El fracaso de la cumbre de paz de El Cairo el pasado sábado ha dejado vía libre a las mutuas amenazas y al despliegue de fuerzas en Oriente Medio por todos los países con intereses en la región. Estados Unidos, Rusia, China e Irán mueven sus fichas en un juego cada vez más peligroso.
En esa cumbre, a la que el sábado pasado acudieron representantes del mundo árabe, Europa y otras zonas del mundo, no se firmó una declaración final y en ella quedaron en evidencia las diferentes posiciones entre los países árabes y Occidente sobre Oriente Medio. Ni Israel ni EEUU enviaron sus representantes a Egipto.
Desde el pasado 7 de octubre, cuando se produjo el ataque de las milicias de Hamas contra territorio israelí, la guerra entre Israel y ese grupo islamista palestino se ha cobrado un altísimo precio. Mas de 1.400 israelíes murieron en esa matanza desencadenada por Hamas. La venganza lanzada por Israel sobre la Franja de Gaza ha dejado no menos de 5.000 muertos, entre ellos 2.000 niños.
La guerra solo acaba de empezar. Israel ha desplegado cientos de miles de soldados en los límites de Gaza dispuestos a entrar en la Franja y los combates ya se han extendido al otro territorio palestino, Cisjordania, y al Líbano.
En el sur del Líbano, el ejército israelí está devolviendo redoblados los ataques que desde ese país está lanzando Hezbollah, una milicia chií aliada de Hamas y patrocinada por Irán, el gran enemigo de Israel.
Mientras los países árabes condenan diplomáticamente y con manifestaciones la desproporción de la venganza israelí, que sufre sobre todo la población palestina, el Gobierno de los ayatolás iraníes se mueve en la sombra y azuza contra Israel a sus aliados de Hezbollah en el Líbano, que sufre una escalada de violencia que no se veía desde 2006.
De momento, esta extensión del conflicto entre Israel y Gaza solo afecta a los territorios inmediatos. Sin embargo, la desestabilización provocada por esta crisis ya ha movilizado a potencias más lejanas que no están dispuestas a que Oriente Medio estalle en un caos de sangre.
EEUU acelera sus preparativos para una nueva guerra
La semana pasada, Estados Unidos vetó la resolución presentada por Brasil en el Consejo de Seguridad de la ONU para declarar "pausas humanitarias" en los combates en Gaza. La resolución condenaba también los ataques a los civiles por ambas partes en conflicto, Israel y Hamas.
Doce de los quince miembros del Consejo apoyaron la resolución, Rusia y el Reino Unido se abstuvieron y EEUU impuso su veto como miembro permanente de este órgano de Naciones Unidas. La propia Unión Europea ha mostrado su distancia con su aliado estadounidense en esta crisis de Gaza y ha reclamado también esas "pausas humanitarias".
Mientras al presidente Biden le escriben sus discursos repletos de palabras de moderación y paz, las acciones exteriores de su país impiden cualquier desavenencia con la estrategia belicista de su aliado Israel y apuestan por el despliegue militar sin tapujos.
Estos días estamos siendo testigos de los movimientos en el tablero de Oriente Medio por parte de Estados Unidos, Irán, Rusia e incluso China, hasta ahora simple observador desde lejos de lo que ocurre en una región clave para la supervivencia de las economías asiáticas.
EEUU se ha comprometido a enviar 14.300 millones de dólares en armas a Tel Aviv
EEUU ha mandado ya dos flotas a las costas de Israel, comandadas por sendos portaviones y con decenas de aviones de combate y varios miles de marines. Además, ha comprometido 14.300 millones de dólares en armas a Tel Aviv y ha asegurado que incrementará, si cabe más, su presencia militar en la región, con sistemas antiaéreos y misiles.
A los dos portaviones estadounidenses despachados a Oriente Medio, el Gerald R. Ford (el más avanzado en su clase de la flota de EEUU) y el Dwight D. Eisenhower, se ha sumado el envío al Mediterráneo Oriental del Mount Whitney, buque insignia de la Sexta Flota de Estados Unidos.
Hace unos días uno de los navíos estadounidenses desplegados en la zona, el destructor Carney, interceptó y neutralizó una andanada de misiles de crucero lanzados desde Yemen por las milicias Huties aliadas de Irán. Este ataque, muy inusual, mostró el grado de tensión en Oriente Medio y el altísimo riesgo de una extensión de la guerra de Israel contra Hamás.
En EEUU ya se escucha la pregunta más incómoda: ¿Podría Washington manejar dos guerras, en Ucrania y Oriente Medio, al mismo tiempo? Porque si Biden le ha prometido a Israel esa portentosa suma en armas y asistencia militar, el monto ofrecido a Ucrania pasa de los 61.000 millones de dólares, al margen de lo ya enviado por Estados Unidos.
EEUU puede manejar dos guerras al tiempo, pero no debe
EEUU tiene el potencial para mantener dos guerras y participar directamente en una de ellas. Pero no se puede permitir ese coste económico en estos momentos de inestabilidad financiera internacional y con las elecciones presidenciales a un año vistas.
La estrategia de la Administración Biden en la guerra de Ucrania están despertando crecientes críticas en el Congreso estadounidense, sobre todo en el bando republicano, reticente a la hora de seguir entregando tanto material militar a Kiev para luchar contra Rusia.
La guerra de Israel contra Hamás cuenta con casi todas las simpatías de la clase política estadounidense
La guerra de Israel contra Hamas cuenta, en cambio, con casi todas las simpatías en la clase política estadounidense y los grupos de presión judíos son muy fuertes en el mundo empresarial y periodístico de EEUU.
Pero la Administración del presidente Biden no puede dejar en la estacada a Ucrania como ya hizo con gobiernos amigos en Afganistán, Irak e, incluso, en Vietnam. Las ingentes sumas prometidas la semana pasada a Kiev muestran que la voluntad de la Casa Blanca es seguir en el avispero ucraniano. Salvo que fuera necesario concentrar todos los recursos en una guerra a gran escala en Oriente Medio.
China también muestra su músculo naval en el Golfo Pérsico
China ha enviado al Golfo Pérsico media docena de barcos de guerra que participaban en unas maniobras con Omán. Entre esos buques, dedicados a tareas de escolta en el océano Índico, hay un destructor dotado con misiles y una fragata.
El enviado especial de Pekín a la región, Zhai Jun, ha calificado este lunes la situación en Gaza como "muy grave" y ha subrayado el riesgo de una escalada regional del conflicto, con evidentes muestras de esta extensión ya en el Líbano y en Siria, tras los recientes bombardeos israelíes de aeropuertos sirios.
Pekín no tiene interés en una guerra en Oriente Medio, pero sí en lanzar un aviso contra Washington
La llegada de navíos chinos a la zona no pasa de ser anecdótica en cuanto a su capacidad de fuego. Pero Pekín no tiene interés alguno en una guerra en Oriente Medio y sí en lanzar un aviso contra el filibusterismo bélico de Washington.
China teme que un conflicto mayor afecte a su abastecimiento principal de crudo en unos momentos muy complicados para la economía del gigante asiático. Por eso, ha insistido desde que comenzó la guerra entre Israel y Hamas en llevar el conflicto a la mesa de las negociaciones. Para ello, China ha unido sus demandas de un fin de las hostilidades a las reclamaciones rusas en ese sentido.
Moscú refuerza sus posiciones en Siria
Pero Rusia tampoco se queda quieta a la espera de que a alguien se le ocurra dialogar. De momento ha reforzado su apoyo al régimen sirio, otro enemigo jurado de Israel. Moscú apoyó al presidente de Siria, Bashar al Asad, en la guerra civil declarada en este país árabe en 2015 y allí combatió después al Estado Islámico codo con codo con los paramilitares iraníes, Hezbollah e incluso Hamas.
Fruto del pragmatismo ruso e israelí, pese a todo esto, las relaciones entre Moscú y Tel Aviv no se deterioraron. Es ahora cuando las cosas podrían ir mal en ese sentido.
Además de la base aérea de Hmeimim, el ejército del Kremlin controla en Siria las instalaciones de Tartus, el único puerto militar ruso en el Mediterráneo. Un lugar estratégico como pocos.
Irán, la chispa que puede reventar el polvorín de Oriente Medio
La clave para una posible extensión del conflicto entre Israel y Hamas está en Irán, posible conocedor o copartícipe de las matanzas del 7 de octubre. No es un secreto que Teherán respalda los ataques de Hezbollah en el sur del Líbano y solo espera que el ejército israelí invada Gaza para apoyar una ofensiva de la milicia chií contra el norte de Israel.
El potencial bélico de Hizbulá es muy superior al de Hamás
Esta es una de las razones que están frenando la invasión de Gaza por Israel. El potencial bélico de Hezbollah es muy superior al de Hamas, con decenas de miles de milicianos y miles de cohetes y misiles. Además, su reabastecimiento desde Siria e Irán estaría asegurado. Israel quedaría en una pinza y el riesgo de que el propio Irán entrara directamente en guerra son muy elevadas.
Irán es también el enemigo jurado de Estados Unidos en Oriente Medio y para confrontar a la superpotencia dispone del llamado "Eje de Resistencia", que engloba a numerosos grupos islamistas, como el propio Hezbollah y Hamas, prestos para atacar los intereses estadounidenses en la región.
Una eventual pasividad de Teherán ante la invasión de Gaza le restaría toda credibilidad ante estos combatientes. Sin embargo, los ayatolás no olvidan algo muy importante de cara a una confrontación directa: Israel tiene armas atómicas.
La guerra en Oriente Medio, algo más que una posibilidad
"Estamos ante la perspectiva de una potencial escalada de ataques contra nuestras tropas y nuestra gente en la región", ha afirmado este domingo el secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin, en una entrevista con la cadena ABC.
EEUU va a hacer "lo necesario" para garantizar que las fuerzas estadounidenses en Oriente Medio "estén protegidas y preparadas para responder" a tales ataques. "Mantenemos nuestro derecho a defendernos y tomaremos las acciones apropiadas para ello", ha sentenciado.