El gigante tecnológico chino Tencent en noviembre de 2015 lanzó al mercado el videojuego “Honor de Reyes” y en apenas dos años logró más de 80 millones de usuarios activos diarios y cientos de millones de descargas. De hecho, en mayo de 2017 se convirtió en el videojuego para móviles más rentable del mundo. Pero también se ha ganado la antipatía del gobierno del país asiático. El Diario del Pueblo, el mayor periódico estatal de China, dijo que era “veneno” para los jóvenes y que hacían falta más regulaciones porque “difunde energía negativa” e incluso “causa muertes”. Según dos duros artículos, publicados por el medio estatal a principios de julio, el contenido del juego “tergiversa los valores y las visiones históricas” y es muy adictivo. Tencent decidió evitar una posible censura imponiendo nuevas normas a sus usuarios: limitar el tiempo en el que pueden jugar, de acuerdo con su edad. Las nuevas regulaciones implican que los menores de 12 años sólo pueden entretenerse con el videojuego durante una hora al día y no más tarde de las 9 de la noche, mientras que los que tienen entre 12 y 18 pueden disfrutar de dos horas diarias.