de la campaña, el ministro hace referencia al discurso en el que Sergio Massa el pasado martes, en Sarandí, volvió a pedir por un gobierno de unidad nacional a partir del 10 de diciembre. Para D'Onofrio se debería hacer una convocatoria a los mejores de cada espacio, tal cual lo dice el actual candidato de Unión por la Patria, pero reconoció algunos reparos sobre la fuerza liderada por Milei. “A diferencia de los otros espacios, no se sabe lo que es La Libertad Avanza, es más un algoritmo en redes que una idea”, opina.

Tal como vienen conversando con este medio distintos dirigentes del peronismo provincial, el ministro remarca que varios sectores del radicalismo se están acercando a UxP y asegura no tener dudas de "que la UCR va a resurgir porque necesita hacerlo ante la necesidad de que en Argentina haya más política”. “Mi sensación al caminar y sentir a la gente es que va a haber una participación mucho más grande, con una toma de conciencia más grande de parte de la sociedad, y por eso creo que puede darse un resultado contundente y no descarto que gane Massa en primera vuelta”, lanza.