La obra y trayectoria de Luis Bras (1923-1995) hizo posible al cine animado de Rosario. Una tarea incansable, repartida en publicidades televisivas, su obra de carácter experimental y la tarea docente, delineó un panorama que continúa y crece. De su nacimiento se cumplen 100 años, y Centro Cultural Cine Lumière (Vélez Sarsfield 1027) lo celebra el viernes próximo a las 20, con proyecciones y la presentación de la historieta 4 Héroes de la Revolución (de los dibujitos), realizada por Pablo Rodríguez Jáuregui, Esteban Tolj y Diego Rolle, discípulos del maestro.
Con entrada gratuita, la selección de los cortometrajes será presentada además por el investigador y coleccionista Fernando Martín Peña, quien incluirá trabajos de Luis Bras, Víctor Iturralde (1927-2004), José María Beccaría (1972-2014) y Norman Mc Laren (1914-1927). Precisamente, entre los cuatro realizadores hay una conexión y relación estética que Jáuregui, Tolj y Rolle, enhebran en sus historietas. La raíz está en McLaren, el extraordinario animador escocés cuya influencia marcó de manera indeleble la historia de la animación. A su influjo no fueron ajenos Iturralde ni Bras -el primero en Buenos Aires, el segundo en Rosario-; algo que la historieta refiere mientras informa sobre cómo ocurrieron estos cruces, no sólo estéticos sino también personales. De esa mixtura fundamental emergería el genial José María Beccaría (BK & Basta), alumno aventajado de Bras, capaz de una poética tan personal como alocada y extrovertida.
“En los años 80 tuvimos la oportunidad de tomar clases con Luis Bras en su taller, en compañía de su libro Formas de hacer cine animación, que editó la UNR. Para quienes comenzábamos a estudiar cine en el regreso de la democracia, Bras nos dio la posibilidad de encontrar un terreno trabajado y a ‘la rosarina’, por ensayo y error, buscándole la vuelta a la cosa, porque él no contó con libros ni dónde ir a estudiar; tampoco le gustaba viajar a Buenos Aires, se las arregló acá. Durante 30 y pico de años desarrolló una obra rica e interesante, que es la base sobre la cual armamos la Escuela para Animadores en 2006”, refiere Pablo Rodríguez Jáuregui a Rosario/12.
Jáuregui es el director de la EPA, escuela taller donde Rolle y Tolj son docentes y que depende del Centro Audiovisual Rosario (Secretaría de Cultura y Educación de la Municipalidad). El funcionamiento ininterrumpido de la EPA alumbró decenas de pibes y pibas hoy volcados a la animación, dando continuidad a la tarea pionera de Bras. “Los libros con los cuales se enseñan animación en el mundo son iguales en todos lados; sean los de Preston Blair, Richard Williams u Osamu Tezuka, el programa de clases puede ser más largo o más corto, pero la técnica de animación es la misma. Y nosotros justificamos nuestra escuela desde una especie de cultura local y una forma de hacer que tiene que ver con la autogestión y la artesanía, con hacer funcionar las cosas con los recursos que tenemos”, continúa Jáuregui.
El centenario de Bras -nacido el 29 de octubre de 1923- apuntaló la idea de hacer una revista de historieta, en donde además de recordar su legado también se vinculara su vida y obra con la de otros maestros. “Con Fernando Peña en el 2000 hicimos un documental (Conoce usted el mundo animado de Bras?) y de manera más reciente hemos armado un canal de YouTube (Luis Ricardo Bras_pionero de la animación rosarina), donde está publicada toda su obra además de entrevistas, archivos y libros. Pero en la Escuela nos comenzó a pasar que están entrando pibes que nacieron después del 2000, y cuando en la clase mencionamos que en el ‘92 Bras se fue a Buenos Aries con sus rollitos de Super 8 a esperarlo a Caloi en canal 7 -donde por primera vez se pasaron sus trabajos-, un pibe de 20 años preguntó: ‘¿Qué era Caloi en su Tinta?’. Ahí nos dijimos ‘bueno, paremos y rebobinemos, porque estamos dando por sentado que todo el mundo sabe ese tramo de la historia y no es así”.
Al momento de decidir sobre cómo recordar a Bras, Jáuregui destaca un disparador notable: “A mí me voló la cabeza un video que me facilitó Inés López Dobón, de un encuentro que realizó el Cineclub Infantil La Ventana en septiembre de 1995 en Parque Alem, donde trajeron de Buenos Aires a Víctor Iturralde e invitaron a Bras. Se los ve a los dos presentando al público infantil películas de McLaren, a quien además habían conocido en persona: Iturralde en el ‘54 en el Festival de Mar del Plata y en el ‘64 en un festival de cine experimental en Carlos Paz, donde también lo conoció Bras. Allí les proyectaron sus trabajos, y él les hizo una devolución. Más adelante, tanto Bras como Iturralde viajaron becados al National Film Board of Canada a hacer una experiencia similar a la que había hecho McLaren, a partir de una técnica extrema, que es la del cine sin cámara, el cine dibujado directamente sobre el fílmico. Allí había algo para contar, y en esta historia sumamos a BK, quien también trabajó esta técnica”, continúa Jáuregui.
La elección de la historieta se revela ideal, sea por su cercanía con el dibujo animado pero también por el acceso inmediato que supone. Además, el trío Jáuregui/Rolle/Tolj dibuja que es un placer, y hacen que la experiencia sea lo que debe ser: una buena historieta. La revista será presentada en formato papel este viernes, pero ya se la puede descargar de la página de la EPA (https://www.escuelaanimadores.gob.ar/). Como señala Diego Rolle: “Allí figuran para su descarga todas las publicaciones que hemos hecho para los estudiantes de la escuela. Tenemos un libro de formato tipo manual, Haciendo dibujitos en el fin del mundo, con artículos sobre animación en general y animadores, que hicimos en 2011; y otro con un formato más de revista, con una introducción a la animación, con el que empezamos a trabajar en el curso de la EPA. Y ahora esta tercera publicación, que cuenta cómo se entrelazan las historias de McLaren, Bras, Iturralde y BK. Como decía Pablo, a veces uno no se da cuenta de que no se conoce, por ejemplo, al programa Caloi en su Tinta, tal vez pensando en que uno cansa por hablar siempre de estos temas; sin embargo, es algo que hay que volver a contar y repetir. Esta revista tiene que ver también con esto”. Jáuregui agrega: “También para que los pibes tengan sentido de pertenencia con un árbol genealógico, para que vean que no arrancan de cero y no referencien siempre para afuera. Hay que mirar primero a los referentes más cercanos”.
Por su parte, Esteban Tolj recuerda que “a Iturralde lo veía en la tele, de chico, el programa del cineclub infantil era de mis favoritos, porque te pasaban películas alternativas, de todo un poco: documentales de Francia, Canadá, Japón, era muy estimulante. Por él lo conocí a McLaren. Obviamente que también veía Disney, Warner, Hanna-Barbera, Súper Hijitus, pero yo no sabía de este concepto de cineclub, y este hombre muy amable y rodeado de chicos pasaba todo eso y explicaba. Inconscientemente, aprendí mucho; luego, cuando uno crece, ordena esa información. Lo mismo con Bras. El primer contacto fueron sus publicidades en los viejos canales 3 y 5, de Muebles Tocco, Desinfectal, Radicura. Después lo conocí en persona, pero no sabía de su obra directamente artística, donde dibujaba sobre el celuloide o de trabajos como ‘La danza de los cubos’ que era desbordante, todo a mano, haciendo coincidir el movimiento de los cubos con la banda de sonido, de un resultado maravilloso. Y con BK trabajamos mucho, con él y con Rolle hicimos experimentos, nos divertíamos, y aplicábamos todo eso a nuestros cortos”.