La Sala V de la Cámara del Crímen confirmó la decisión de la jueza subrogante Paula Verónica González de eximir de prisión a Alejandro Muszak, titular de la empresa de préstamos por internet Wenance, mientras dure el proceso penal por supuesta estafa, usura y asociación ilícita.
Ocurre después de que el ex socio de Muszak, el titular de Promotora Fiduciaria, lo acusará de vender varias veces el mismo préstamo, lo cual, de verificarse, sería la confirmación de un esquema Ponzi, donde lo que se reparte no es el fruto de la administración del patrimonio sino lo que aportan los nuevos inversores.
Muszak, en una breve conservación con BuenosAires/12, no lo desmiente pero contraataca. Sostiene que la falta de pago se debe a que fue relevado como agente de cobro y que el abogado Martín Abacens es responsable por impericia. Todo el negocio fue posible gracias a los resquicios que deja la ley de entidades financieras, sancionada por la última dictadura cívico militar.
La decisión judicial genera un profundo malestar de los casi ocho mil inversores que terminaron como víctimas, entre los que se encuentran jueces, figuras de la política y empresas que perdieron su capital de trabajo y es, a la vez, motivo de nuevas presentaciones de los querellantes, que solicitan la recusación de la jueza. Los abogados entienden que Muszak tiene recursos sobrados, tanto para entorpecer la investigación como para profugarse si su situación se volviera comprometida.
Ni esta decisión, que tomó la jueza y confirmó la Cámara, ni la de apartar a la fiscal Mónica Cuñarro de la investigación para tomarla en sus propias manos son los únicos motivos que llevan a los demandantes a poner en duda la imparcialidad de la jueza. El otro elemento clave es la decisión de citar a declarar, en calidad de testigo, a Abacens, titular de la empresa Promotora Fiduciaria, a quien consideran cómplice de las maniobras de Muszak.
Quién es quién
Desde 2016, con la marca Wenance, Alejandro Muszak prestaba dinero a sectores no bancarizados de la sociedad, a altas tasas, a través de una aplicación. Su empresa experimentó el mayor crecimiento del sector fintech, llevando la operación a mercados como Uruguay, España, Colombia y México, entre otros países. A su vez, sus prácticas le valieron numerosas denuncias por incumplir la ley de defensa de los derechos del consumidor. El lunes 3 de julio, Wenance decidió unilateralmente, sin mediar procedimiento administrativo alguno, dejar de cumplir sus obligaciones.
Martín Abacens es uno de los socios de la empresa Promotora Fiduciaria, que cumplía justamente ese rol, el de controlador, para lo cual está habilitada por la Comisión Nacional de Valores, en los fideicomisos financieros en los que Wenance hacía de fiduciante, es decir, manejaba la operación. Los querellantes entienden que la empresa de Abacens no controló absolutamente nada durante años y que esas omisiones fueron imprescindibles para la operatoria de Muszak y las hipótesis se reparten entre la complicidad y la impericia.
La relación entre Muszak y Abacens se rompió hace tres meses, cuando Wenance dejó de pagar, alegando un supuesto aumento de la mora. Recién entonces comenzaron algunos controles por parte de Abacens, que los querellantes consideran tardíos, insuficientes y, sobre todo, más tendientes a cubrirse legalmente que a su objetivo primordial. Abacens, por su participación como fiduciario, recibe quejas y reclamos de los defraudados por Muszak.
La jueza González es considerada por sus pares de un perfil extremadamente bajo, y los damnificados en la causa entienden que ha sido a lo largo de estos meses muy permeable a los deseos de Muszak, lo que generó primero tensiones con la fiscal Monica Cuñarro, y luego los pedidos de recusación de parte de las querellas.
Contrapunto entre Muszak y Abacens
En su declaración testimonial, Abacens incriminó a Muszak, en lo que algunos letrados consideran también un autoincriminatorio. Muszak otorgaba préstamos que luego reunía en lotes y emitía títulos por esos lotes que luego vendía a través de los mencionados fideicomisos, por lo que su negocio principal no era otorgar préstamos sino vender la titularidad de los mismos a terceros.
Siempre según Abacens, y tal como consta en el expediente, desde julio comenzó a cruzar información de distintos lotes de préstamos, porque hasta entonces sólo verificaba que no hubiera préstamos repetidos en un mismo lote. Entonces descubrió que había números sextuplicados. Es decir, que un mismo préstamo había sido vendido hasta seis veces.
Eso, sostiene el declarante, explicaría la conducta de Muszak de “sentarse arriba de la plata”, “ya que los ingresos provenían de otro lado (N de la R: de la venta de los títulos) y no del pago de las cuotas”, porque “si la mora te subió del 10 al 20 o al 30, tenés que rendir el otro 70 u 80, no podés usarlo de excusa y quedarte con todo”.
Consultado al respecto por este medio, Alejandro Muszak dijo que responderá esa acusación “oportunamente, en sede judicial” y que “los Abacens no son los buenos de la película”. "La mora se dispara cuando deciden que yo deje de cobrar. Se reunieron con Creditia (N de la R: una importante empresa de cobro), pero no se pusieron de acuerdo en los términos, los responsables de que los inversores no cobren son ellos".
A la vez, adelanta que “ellos tienen desarrollos inmobiliarios y ya dejaron a los inversores colgados en alguna oportunidad, ahora quieren quedarse con mis negocios en ese sector”. Se refiere a las torres en construcción de Álvarez Thomas y Olleros en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y otro emprendimiento millonario en la calle Ugarte, en la zona de Nuñez, que comercializa bajo la marca Avilis.
En la misma declaración, Martín Abacens afirma que el escándalo de Wenance le ha generado “un perjuicio enorme” sobre “una empresa legítima de casi treinta años de trayectoria”, ya que otros socios comerciales han comenzado a cancelar sus acuerdos y contratos.