Los pobladores de las localidades catamarqueñas de Icaño y Pomán decidieron el domingo la reelección de Franco Carletta y Francisco Gordillo (padre), ambos de Unión por la Patria, pese a las imputaciones por violencia de género que pesan contra ellos. Dentro de los intendentes que llegaban denunciados, Elpidio Guaraz, quien iba por su quinto mandato, perdió.

En Icaño, Carletta ganó por 2.602 votos, unos 800 más que su contrincante de Juntos por el Cambio. El Intendente ocupaba el cargo en lugar de su padre, Pio Carletta, quien había asumido como Senador provincial hace dos años.

Revés para Franco Carletta en la causa por abuso sexual contra su ex esposa

En su caso está denunciado por golpear brutalmente a su propia hija y también por abusar sexualmente y amenazar con un arma de fuego a la madre de la niña. Ambas causas vienen siendo dilatadas en la justicia penal desde el año 2019 y la primera, corre riesgo de prescribir aunque ya fue elevada a juicio.

Otro intendente de Catamarca denunciado por violencia

Gordillo, en cambio, va por su séptimo mandato. Fue imputado en marzo de este año por lesiones leves calificadas cometidas contra su ex esposa. Los golpes, lo llevaron a una disputa familiar en donde uno de sus propios hijos, Nicolás Fabricio Gordillo quien defendió a su madre y para hacerle frente se presentó como candidato de LLA. A él lo venció por 1.629 votos contra 944.

El caso Guaraz

Guaraz iba por su quinto mandato por la localidad de Santa Rosa. Sin embargo, tuvo resistencia desde un partido comunal; Movimiento Santaroseño Renovador, armado exclusivamente por vecinos para hacerle frente y perdió por primera vez por 150 votos en contra.

El Intendente venía imputado desde el año 2011 por más de una decena de delitos contra la administración pública y aún así seguía siendo votado en su pueblo. Las últimas denuncias, radicadas por dos jóvenes y las más graves fueron por hechos de violencias de género.

Por “compromisos políticos” posponen pericias psicológicas a Guaraz

En el primer caso, se lo denunció por coacción y violencia de género. El contexto fue una joven del pueblo a quien él le impedía trabajar porque no cedía a sus instintos.

El segundo caso y más grave fue cometido contra una joven a quien comenzó a seducir cuando apenas tenía 14 años y él 56. Por este expediente fue imputado por los delitos de privación ilegítima de la libertad agravada por violencia y abuso sexual con acceso carnal en calidad de autor.

Ambas denuncias fueron radicadas en la justicia en el año 2020, sin embargo y aunque una de ellas ya fue elevada a juicio, está actualmente en la Cámara de Apelaciones esperando resolución. Por la denuncia más grave pidió posponer las pericias psicológicas por “compromisos políticos” y se lo cedieron hasta después de las elecciones.