El entrenador de la selección de rugby de Argentina, el australiano Michael Cheika, reconoció que su equipo está "mal por dentro y por fuera" después de la paliza que recibió ante Nueva Zelanda en las semifinales de la Copa del Mundo. Sin embargo, también se mostró orgulloso de sus dirigidos por el compromiso que mostraron para arribar a las semifinales en un torneo tan exigente.

Con voz compungida, Cheika se lamentó por la derrota, pero de inmediato se puso a pensar en el partido por el tercer puesto, el nuevo objetivo que se planteó el equipo. "Queremos hacerlo mejor. Esta semana es importante, porque no es poca terminar terceros, necesitamos aprender de estas semifinales para llegar al tercer puesto", expresó el australiano tras la dura caída ante los All Blacks. "Estamos mal por dentro y por fuera, pero en dos o tres días volveremos a estar listos", dijo Cheika, en la rueda de prensa apenas terminado el choque.

El técnico agradeció "el compromiso" mostrado en el partido ante los oceánicos y consideró que el juego se escapó "por detalles", más allá de la abultada diferencia final en el marcador (44-6). "Me gustó cómo defendimos, cómo corrimos. El compromiso era el bueno, pero nos faltaron algunos detalles, mientras que ellos fueron muy eficaces", analizó el australiano.

Cheika criticó también el arbitraje en el primer periodo, aunque aclaró que no sirve para nada lamentarse, e insistió en que le gusta el grupo que tiene, acostumbrado a remontar situaciones adversas, como hicieron después de perder ante Inglaterra en el partido inaugural.

Junto al técnico se presentó el capitán de Los Pumas, Julián Montoya, quien asumió que estaba "triste y dolido, porque el sueño" de llegar a la final se terminó. "Estamos tristes, frustrados, porque no era el partido que queríamos. El sueño de jugar la final se fue. Nos queda una semana para ir en busca de una medalla, pero ahora estoy dolido", dijo Montoya, con un mensaje similar al que brindó Cheika, de que para el grupo el Mundial no se terminó.

En cuanto al análisis del encuentro, el capitán reconoció que Nueva Zelanda es "un equipazo" y aceptó la diferencia entre un equipo y otro. "Fueron superiores, marcaron en cada oportunidad que tuvieron. Hicimos buenos movimientos, pero ellos tienen una gran defensa. Luchamos cada pelota y nunca bajamos los brazos, aunque ellos por momentos nos marcaron fácil", admitió el primera línea de Los Pumas.