Desde Córdoba
Con gesto grave, remarcando las palabras, Juan Schiaretti se pronunció ayer por primera vez sobre la desaparición de Santiago Maldonado. Antes de la marcha que recorrió la ciudad de Córdoba, el gobernador dijo que “hay que investigar hasta el hueso”, que “es inadmisible que en democracia tengamos un argentino desaparecido” y que “sean quienes sean” deben ir a la cárcel. Eligió hablar del tema lejos del ruido de esta capital: la localidad de Villa de Soto, a 170 kilómetros al noroeste. Un buen sitio, si se tiene en cuenta el escándalo político que sumó Schiaretti con los 15 allanamientos del jueves, cuando un fiscal muy cercano a Unión por Córdoba ordenó semejante despliegue de fuerzas que terminó en la detención de tres personas que ya fueron liberadas, y el secuestro de supuestos elementos peligrosos que no fueron otra cosa que teléfonos celulares, pintura, instrumentos musicales de una murga, pancartas, paquetes de harina y banderas que estaban preparando las instituciones sociales y políticas para la marcha por Santiago Maldonado.
En una jornada tórrida, de más de 30 grados y vientos que arrastraron la tierra de esta provincia desmontada, el fiscal Gustavo Dalma liberó cerca de las cinco de la tarde a los tres hombres que permanecían detenidos desde los allanamientos que ordenó ayer: once sobre unos quince que habría firmado. Dos de ellos quedaron imputados por “intimidación pública”, durante la marcha contra el Gatillo Fácil de la policía del lunes pasado; en tanto que el tercero, un hombre que supuestamente se resistió al arresto, se aprestaría a denunciar al fiscal, ya que se lo llevaron de una casa en la que la policía no tenía orden para ingresar, según afirmó su abogada defensora. “Mi cliente se asustó por lo que estaba pasando y se puso nervioso”, alegó, y adelantó que harán la presentación judicial.
El fiscal estuvo ayer en el centro de la tormenta: fue denunciado por el esposo de la joven que estaba con su beba cuando la policía le allanó el departamento sin tener orden para su domicilio. No sólo le arrebataron la tranquilidad, sino que le revolvieron toda la casa y le dijeron que como no podían entrar al centro cultural que está al lado de su vivienda- un sitio llamado Bataclana-, le harían un boquete en la pared.
Cerca del mediodía, Pablo Carro, del Partido para la Victoria, dio una conferencia de prensa en la que adelantó que ese espacio político denunciará penalmente al fiscal, ya que les allanaron el local en pleno centro de la ciudad y ellos ni siquiera habían participado en la marcha donde se produjeron los disturbios y daños por los que se produjeron los allanamientos.