El juez Reinaldo Burgos, de la Sala I del Tribunal de Juicio de Tartagal, condenó ayer a prisión perpetua al joven Cristian Esteban Cruz tras declararlo autor del delito de "homicidio doblemente calificado por el género y por el ensañamiento" en perjuicio de la también joven Brenda Guadalupe Rivero, que tenía 26 años cuando fue asesinada, el 7 de julio de 2022, en la ciudad de Tartagal.

El magistrado dispuso que Cruz, de 20 años, continuará alojado en la cárcel de Tartagal y como suele ser de práctica en delitos sexuales, será inscripto en el Banco de Datos Genéticos correspondiente.

El cuerpo de Brenda fue abandonado por su asesino en un pasaje peatonal de la Avenida 20 de Febrero, en el barrio Ferroviario de la ciudad del norte salteño, y fue encontrado al día siguiente. Tenía 15 heridas de arma blanca y signos de un ataque sexual. En la investigación que siguió que la joven había ido al domicilio de Cruz, donde hubo una discusión que desembocó en el femicidio, que se cometió en la misma vivienda, aunque luego el asesino llevó el cuerpo hasta un pasaje cercano, donde lo abandonó.

La pena que le impuso el juez es la máxima que prevé el Código Penal y es la que había solicitado el fiscal penal de la Unidad de Graves Atentados contra las Personas de Tartagal, Gonzalo Vega, petición a la que adhirió la querella.

El hecho investigado ocurrió el 7 de julio de 2022 en esa ciudad, cuando el acusado habría trasladado a su vivienda a la mujer y tras un desacuerdo, la habría lesionado mortalmente con un arma blanca.

En la acusación el fiscal sostuvo que Cruz se aprovechó de la situación de vulnerabilidad en la que se encontraba Brenda, que sufría de adicciones.

En el proceso fue importante la declaración de un testigo que vio cuando Brenda Rivero subía a la moto de Cruz. También fueron relevantes los testimonios de investigadores de la UGAP que analizaron las cámaras de seguridad en las que quedaron grabados los movimientos de Cruz por distintos lugares de la ciudad.