Nada personal. El ex embajador de Estados Unidos en Argentina Noah Mamet sugirió que las trabas a las ventas de biodiésel no deberían considerarse como un problema del gobierno de Donald Trump en particular con Argentina. “No deben tomarse de manera personal; históricamente, mi país ha tenido disputas comerciales con todos sus socios”, quiso naturalizar la cuestión el ex representante del gobierno de Barack Obama ante Argentina y ahora radicado en Buenos Aires como lobbista empresario. 

Mamet fue uno de los oradores principales en la quinta edición del Latam Economic Forum, que se desarrolló ayer en el Hotel Alvear y en el que también intervino el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne (ver aparte). Al disertar ante un auditorio de casi 800 personas, el ex embajador pretendió restarle relevancia a un conflicto que podría llevar a la paralización de todo el sector productor de biodiésel, compuesto por 38 plantas, ya que al mercado estadounidense se destina nada menos que el 54 por ciento de la producción. El jefe de Gabinete, Marcos Peña, al brindar su informe de gestión de la Cámara de Diputados, esta semana, aseguró tener “buenas perspectivas” para llegar a un arreglo con Estados Unidos sobre el asunto.  

El conflicto se originó en una denuncia contra dos empresas exportadoras argentinas (Dreyfus y Vicentín) por supuesto dumping en sus ventas a Estados Unidos. El fundamento de la denuncia es que mientras las exportaciones de biodiésel pagan un derecho de exportación prácticamente nulo (0,13 por ciento), el aceite de soja (materia prima base para su elaboración) paga al exportarse 27 por ciento, y el poroto de soja abona el 30 por ciento. Esta diferenciación de tasas fue evaluado por el organismo estadounidense interviniente (National Biodiesel Board, NBB) como un subsidio, lo cual disparó la aplicación de un arancel del 57 por ciento sobre todas las importaciones de biodiésel argentino.

Las cifras oficiales señalan que en el primer semestre de este año se exportaron 741 mil toneladas de biodiésel, de las cuales el 96 por ciento (716 mil) tuvo como destino a Estados Unidos. La trascendencia de las trabas al comercio de biodiésel con la principal potencia económica occidental está dada no sólo en lo sectorial, ya que compra más del 50 por ciento de la producción nacional, sino porque además representa el rubro principal en las ventas de Argentina a Estados Unidos: aproximadamente la cuarta parte del valor de las exportaciones totales a ese país.  

De acuerdo con la información difundida por el Indec recientemente, la producción de biodiésel creció 17,6 por ciento en el segundo trimestre de este año en relación a igual período del año pasado. En tanto, las exportaciones se incrementaron en ese mismo período en un 37,4 por ciento. Las restricciones provisorias impuestas por Estados Unidos (la decisión definitiva se adoptaría recién entre diciembre y enero) supondrán el congelamiento de las operaciones dado el elevado nivel del arancel establecido, pero según se informó no afectarán a las exportaciones ya pactadas o que estén en curso. 

Noah Mamet, que dejó el cargo de embajador en enero pasado al finalizar el mandato de Barack Obama, volvió al país tres meses después pero ya en función de operador privado de inversiones. En tal carácter participó también en el Latam Econonomic Forum ayer. Allí se manifestó “muy optimista” con respecto a la actual política económica y se mostró confiado en la llegada de inversiones extranjeras. “Energía renovable, tech (tecnología) y agrotech (agrotecnología) son algunos de los sectores que buscan los inversores extranjeros en Argentina”, dijo Mamet, al tiempo que señaló que los inversores norteamericanos “estaban furiosos” con las calificadoras internacionales “por no elevar a Argentina a la categoría de emergente”. Con oficinas en Puerto Madero, Mamet es considerado un gestor muy cercano al gobierno de Mauricio Macri para captar inversores en el exterior.