La timidez inicial del público estuvo en sintonía con la energía de la mexicana Natalia Lafourcade, que se fue soltando con el correr de las canciones y terminó bailando como una niña y rompiendo la solemnidad de la imponente Ballena Azul. Escoltada por una banda impecable, la joven compositora e intérprete de 33 años se mostró cautelosa y poco natural durante la primera parte del concierto, pero fue ganando intensidad y frescura a medida que tomaba confianza con el espacio. El concierto, que se extendió casi por dos horas y media, transitó varios climas. De la intimidad de "Mexicana hermosa" sola con la guitarra al divertido juego teatral en "La fugitiva" junto a Kevin Johansen, el único invitado de la noche. O de "Palomas blancas", en la que se adueñó del teclado, a la festividad de la tropical "Tú si sabes quererme", con varios chicos y chicas bailando en el escenario. "Me siento Juan Gabriel, que toca cuatro horas", bromeó la mexicana.
"Vámonos negrito", la primera en sonar, marcó el pulso y el sentir sonoro por el cual viene transitando la artista de Veracruz en los últimos dos discos. Pasó de un perfil pop y por momentos naif de sus inicios a una impronta de cantora latinoamericana. Sin perder la esencia pop y el aval de la gran industria, Lafourcade se acercó en su disco Hasta la raíz (2015) a la obra del bolerista mexicano Agustín Lara, un prócer de su tierra; y en su más reciente trabajo, Musas (2017), profundizó la búsqueda por las músicas de raíz latinoamericana. El resultado es un disco acústico precioso y profundo grabado en vivo con el acompañamiento de Los Macorinos, emblemáticos guitarristas de Chavela Vargas, que trae al presente a autores como Violeta Parra ("Que he sacado con quererte"), Simón Díaz ("Tonada de luna llena"), Roberto Cantoral ("Soy lo prohibido") y Lara ("Te vi pasar").
En esta sintonía, Lafourcade regaló dos canciones que reflejan su nueva etapa: "Mexicana hermosa" y "Mi tierra veracruzana", que reivindican su lugar de origen. No fue la única alusión a México. En la emotiva "Un derecho de nacimiento" dedicó unas palabras a los desaparecidos y a la violencia en su país. "Muchos estudiantes de México han ayudado a hacer esta canción. Estamos pasando momentos difíciles, hay mucho dolor. Pero todo va a andar bien", dijo y cantó: "Voy a crear un canto para el cielo respetar /Para mover las raíces de este campo y hacerlo brotar". Y también repasó canciones de sus primeros discos, como las clásicas "La inocencia se acabó", "En el 2000" o "Ella es bonita", todo acompañado por una banda colorida que se nutre del jazz, el funk, el folklore y más.
El concierto formó parte del ciclo Latinoamérica, que reunió en el CCK a grandes autores del continente como Luzmila Carpio, Egberto Gismonti y Totó la Momposina, y continuará con Susana Baca (16 de septiembre) y João Bosco (28 de octubre).
8 - Natalia Lafourcade
Músicos: Natalia Lafourcade (voz, guitarras, percusión y cuatro), Bernardo Ruiz Velasco Girón (guitarra), José Alfonso García Castellanos (bajo y coros), Raúl Uriel Herrera Álvarez (batería y coros), Alfredo Raunel Pino Gendy (trompeta, percusión y coros), Carlos Alberto Benavides Carreño (teclados, percusión y coros).
Lugar: CCK, Sala Sinfónica Ballena Azul
Fecha: martes 29 de agosto
Público: 1700 personas
Duración: 140 minutos