(Desde Córdoba)
El efecto debate se hizo sentir. Bajo una lluvia que se hizo rogar todo el día, la militancia de Hacemos por Nuestro País festejó la gran performance de Juan Schiaretti. El Gringo llegó al 7,27% de los votos, casi el doble del 3,83% cosechado en las PASO. En números, el veterano mandatario cordobés logró 1.692.000 sufragios contra 907.437 de agosto. En su rodeo provincial, el cordobés llegó a 29,01%, arrimando 664.874 voluntades, contra el 27% de agosto.
Veterano de mil batallas, aprovechó su momento en el prime time, ya que fue el primer candidato en salir a hablar. Y lo hizo con la esperada equidistancia. “Quiero felicitar Sergio Massa y a Javier Milei. Uno de los dos será presidente de Argentina”, fue la mención con la que el mandatario cordobés esquivó definiciones.
No hubo ni media palabra respecto de qué postura tomará de cara a la segunda vuelta. Se hará esperar. Por ende, los humores enfervorizados del oficialismo nacional deberán bajar como la espuma de fernet. Es que este miércoles, tanto Schiaretti como su sucesor, Martín Llaryora, viajarán a Emiratos Árabes para buscar financiamiento para el acueducto Santa Fe – Córdoba. Lo harán junto a Omar Perotti y Maximiliano Pullaro, actual gobernador y futuro mandatario de Santa Fe. En ese caso, las aspiraciones de Unión por la Patria para pescar en tierras sabaleras también deberán bajar como espuma, pero de liso.
De todos lados
Precisamente, Santa Fe fue otro de los distritos donde Schiaretti apuntaló su performance. En la provincia “melliza”, el gobernador cordobés sumó el 9,21%, casi tres veces más que el 3,67%. Algo similar sucedió en San Luis: 6,31% frente al 2,91%, casi 10.000 votos más respecto de agosto, mientras que en La Rioja también hubo subas: 8,56% contra 6,99%. Aunque en menor medida, Buenos Aires también aportó lo suyo: 3,70% con 295.936 votos, frente al magro 1,10% (97.686 sufragios).
A nivel provincial, como en las primarias, la victoria volvió a corresponderle a Javier Milei, que prácticamente mantuvo el porcentaje cosechado en las PASO: 33,62% contra 33,61%. Otra buena cosecha fue la Sergio Massa, que llegó al 13,29% contra el 8,66% logrado en agosto.
Juntos por el Cambio, que tiene en Córdoba su “Kilómetro 0”, defeccionó fuerte: 22,64% contra 25,16% de las PASO. Es decir que la exministra de Seguridad no logró contener a los votantes de Horacio Rodríguez Larreta. Ante este resultado, el futuro de la coalición de oposición en Córdoba entra en un cono de dudas.
Alfiles y peones
Por contextos, la performance abre distintos panoramas. Uno de ellos es que la misión se cumplió con creces, ya que merced a los 29,01% cosechados en la provincia logró sumar dos bancas y retener una. Carlos Gutiérrez retuvo su escaño, mientras que Alejandra Torres y Juan Brugge se sumarán al fortalecido Bloque Federal, junto a santafesinos y bonaerenses. El otro punto es un gran interrogante: a dónde viajarán los votos de la dupla del interior del país en la segunda vuelta.
El otro horizonte, que da rienda suelta a los movimientos que se vienen larvando por debajo, cómo es la tracción de dirigentes oficialistas hacia las huestes de Sergio Massa.
No es un movimiento nuevo. Por el contrario, las primeras oleadas se observaron antes de las PASO con voces de algunos dirigentes que le endilgaban a Schiaretti apartarse del camino del peronismo.
En una provincia históricamente reactiva al kirchnerismo, la misión de raspar votos del schiarettismo en Córdoba será clave. La ventaja es que la presencia de Massa en tierras mediterráneas fue más bien escasa. Sólo estuvo dos veces antes de las PASO. En ese marco, hay mucho terreno por recorrer.
El otro tiene que ver por la manera en la que jugarán los intendentes alineados con Schiaretti, pero que deberán alistarse en las filas de Llaryora. Con este telón de fondo, la renovación y la transición hacia el 10 de diciembre deberá hacerse con pies de plomo.
La figura de Llaryora está lejos de tener el respaldo político de Schiaretti, por lo que deberá articular entre los “rebeldes delasotistas/massistas” y un poder legislativo con la misma cantidad de legisladores oficialistas y opositores. Esa será la cuña que intentará meter Massa, cuya figura tiene el respaldo de haber cosechado buenas migas con José Manuel de la Sota. Y también con Llaryora, con quien lo une una relación personal, más allá de que ambos se encargan de remarcar que el vínculo está frizado.
El resto de las bancas cordobesas se reparten entre La Libertad Avanza que irrumpe con tres diputados; Juntos por el Cambio con 2 y Unión por la Patria con un escaño.
Para las huestes cambiemitas, la baja performance se tradujo en bancas: perdió cuatro respecto de la elección de 2019, cuando Mauricio Macri se llevó casi el 70% de los votos.
El kirchnerismo, en tanto, perdió una, ya que ponía dos en juego. De todas maneras, se trata de un buen resultado, ya que respecto de las primarias se duplicó la cantidad de votos.