Luego de una campaña en la que logró reunir a todo el peronismo de la capital provincial, Julio Alak se subió al tren de los batacazos electorales del domingo, frustró los deseos reeleccionistas de Julio Garro y, sobre el filo de la medianoche aseguró hacerse con el triunfo con el que volverá a la intendencia de la Ciudad de La Plata para sentarse en la oficina principal de la Municipalidad por quinta vez.
"Por nuestro centro de cómputos, escrutado el 99,4% estamos ganando por 1.700 votos", aseguró el candidato de Unión por la Patria que comunicó su triunfo cuando todavía restaban cargarse el 4 por ciento de los votos. El resultado, así, quedaba abierto, aunque con el peronismo a la cabeza.
El cuadro, se completa con el candidato libertario, Luciano Guma; y la candidata del Frente de Izquierda, Luana Simioni, muchos más atrás de los candidatos que polarizaron la elección.
Camino difícil
El actual ministro de Justicia y Derecho Humanos de la Nación ya había gobernado la ciudad entre 1991 y 2007, por lo que a fin de año comenzará su quinto mandato al frente de la Municipalidad capitalina. En las PASO, después de imponerse en una interna en la que enfrentó a otros cuatro precandidatos, se había convertido en candidato de un espacio que no había podido hacer fuerza ante un oficialismo, también dividido, que sumó cinco puntos más.
A partir de ese momento, mientras a Garro le florecieron problemas alrededor de su propia gestión municipal, el peronismo se unificó con el espaldarazo del gobernador Axel Kicillof, que tuvo una activa participación en la campaña en uno de los territorios que consideró estratégico desde el minuto cero de la campaña.
Apoyado en su experiencia en la gestión para apuntar a cada uno de los puntos flacos del garrismo, Alak recorrió el territorio reuniéndose con dirigentes, organizaciones sociales, empresarios, desarrollistas urbano, comunidades migrantes y demás sectores con los que construyó su proyecto estratégico La Plata 2030 sobre el cual estructuró su plataforma electoral. El peronismo, alineado como hacía tiempo no lograba expresarse en la capital provincial, se subió a esa receta táctica con el objetivo de recuperar el gobierno platense pero también empujados por la necesidad de aportar votos para la elección provincial y la contienda nacional desde el segunda distrito más populoso entre todos los partidos bonaerenses.
Ese contexto obligó a Garro a fortalecerse en su círculo electoral más seguro, donde también se le complicaron las cosas, principalmente en su relación con los gremios municipales. Sin embargo, ese electorado que se mantuvo fiel a la propuesta de Juntos del Cambio en un distrito que gobierna desde hace ocho años, es el que terminó estructurando un resultado, que mantuvo al intendente "en partido", hasta el último minuto.
Un día complicado
La campaña ya se había desarrollado en un territorio que, por momentos, se tornó demasiado hostil. Reinaron las denuncias públicas y las acusaciones cruzadas, que se replicaron desde el comienzo mismo de la jornada electoral.
Desde temprano, se denunciaron irregularidades que fueron observadas por parte de los fiscales de mesa de Unión por la Patria y que derivaron en un comunicado en la que Unión por la Patria advertía que en varias zonas de la ciudad se habían encontrado boletas “de siete cuerpos”. Es decir, sin el tramo municipal.
“Por favor, entren al cuarto oscuro cada tres o cuatro electores. Hemos detectado boletas sin el cuerpo local de todas las fuerzas salvo de Juntos por el Cambio. Esta metodología es ilegal y antidemocrática”, se escuchaba decir a Alak en el audio que a media mañana se viralizó entre la militancia del peronismo. Siempre según la denuncia de Unión por la Patria, con el correr de las horas también se identificó, en las pilas que llegaban a los centros de votación, boletas dobladas. Al extenderlas, se observaba que el candidato a intendente era Garro.
La respuesta por parte del oficialismo fue espejar la denuncia. Es decir, acusó al peronismo por llevar adelante la misma maniobra. “Cuando ingreses al cuarto oscuro prestá atención que la boleta de Juntos contenga todas las nóminas de Patricia Bullrich como presidente a Julio Garro como intendente”, escribió el radical Pablo Nicoletti en su cuenta de X, ex Twitter. Allí, pedía “al resto de las fuerzas políticas”, trabajar por “una elección con transparencia y tranquilidad” y señaló que “adulterar boletas del cuarto oscuro es una trampa de la vieja política”.
Todo este cúmulo de acusaciones cruzadas se dio antes del mediodía. Con el correr de las horas, aunque la tensión que había marcado el pulso del arranque continuó latente, la situación general tendió a normalizarse.
Contundentes victorias de Secco y Cagliardi
Más allá de La Plata, Ensenada y Berisso terminan de dar forma a la Región Capital de la que tantas veces habló el gobernador y donde, de hecho, terminó protagonizando la que fue su última actividad oficial previo al inicio de la veda electoral el pasado jueves.
Mario Secco se aseguró su sexto y último mandato en Ensenada con un contundente triunfo que dejó rezagados a Leandro Peto Rojas, de Juntos por el Cambio; Federico Bojanovich, de La Libertad Avanza y Juan Contrisciani, del Frente de Izquierda.
Con casi el 63 por ciento de los votos, uno de los intendentes más cercanos al gobernador se impuso sin sobresaltos ratificando el apego del electorado local al peronismo, algo que también sumó un caudal de votos significativos a la boleta provincial y la nacional que encabezaron Kicillof y Massa.
Con una menor trayectoria que su vecino ensenadense, Fabián Cagliardi también logró su reelección en Berisso, accediendo a su segundo mandato consecutivo.
Apoyado en el peronismo de la Región Capital, principalmente en la figura de Secco, Cagliardi había llegado al municipio en 2019, cuando venció al por entonces intendente de Juntos por el Cambio, Jorge Nedela. Este domingo, el intendente cosechó más del 47 por ciento de los sufragios y dejó atrás a los otros cuatros candidatos que participaron de la contienda del domingo: el radical Matías Nanni, la docente libertaria Roxana Garavento, la concejala Vanesa Queyffer, y el candidato del Frente de Izquierda y los Trabajadores Unidad, Federico Surilá.