Los 243 trabajadores de la empresa Plascar recibieron ayer sus telegramas de despido ante el anuncio de cierre de la planta. La firma es la mayor autopartista plástica de Córdoba y tenía como principales clientes a Fiat y Renault, cuya negativa a continuar comprando piezas desató la crisis. Hace tres años, Plascar cambió de dueños y desde fines de 2016 está en concurso de acreedores. Entre los despedidos hay trabajadores de hasta 28 años de experiencia en el sector. Desde el gremio mantendrán reuniones con los dueños y las autoridades provinciales para encaminar la venta de la compañía y denuncian que el Gobierno nacional no escuchó sus advertencias. Por ahora, peligra hasta el cobro de la indemnización por parte de los empleados despedidos.
“Hoy nos encontramos en la calle protestando. Hemos recibido los telegramas de despido de los 243 empleados que integran la planta Plascar. Estamos pidiendo imperiosamente que el Gobernador tome cartas en el asunto”, resumió Alejandro Rodríguez, secretario general de la Unión Obreros y Empleados Plásticos (UOYEP) seccional Córdoba.
La autopartista Plascar tiene una planta en Tortuguitas que “fue vaciada de personal en 2014”, dicen en el gremio. Ahora, la planta del parque industrial de Ferreyra, Córdoba, es la que presentó el cierre y los despidos. Se dedica a la inyección y pintura de piezas como paragolpes y paneles de puertas. Según explican desde AFAC, entidad que agrupa al sector autopartista, hace tiempo que Plascar venía con problemas. Por eso, hace tres años los dueños brasileños decidieron abandonar el barco. Quedó a cargo de la empresa el cuerpo directivo local, que no logró revertir la situación hasta que el 27 de diciembre del año pasado fue convocado el concurso de acreedores y la compañía quedó intervenida por la Justicia provincial.
“La empresa venía trabajando. Había problemas de cobros, como por ejemplo el pago fraccionado de quincenas. Se estuvieron buscando compradores pero no se encontraron hasta ahora. La situación se desencadenó porque se cayeron los proyectos de las terminales. Lamentablemente, hoy esos trabajos ya están en manos de otros autopartistas”, describió Rodríguez a este diario. Fuentes del autopartismo aclaran que “la empresa venía muy mal hace tiempo. Por eso Fiat y Renault le sacaron los negocios”. Rodríguez detalló que “los trabajadores venían cobrando al día pero de ahora en más no se sabe nada. Corremos el riesgo de que el Parque Industrial Ferreyra les corte la luz porque dejaron de pagar”. Tampoco hay certezas sobre la indemnización que deben cobrar los empleados.
Según los últimos datos de Adimra, que nuclea a las cámaras metalúrgica, el sector autopartista muestra un crecimiento de 2,6 por ciento en el primer semestre, lo que “recupera parcialmente la caída de 2016”, dice el informe. De todas maneras, el desempeño general del sector metalúrgico registra una caída acumulada de 2,2 por ciento en seis meses, con un nivel de utilización de la capacidad instalada de apenas el 55,4 por ciento. El empleo en la metalmecánica se redujo un 1,6 por ciento en el semestre. La crisis en Brasil es determinante para el sector porque deprime exportaciones y presiona sobre las importaciones desde ese país.
“Le escribí a (Mauricio) Macri en marzo. A Héctor Baldassi (diputado nacional por la provincia de Córdoba) lo contacté hace unas semanas y me dijo que me iba a llamar, pero no lo hizo”, contó Rodríguez. El gremio mantuvo reuniones días atrás con los directivos de la empresa, representantes de Renault y Fiat, el ministro de Industria y Comercio de Córdoba, Roberto Avalle, y técnicos del Ministerio de la Producción de la Nación. El lunes hay una nueva audiencia. Por ahora no hay respuesta oficial y la única salida es que aparezca un comprador de la empresa. Esperan en vilo los 243 trabajadores despedidos.